Los mercados frontera ofrecen una amplia gama de oportunidades de inversión, que abarca aproximadamente entre 40 y 45 países. Entre los títulos disponibles se encuentran los bonos del Estado denominados en divisas fuertes (es decir monedas que se negocian en todo el mundo), los denominados en divisas locales y los bonos corporativos en divisas fuertes. Esto contrasta con la situación de la renta variable en estos mercados, que solo cuentan con un puñado de valores de gran capitalización en unos pocos países. En consecuencia, los bonos de los mercados frontera pueden ofrecer mejores oportunidades de diversificar una cartera que los activos de renta variable.
Liquidez
Históricamente, la preocupación por la liquidez ha disuadido a los inversores de aventurarse en los mercados frontera, especialmente desde la perspectiva de la renta variable. Sin embargo, la preocupación por la liquidez de los bonos frontera ha disminuido en la última década y los inversores pueden mitigar aún más la falta de liquidez utilizando la gama de activos invertibles.
Tomemos como ejemplo el momento álgido de la pandemia de Covid-19. Entonces, la dinámica de la liquidez dio un giro inesperado, con bonos en moneda local más líquidos que sus homólogos en divisa fuerte. Esto se debió a la exposición concentrada de los fondos de inversión en bonos soberanos en divisas fuertes. Muchos tuvieron que vender sus participaciones para hacer frente a los reembolsos. En cambio, no existe un índice estándar para los mercados de divisas locales. En consecuencia, los inversores internacionales ignoran en gran medida estos valores. Por tanto, los reembolsos fueron mínimos. Sin embargo, cuando los mercados empezaron a recuperarse, los bonos en divisas fuertes volvieron a ser favoritos y el desempeño fue sólido.
¿Cuál es el mensaje? Que la liquidez puede actuar tanto a favor como en contra de los inversores. La clave es comprender la dinámica en juego y realizar un análisis exhaustivo del mercado.
El papel del dólar estadounidense
La fortaleza del dólar estadounidense suele ser un factor importante para los inversores en mercados emergentes (ME). Sin embargo, los bonos frontera se comportan de forma mucho más parecida a los mercados de crédito que sus equivalentes de los ME y se ven menos influidos por los movimientos del dólar estadounidense. Factores como una crisis nacional, el abultado déficit por cuenta corriente y el aumento de la inflación son más significativos. Por ejemplo, antes teníamos posiciones en Egipto, Nigeria y Pakistán. Ahora no son invertibles debido al desajuste monetario (Egipto), la elevada inflación (Nigeria) y los disturbios políticos/crisis económica (Pakistán).
Así pues, un periodo de debilidad del dólar ayudaría a muchos mercados emergentes y frontera. Sin embargo, los inversores también deberían tener en cuenta los problemas locales y cómo afectan al desempeño de un bono.
Acceso al capital
Uno de los mayores retos para los mercados frontera es el acceso a la financiación internacional. Normalmente, los inversores evitan la deuda soberana con un rendimiento de dos dígitos. Los que invierten, exigen una compensación por el riesgo adicional. Esta suele situarse entre 600 y 900 puntos básicos por encima del rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años. Durante gran parte de la pasada década, el rendimiento de los bonos del Tesoro fue inferior al 2%. Por lo tanto, los países con mercados frontera podían endeudarse por debajo de un rendimiento del 10%.
Sin embargo, los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años superan actualmente el 4%. Esto empuja inmediatamente a muchos mercados frontera a un territorio de dos dígitos, haciéndolos inaccesibles para los inversores internacionales en bonos. El deterioro de los riesgos de crédito y el aumento de los impagos en estos mercados también han lastrado el sector.
Navegando los cambios políticos y los controles de capital
Los mercados frontera tienen mala fama (justa o no) por su inestabilidad política y la posibilidad de que se produzcan repentinos controles de capitales. Muchos países se enfrentan a decisiones complejas. Un ejemplo es Argentina. Su nuevo presidente, Javier Milei, de extrema derecha, tiene un panorama desalentador. El déficit federal es enorme, mientras que el valor del peso se ha hundido. La inflación es actualmente del 140%. Para hacer frente a esta situación, Milei tiene la ambición de adoptar el dólar estadounidense como moneda oficial. Sin embargo, el país carece de reservas de divisas para hacer posible la «dolarización». Si a esto añadimos un electorado que no duda en criticar a su clase política, podemos ver los múltiples retos a los que se enfrentan países como Argentina.
Dicho esto, los bonos argentinos en dólares cotizan en torno a los 27-33 dólares. Esto podría convertirlos en una buena inversión si se materializa la recuperación.
Los mercados frontera ante la transición verde
El mundo está en transición hacia soluciones energéticas más ecológicas. Muchos mercados frontera ricos en recursos están bien situados para beneficiarse de este cambio. Zambia, por ejemplo, es un gran productor de cobre, un componente esencial de las baterías de los vehículos eléctricos. Es cierto que el país se ha enfrentado a problemas de reestructuración de la deuda. No obstante, sus ambiciosos planes para aumentar su producción de cobre lo convierten en un ganador potencial a medida que la transición energética cobra impulso.
Reflexiones finales
Los mercados frontera ofrecen un panorama de inversión único, lleno de oportunidades y retos. Esto incluye sus ricos y diversos mercados de renta fija. Muchas naciones están alineadas con las tendencias estructurales clave que darán forma a las próximas décadas. Sin embargo, para navegar por el sector hay que tener muy en cuenta la liquidez, la gobernanza, la dinámica de las divisas y la posibilidad de que se produzcan cambios políticos. Por eso abogamos por un enfoque activo a la hora de invertir en esta atractiva clase de activos.
Columna de Kevin Daly, director de inversiones de deuda de mercados emergentes en abrdn.