Después de que los valores FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Alphabet -antes conocido como Google-) se hayan quedado rezagados durante años en el desarrollo de plataformas de consumo, creemos que hay un gran potencial para que Europa se beneficie de la digitalización de la industria. A medida que esto pasa, la brecha de rendimiento tecnológico con Estados Unidos debería empezar a cerrarse.
A lo largo del tiempo, el progreso tecnológico de la humanidad ha sido generalmente constante. Sin embargo, a menudo se ha visto salpicado por periodos de intensa perturbación que suelen estar motivados por cambios repentinos, bruscos y sostenidos provocados por la innovación tecnológica. La revolución actual está impulsada por el crecimiento exponencial del poder de la informática. En particular, el procesamiento cada vez más rápido de los datos y la correspondiente introducción de múltiples nuevas tecnologías.
Un cambio secular
En la primera parte del siglo XX, internet móvil y la digitalización del consumidor impulsaron el crecimiento de la informática. Durante este tiempo, las empresas europeas carecían de la plataforma necesaria para realizar grandes proyectos de internet a gran escala. Como resultado, no pudieron competir con sus homólogas estadounidenses y asiáticas, especialmente con las dominantes FAANG.
Esto está cambiando ahora. El surgimiento de Europa está íntimamente ligado al hecho de que el futuro de los motores del crecimiento en la informática girará cada vez más en torno a la digitalización del proceso de fabricación y de todo el complejo industrial. Esta inversión será amplia y abarcará la inteligencia artificial, los sensores industriales, la robótica y la automatización de fábricas de gran complejidad.
Las causas de este cambio secular son en sí mismas poderosas. Los procesos de fabricación son, por lo general, continuos y, por lo tanto, extremadamente intensivos en datos. Mientras tanto, varias industrias clave tienen instaladas bases de datos de gran tamaño. Este mercado secundario requiere servicios, lo que hace que los datos sean especialmente valiosos. Además, una serie de tecnologías clave (por ejemplo, la simulación y la automatización en tiempo real) son ahora viables. Todo esto es posible gracias a la aparición de tecnologías a escala industrial equivalentes a la primera Revolución Industrial. Bienvenidos a la «segunda era de las máquinas».
Estas inversiones se encuadran en los ámbitos de expertise de Europa. Por ejemplo, en las industrias manufactureras, el software por sí solo no resuelve la ecuación de la digitalización. Más bien hay que combinarlo con una profunda experiencia en el sector y con relaciones duraderas con los clientes. Es aquí donde creemos que Europa, gracias en parte a su rico patrimonio industrial, tiene una ventaja. En Europa se encuentran muchas de las principales empresas de software industrial del mundo, como SAP, Dassault Systems y Siemens. Otro peso pesado que hay que mencionar es Schneider, el especialista en robótica y automatización. En el ámbito central del negocio bancario, está Temenos, mientras que la alemana Nemetschek proporciona soluciones de modelado de información de edificios a arquitectos, ingenieros y empresas de construcción. La lista continúa.
Esta transición hacia la industria como motor del gasto en IT también se observa en el cruce cada vez más creciente entre proveedores de bienes de equipo y de software, donde Europa está tomando la delantera en esta unión de hardware y software.
Dando la vuelta a la realidad
En el pasado, los mercados europeos eran difíciles de navegar. Eran menos fluidos tanto en términos de movilidad del capital humano como de innovación transfronteriza e intersectorial. Los paisajes geográficos y políticos eran complejos. También había una falta de homogeneidad, así como una herencia industrial arraigada. Todo ello constituía una desventaja relativa en la era de Internet, en la que la digitalización del consumidor se imponía a todo. Sin embargo, a medida que las industrias manufactureras se digitalizan rápidamente, muchos de estos rasgos se convierten en ventajas. Ahora, los inversores valoran la comprensión de las complejidades específicas del sector por parte de una empresa y su capacidad para ofrecer productos que satisfagan las necesidades específicas de los clientes.
Como resultado, la reputación de Europa como «vieja economía» está cambiando radicalmente. Los fundamentos del liderazgo europeo existen desde hace tiempo. Sus universidades y centros de excelencia están entre los mejores del mundo. La adopción de tecnología y la narrativa de inversión están empezando a ponerse al día.
Esta transformación se refleja en el último índice de innovación de Bloomberg, con siete países europeos entre los 10 primeros (Suiza #3, Alemania #4, Suecia #5). En los mercados, según Goldman Sachs, en la última década han surgido más de 120 nuevas empresas tecnológicas europeas de más de mil millones de dólares. Desde 2016, Europa ha producido más OPVs de tecnología que Estados Unidos. Y lo que es más importante, los europeos también están acudiendo en masa a unirse a las start-ups y a las nuevas empresas.
La amplitud de la innovación en Europa está surgiendo mucho más allá de estas fortalezas tradicionales. Nacidas de la complejidad, muchas empresas se han transformado en proveedoras de modelos B2B líderes en el mundo en áreas como los pagos. Hay numerosos factores que apoyan este cambio. Los centros tecnológicos emergentes de Lisboa, Barcelona y Estocolmo son focos de talento. Por otra parte, los diferentes regímenes normativos de Europa, junto con los innumerables sistemas de pago y las costumbres, son una caja de pandora para las nuevas infraestructuras y modelos de pago innovadores. Una empresa que tipifica esta tendencia es la plataforma de pagos Adyen.
Reflexiones finales
En nuestra opinión, la búsqueda de mayor eficiencia y el alcance de las nuevas fuentes de ingresos seguirán alejando a los fabricantes de la producción basada en líneas de montaje tradicionales. En consecuencia, creemos que la ventaja tecnológica se ampliará cada vez más, pasando de los disruptores de las FAANG a los líderes de la digitalización industrial. En este sentido, Europa está en una posición privilegiada, con numerosas empresas de alta calidad que operan en áreas como el software industrial y la automatización. El continente también cuenta con una serie de empresas que contribuyen a dar forma al mercado B2B de rápido crecimiento, incluidos los pagos online y los anuncios clasificados. Creemos que estos serán los temas tecnológicos dominantes de las próximas décadas. Para los inversores en Europa, esto creará una gran cantidad de oportunidades aptas para el futuro.
Las empresas seleccionadas se han utilizado únicamente con fines ilustrativos para demostrar el estilo de gestión de la inversión descrito en este documento y no suponen una recomendación de inversión o una indicación del rendimiento futuro.
Tribuna de Jamie Mills O’Brien, Investment Director de Aberdeen Standard Investments