La invasión rusa de Ucrania ha empeorado las presiones inflacionistas y las perspectivas económicas mundiales. La guerra ha supuesto un impacto en la oferta de materias primas, que afectará negativamente a la demanda mundial y provocará una presión sobre los márgenes de muchas empresas. Las agresivas sanciones impuestas a Rusia también han provocado continuas depreciaciones de activos, para inversores y bancos.
Todos estos cambios reducirán el crecimiento mundial. Sin embargo, el contexto general no es necesariamente negativo para la renta variable de los mercados emergentes. De hecho, pensamos que hay cuatro factores clave que deberían contribuir a apoyar el rendimiento en el futuro.
1. El ciclo de los tipos de interés en los mercados emergentes frente al ciclo de los tipos de interés en EE.UU.
Con el aumento de los precios del petróleo y de otras materias primas debido a la guerra de Ucrania, la inflación, ya de por sí elevada, se ha disparado aún más, lo que ha reforzado la determinación de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de combatir la inflación. De hecho, la Fed ya ha aplicado la primera de un total de siete subidas de tipos previstas para 2022. En el pasado, estas condiciones no solían ser un buen presagio para los activos de los mercados emergentes, en parte porque el aumento de los tipos de interés en EE.UU. tendía a hacer subir también los de los mercados emergentes, lo que frenaba el crecimiento.
Sin embargo, esta vez la situación es bastante diferente. En primer lugar, muchos bancos centrales de los países emergentes han sido más proactivos y ya han subido los tipos de interés mucho antes que la Reserva Federal. Por tanto, si bien los plazos de los recortes de los tipos se han visto probablemente desplazados por la guerra de Ucrania (debido al aumento de la inflación), para muchos mercados emergentes debería reducirse la necesidad de seguir el ritmo de la Fed. En segundo lugar, muchos de estos países parecen estar mucho mejor situados que en el pasado para capear las subidas de tipos de la Fed, gracias a unos balances exteriores más saneados.
2. Apoyo político anticíclico en China
La situación económica actual de China es bastante diferente a la del resto del mundo. El actual declive del sector inmobiliario y la estricta política de «Covid cero» que está provocando confinamientos económicamente perjudiciales en grandes ciudades como Shanghái y Shenzhen dificultan las perspectivas de crecimiento. Sin embargo, con una inflación cercana al 1%, en marcado contraste con la mayoría de las demás regiones, China tiene un margen importante para apoyar la economía mediante la política monetaria y fiscal. De hecho, desde diciembre del año pasado, el banco central chino ya ha recortado su tipo de interés preferente a un año en dos ocasiones.
De cara al futuro, los riesgos adicionales derivados de la guerra de Ucrania han reforzado los argumentos a favor de un apoyo político continuo y proactivo por parte de China. Las expectativas de que se reduzca la reacción reguladora, que ha pesado mucho en el sector tecnológico del país, se vieron reforzadas cuando el viceprimer ministro chino Liu He instó recientemente a los reguladores a adoptar un enfoque más «normalizado, transparente y predecible».
Mientras tanto, en el ámbito de la política nacional, cabe destacar que el 20º Congreso del Partido Comunista Chino se celebrará en el cuarto trimestre. En este importante evento, en el que se espera que el presidente Xi Jinping sea confirmado para un tercer mandato como líder del partido, será primordial la necesidad de demostrar la estabilidad económica y el progreso tangible hacia el objetivo oficial de crecimiento de China para 2022 del 5,5%.
Todos estos factores respaldan los argumentos para que la renta variable china (que tiene una ponderación de casi el 32% en el índice MSCI EM) tenga una base mucho más segura en la última parte del año.
3. El aumento de los precios de las materias primas favorece a algunos mercados emergentes
La amplitud y la magnitud del impacto en la oferta de materias primas y el aumento de la inflación son claramente negativos para el crecimiento mundial en su conjunto. Sin embargo, cabe señalar que el aumento estructural de los precios de las materias primas representa una transferencia de riqueza de los países consumidores a los países productores, muchos de los cuales son países emergentes. Por ejemplo, los fuertes precios de las materias primas tienden a ser beneficiosos para muchas economías latinoamericanas, pero tienen un impacto negativo neto en la mayoría de las economías asiáticas, que en su mayor parte son consumidores.
Para los inversores activos, este tipo de impactos diferenciales puede ser una valiosa fuente de rentabilidad superior a la de los índices. Del mismo modo, en la medida en que la reciente subida de los precios de las materias primas refuerce la demanda de inversión en energías limpias, un área en la que muchas empresas de los mercados emergentes ya tienen posiciones dominantes, los inversores activos también podrían beneficiarse.
4. Valoraciones relativas convincentes
Debido, en parte, a los significativos malos rendimientos desde 2021, la renta variable emergente está ahora significativamente más barata en comparación con la mayoría de los demás mercados de renta variable mundiales.
Uno de los principales causantes de que se hayan desatado las ventas en la renta variable emergente en el último año ha sido la pronunciada debilidad de la bolsa china. Esto refleja los factores económicos antes mencionados, así como algunos otros más vinculados con el mercado, como los temores de exclusión del mercado estadounidense de algunas compañías. Las valoraciones relativas en esta parte clave del universo emergente se han vuelto particularmente extremas debido a algunas ventas bastante indiscriminadas de los últimos tiempos. Sin embargo, aunque será clave ser selectivos, dado el contexto de estímulo proactivo, la menor intervención reguladora y la estabilización del mercado inmobiliario, pensamos que la renta variable china tiene buenas posibilidades de recuperarse y mejorar su rentabilidad, potencialmente de forma bastante significativa en los próximos trimestres.
Uniendo todos estos elementos
En conjunto, tras un periodo de notable falta de rendimiento, la renta variable emergente parece ahora atractivamente barata en comparación con la mayoría de los demás mercados. Creemos que la reducción de la brecha de valor está respaldada por la fase comparativamente avanzada del ciclo de endurecimiento monetario en muchos mercados emergentes.
Además, en un mercado clave como es China, creemos que la perspectiva de un mayor estímulo político, una menor intervención reguladora y la estabilización del mercado inmobiliario podrían impulsar una marcada recuperación en los próximos trimestres. Sin embargo, en los periodos de mayor volatilidad, como los últimos, creemos que seguirá siendo primordial un enfoque selectivo que responda a los riesgos cambiantes.
Columna de Alex Smith, Equity Investment Specialist, abrdn