Las empresas europeas de pequeña capitalización protagonizaron un pésimo 2022. El índice MSCI Europe Smaller Companies se desplomó un 22,5%, situándose a la zaga de las grandes compañías, que cayeron un 9,5% (1). Se trata del peor resultado anual desde que existen datos comparativos. Los inversores reacios al riesgo abandonaron esta clase de activos ante la elevada inflación, las subidas de tipos de interés, la ralentización de la economía y el actual conflicto entre Rusia y Ucrania. Mientras tanto, los valores de crecimiento de alta calidad se vieron perjudicados por la rotación de los inversores hacia valores de menor calidad.
Teniendo en cuenta que muchos de estos factores siguen presentes, la decisión de invertir en pequeñas empresas europeas parece desalentadora. Sin embargo, cuando miramos un poco más de cerca, creemos que los inversores a largo plazo encontrarán razones para el optimismo.
¿Qué empresas querrá tener en cartera en 2023?
Los últimos indicadores económicos sugieren que la inflación puede haber tocado techo. El dato de la zona euro de diciembre la situaba en el 9,2%, frente al 10,1% de noviembre. Esto se debe en parte a las subidas de tipos del Banco Central Europeo, que han aumentado el coste de los préstamos del -0,5% en julio al 0,75% actual. Se prevén nuevas subidas. Desgraciadamente, combatir la inflación subiendo los tipos siempre iba a tener un precio, y la economía se ha debilitado como consecuencia de ello. No obstante, los últimos datos -desde las cifras industriales alemanas hasta el nivel récord de desempleo- sugieren que la próxima recesión podría ser más leve de lo que se pensaba. Con todo, 2023 seguirá siendo un ejercicio difícil.
En este escenario, los inversores se centrarán cada vez más en los fundamentales de las compañías vistos desde u un punto de vista bottom-up. Esto significa distinguir entre las empresas que están cumpliendo sus planes de crecimiento y las que no. Evitar las compañías en pérdidas o especulativas seguirá siendo de vital importancia.
Las empresas de crecimiento de calidad (conocidas como quality growth) también deberían volver a contar con el favor de los inversores tras la severa rotación del año pasado. En épocas de tensión, los inversores suelen favorecer a las empresas con una rentabilidad sólida, un buen flujo de caja, una gestión fuerte, unas normas ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) sólidas, barreras de entrada elevadas, motores de crecimiento únicos y poder de fijación de precios. Por el contrario, aquellas con altos niveles de endeudamiento o que dependen de factores externos para tener éxito podrían quedarse en el camino.
Sujetar el timón con mano firme
En los últimos tres años, la mayoría de los equipos directivos han estado en modo crisis. La pandemia mundial, las interrupciones en la cadena de suministro y el aumento de los costes de las materias primas han puesto a prueba muchos modelos de negocio. La demanda ha fluctuado de manera brusca, mientras que las subidas han lastrado los balances.
No obstante, durante este tiempo, los equipos de gestión hábiles con la potencia de fuego necesaria han seguido invirtiendo. Creemos que este esfuerzo dará sus frutos en 2023, cuando los fuertes se hagan más fuertes y los débiles se hundan.
Un ejemplo de empresa que sigue invirtiendo para crecer es Bachem, un negocio farmacéutico de péptidos que cotiza en la bolsa suiza. Tiene previsto ampliar considerablemente su capacidad en los próximos dos años, invirtiendo más de 500 millones de francos suizos (504 millones de euros). Esto pone de relieve el alto grado de confianza de la dirección en sus perspectivas de crecimiento. Otra de las compañías suizas es Komax, dedicada al procesamiento automatizado de alambre. Está llevando a cabo una importante expansión de su capacidad y ha adquirido el segundo operador mundial en el sector del procesamiento de alambre. Esto se produce en un momento en que estamos viendo una creciente demanda de contenido de alambre en los vehículos y una mayor automatización del proceso de alambre.
¿Un punto de entrada atractivo?
Por último, están las valoraciones. Históricamente, las pequeñas empresas europeas han cotizado con una prima de valoración media del 21% (1) con respecto a las de gran capitalización, gracias a su mayor potencial de crecimiento y beneficios. La pronunciada rotación del mercado en 2022 también supone que los valores de crecimiento coticen por debajo de su media histórica. Por tanto, estas valoraciones podrían representar un punto de entrada atractivo para los inversores a largo plazo.
La historia está de nuestro lado. Aunque el rendimiento pasado no es una guía para los resultados futuros, la evidencia muestra que la clase de activos que representan las compañías de pequeña capitalización tiende a superar a las de mayor tamaño a medida que salimos de la recesión o antes. Además, tras periodos de rentabilidad relativamente baja (1999, 2007-08, 2011, 2018) los valores europeos de menor tamaño registraron una fuerte rentabilidad superior en los dos años siguientes (más prolongada en el caso de principios de la década de 2000) (1) . No vemos ninguna razón por la que esta vez vaya a ser diferente.
Fuente: Blomberg, 31 Diciembre de 2022
Consideraciones finales
¿Tienen las pequeñas empresas europeas esa capacidad de recuperación? En nuestra opinión, la respuesta es «sí». Es cierto que seguirán existiendo presiones a corto plazo, ya que el continente se enfrenta a una posible recesión. Sin embargo, muchos de los componentes de la recuperación a más largo plazo ya están en marcha. Las empresas de calidad han estado invirtiendo, lo que debería permitirles seguir ganando cuota de mercado. Las valoraciones también son favorables.
Ya estamos viendo indicios de recuperación. Las pequeñas empresas europeas superaron con creces a la renta variable mundial y estadounidense en el cuarto trimestre del año pasado. La magnitud del rendimiento superior -un 10,9% frente al 0,8% (1) del índice MSCIS World- fue impresionante.
Por eso creemos que los valores más pequeños son una oportunidad atractiva para los inversores con un buen conocimiento de la historia y una mentalidad a largo plazo.
Columna de Álvaro Antón Luna, Country Head de abrdn Iberia.
1. Bloomberg, 31 de diciembre de 2022
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