Los expertos han expresado su decepción por la lentitud de la recuperación china tras la crisis y la falta de estímulos radicales, lo que se suma a la preocupación por la debilidad del endeudado sector inmobiliario y la volatilidad geopolítica. Muchos temen ahora que no se alcance el objetivo de crecimiento del PIB del 5%.
Todos estos factores confluyen para dar lugar a un relato negativo sobre China que ha hecho añicos la confianza del mercado. Las valoraciones se han hundido hasta mínimos históricos y, sin embargo, el potencial de beneficios de las empresas sigue intacto.
Si como creemos el crecimiento a largo plazo de China se mantiene intacto, estamos ante una oportunidad única para comprar valores chinos de calidad con buenas perspectivas de beneficios a precios ventajosos. Tenemos buenas razones para creer que el crecimiento de China no se hundirá. La espiral de ahorro de los hogares chinos ofrece un potencial alcista al que el mercado parece haber ignorado.
De hecho, estamos comenzando a ver cómo las empresas aprovechan las bajas valoraciones para volver a comprar sus propias acciones. Este podría ser un primer paso para reactivar las cotizaciones y revitalizar la confianza de los inversores. Para nosotros, este es el momento oportuno para que los inversores hagan caso a las cifras, no al movimiento de la multitud.
Cuestión de confianza
Tras el brusco abandono por parte de China de las normas de cero-Covid a finales del 2022, los hogares abrazaron inicialmente su libertad. Las ventas al por menor aumentaron casi un 16% entre noviembre de 2022 y febrero de este año. Pero una vez desvanecida la euforia inicial, han vuelto a patrones de gasto más conservadores. Los hogares chinos todavía conservan el polvorín de ahorros sin explotar que habían acumulado durante los cierres, y que equivalen aproximadamente al 4% del PIB.
Además, estamos asistiendo a un ciclo de reducción de existencias en la industria, conforme las empresas agotan sus inventarios. Cuando termine ese ciclo, necesitarán invertir y contratar de nuevo. Esto debería estimular el crecimiento de los salarios y la creación de empleo en los próximos seis meses, dando mayor confianza a los hogares.
Ausencia de un big bang
La falta de un estímulo de gran alcance ha sido uno de los temas más discutidos por los expertos, y coincidimos en que la respuesta política ha sido decepcionante hasta la fecha. La debilidad de los datos de julio impulsó al menos una relajación adicional de la política monetaria en agosto. Esto debería contribuir a relajar las condiciones financieras a su debido tiempo.
Además, se está presionando a los bancos para que bajen los tipos hipotecarios, y la reducción de los tipos de depósito por parte de los principales bancos. También se está impulsando a los hogares a gastar, al tiempo que ayuda a proteger los márgenes de interés neto de las entidades. Todo ello se suma a las medidas de apoyo al mercado inmobiliario chino.
En nuestro caso nos planteamos el riesgo ante la posibilidad de que los mercados estén siendo demasiado despectivos con la respuesta política de China. Consideramos que las autoridades van a adoptar una postura más flexible y aumentar el gasto fiscal, aprovechando al máximo la emisión de bonos de los gobiernos locales para impulsar la inversión en áreas como las infraestructuras.
La falsa idea generalizada entre los inversores es que deben esperar a un estímulo a gran escala y que las cotizaciones bursátiles no pueden recuperarse sin él. El estímulo proporciona un amplio apoyo al mercado. Lo que resulta mucho más importante para los inversores es la visibilidad de los beneficios de las empresas.
Actualmente, esta perspectiva de los beneficios es más valiosa que nunca, ya que las autoridades pretenden alimentar a los «pequeños gigantes», transformando las pequeñas empresas en líderes del sector para estimular la innovación y ayudar a China a competir con Estados Unidos. En efecto, prevemos una fuerte demanda de los fabricantes de componentes para vehículos eléctricos, donde observamos un gran potencial de crecimiento de los beneficios. En particular, nuestras participaciones «verdes» cotizan con un descuento del 49% respecto a su media de tres años, lo que pone de manifiesto su gran potencial.
Riesgos patrimoniales
Además, la preocupación de los inversores se centra en los riesgos derivados de la deuda del sector inmobiliario, que representa alrededor de una cuarta parte de la actividad económica china.
Los promotores endeudados han tenido dificultades para completar sus proyectos mientras se adaptan a las nuevas realidades normativas. Los impagos de empresas de renombre como Evergrande y los problemas de Country Garden han mermado la confianza de los mercados bursátiles. Sin embargo, el sector inmobiliario sólo representa el 1,8% del MSCI China A Index y el 2,6% del MSCI All China Index.
Podemos esperar más impagos y reestructuraciones a medida que el saneamiento y la consolidación del sector sigan su curso. Pero también prevemos más políticas para garantizar que esto no se convierta en el «momento Lehman Brothers» de China.
Recordemos que el sector bancario estatal sigue siendo una poderosa herramienta que las autoridades pueden utilizar para combatir el riesgo inmobiliario y que no se propague por el sistema financiero.
Desenmascarando la oportunidad
La infravaloración de los objetivos políticos a largo plazo de China está contribuyendo a una falsa narrativa y creando una espiral negativa que se autoperpetúa en términos de sentimiento del mercado.
Las autoridades podrían impulsar el crecimiento inmediatamente, pero eso podría generar riesgos que más adelante podrían resultar costosos para el crecimiento en forma de una crisis financiera o inmobiliaria que condujera a una recesión y a un lastre prolongado para la economía. Creemos que es mejor afrontar la situación ahora. Reducir el riesgo inmobiliario en este momento tiene un coste en términos de crecimiento más lento, pero probablemente evite un precio mayor en el futuro.
En nuestra opinión, los efectos acumulados de los estímulos a pequeña escala, la reducción de existencias y las recompras pueden contribuir a sostener el crecimiento y restablecer la confianza del mercado en el segundo semestre de este año.
Lo que podemos afirmar es que el mercado bursátil chino cotiza a precios bajos frente a su media histórica, frente Estados Unidos y a otros mercados emergentes. Los nombres de calidad han sido golpeados. Pero la recuperación, tal como esperamos, hará que los inversores vuelvan rápidamente a los fundamentales.
Esto representa la mayor oportunidad en décadas para invertir en acciones A de calidad con buenas perspectivas de beneficios. Los inversores solo tienen que ver más allá de la narrativa negativa actual.
Columna de Álvaro Antón, Country Head de abrdn para Iberia