El COVID-19 ha tenido un efecto profundo en todos nosotros. Sin embargo, su impacto final podría ser de mayor alcance que la emergencia sanitaria que afrontamos actualmente. Después de todo, hemos tenido que adaptarnos a una «nueva normalidad» y a los desafíos diarios de los confinamientos. Creemos probable que algunos de estos cambios tengan un impacto duradero. Muchas de las tendencias que estaban en marcha antes de la pandemia ya se están acelerando y posiblemente tendrán un carácter más permanente. Para los inversores, este contexto debería ofrecer oportunidades, especialmente en empresas de pequeña capitalización.
Rápido y ágil
La velocidad del cambio provocado por el COVID-19 ha favorecido y favorecerá a las empresas que pueden adaptarse rápidamente y aprovechar las oportunidades que surjan. Las empresas de pequeña capitalización suelen ser más ágiles y menos burocráticas que sus homólogas más grandes. Muchas son pequeñas empresas gestionadas por sus propietarios. Esto significa que toman decisiones con agilidad, lo que les permite adaptarse y prosperar en períodos turbulentos. Por el contrario, las empresas que se han convertido en «superpetroleros» suelen tener más dificultades para cambiar de dirección cuando los mercados atraviesan períodos de disrupción, como ahora con la crisis del COVID-19. Esta dinámica ha creado ganadores y perdedores en todo el mundo empresarial.
¿El fin de las oficinas?
Durante la pandemia, un gran número de empleados adoptaron el teletrabajo y en estos momentos se debate cómo podría ser la oficina del futuro. Sin embargo, parece claro que las viejas formas de trabajar basadas totalmente en la oficina serán la excepción y no la regla. Las empresas más pequeñas se han podido adaptar a este cambio con notable rapidez. Muchas buscan cada vez más ofrecer a los empleados modelos de trabajo más flexibles y varias empresas han dicho que planean adoptar el «enfoque híbrido». Por tanto, la oficina se convertirá en un área para la colaboración en equipo y el contacto social, en lugar de la base predeterminada para todo el trabajo.
Esto trae consigo oportunidades para aquellas empresas de tamaño menor capaces de aprovechar áreas de crecimiento. Por ejemplo, a medida que trabajar desde casa se convierta en una parte permanente de la vida, los empleados gastarán dinero en mejoras para el hogar y la oficina. Entre las empresas de pequeña capitalización que atienden esta demanda se encuentran la constructora británica Grafton, el minorista de alimentación y bricolaje finlandés Kesko y el proveedor español de piscinas Fluidra.
Del ladrillo al clic
Por lo que se refiere al comercio minorista, durante los confinamientos los compradores acudieron cada vez más a Internet debido al cierre de los comercios no esenciales. Muchos consumidores han descubierto que la experiencia resulta más sencilla y segura de lo que pensaban.
Por tanto, es poco probable que estos consumidores vuelvan por completo a sus hábitos de compra anteriores. Además de beneficiarse directamente de los sitios de compras online, las empresas de pequeña capitalización están desempeñando un papel crucial en los fundamentos necesarios para que este ecosistema funcione. Por ejemplo, el aumento de la entrega de paquetes requiere más almacenamiento y una intralogística mejorada. Este cambio ha ayudado a empresas como el fabricante alemán de carretillas elevadoras Jungheinrich o el proveedor sueco de barreras de automatización de almacenes Troax.
Aumento de la robotización
También podría decirse que la pandemia ha acelerado la tendencia hacia la automatización de los procesos de fabricación. Esto ha estado impulsado por empresas que buscan formas de reducir la intervención humana en procesos propensos a brotes de virus, como los que vimos en las instalaciones de preparación de alimentos. Una vez más, las empresas de menor tamaño están a la vanguardia de este cambio. Muchas veces ofrecen a las empresas más grandes soluciones «entre bastidores» en una variedad de industrias. Entre ellas se encuentran empresas como Komax, cotizada suiza que fabrica máquinas para automatizar el procesamiento de los cables utilizados en vehículos ligeros de pasajeros.
Los fuertes, cada vez más fuertes
Otra tendencia notable de los últimos 12 meses es que las empresas fuertes se han hecho más fuertes. Mientras que los rivales más débiles se preocupan por reestructurar los altos niveles de deuda y tomar decisiones a corto plazo para preservar el efectivo, las empresas de alta calidad continúan invirtiendo en innovación. Un ejemplo es el fabricante alemán de electrodomésticos de cocina Rational, que, en medio de la pandemia, lanzó una nueva versión de su producto de vapor combinado que contó con la aceptación general de los consumidores. En nuestra opinión, este tipo de decisiones, así como las de empresas similares, deberían posicionarlas en una mejor situación de cara al mundo pospandémico.
En cuanto a las empresas de menor calidad, las medidas públicas de estímulo han apoyado muchas áreas de la economía durante los momentos más duros de la crisis. Sin embargo, los políticos retirarán en algún momento ese apoyo, exponiendo a quienes tienen balances y modelos de negocio más débiles a las duras realidades de la economía que les espera. A medida que estas empresas flaqueen, es probable que muchas compañías de alta calidad ganen cuota de mercado.
La importancia de los factores ESG
Los factores ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo) han ido en aumento desde hace años. Numerosas empresas de pequeña capitalización han defendido abiertamente esta iniciativa. Es alentador que muchas hayan fortalecido sus credenciales en el ámbito ESG durante la crisis, especialmente en lo que respecta a la salud y el bienestar del personal. Además, las empresas de menor tamaño, por su propia naturaleza, tienden a estar más conectadas con sus comunidades más próximas. Muchas se han tomado esa responsabilidad en serio, lanzando iniciativas locales para apoyar a quienes las rodean. Esto ha servido para fortalecer los lazos y mejorar la reputación, que son ingredientes clave para el éxito futuro.
Conclusiones finales
El COVID-19 nos ha cambiado la vida a todos. Afortunadamente, este período de disrupción y tragedia también ha creado oportunidades y ha generado cambios positivos. Como hemos señalado, las empresas de pequeña capitalización de alta calidad se han adaptado rápidamente para hacer frente a esta nueva realidad. Creemos que, debido a ello, muchas afrontarán los complicados años que se avecinan desde una posición sólida.
Las empresas han sido seleccionadas únicamente con fines ilustrativos para mostrar el estilo de gestión de inversiones descrito en este documento y no suponen una recomendación de inversión ni ofrecen una indicación de rentabilidades futuras.
Columna de Andrew Paisley, Investment Director en Aberdeen Standard Investments