Con el tiempo, se ha producido una transformación constante en la forma en que se realizan las compras. Desde el punto de vista del consumidor, el dinero en efectivo se vio reemplazado por cheques, luego por tarjetas de crédito, más tarde con herramientas de internet como PayPal y, recientemente, por pagos sin contacto y aplicaciones fintech como Monzo o Revolut. ¿Cómo se comportarán las divisas digitales como Libra o JPM Coin en este entorno?
Hay que plantearse dos cuestiones fundamentales: ¿quién respalda el nuevo dinero? y ¿cómo se regulará o supervisará? Uno de los beneficios, pero también uno de los inconvenientes, de las monedas digitales ha sido la falta de regulación, que atrae a algunas personas. Sin embargo, ¿a quién se puede recurrir si te piratean tu monedero digital?
Los banqueros centrales se han percatado rápidamente de estas cuestiones. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha advertido a Facebook de que debe abordar los asuntos sobre privacidad, blanqueo de dinero, financiación del terrorismo, protección del consumidor y estabilidad financiera. También han expresado preocupaciones similares el Banco de Inglaterra, el Banco de Francia y otros reguladores.
Existen dudas sobre si empresas como Facebook han sido capaces de llevar a cabo una tarea tan complicada, que, al fin y al cabo, debe basarse en la confianza. La reciente multa de 5.000 millones de dólares a Facebook por violación de la privacidad sugiere que al menos hay que hacer preguntas. Muchas grandes firmas de tecnología han demostrado que han jugado «rápido y a la ligera» con los datos.
Compradores, tengan cuidado
Supongamos que estas monedas digitales se vuelven muy populares. Un riesgo obvio para las economías y los mercados financieros sería que las criptodivisas y, por tanto, los depósitos bancarios y otros activos líquidos se introdujeran o se agotaran a gran escala.
El Comité de Política Financiera del Banco de Inglaterra evaluó los criptoactivos y llegó a la conclusión de que en la actualidad no suponen un riesgo para la estabilidad monetaria o financiera del Reino Unido. Sin embargo, advirtió de que en sus formas actuales muchos de ellos plantean riesgos para los inversores individuales y que cualquiera que los compre debería estar preparado para perder todo su dinero.
También puede ser útil distinguir entre formas de dinero público y privado. Las monedas digitales pueden aparecer en un formato basado en cuentas proporcionado por los bancos centrales. Un ejemplo obvio es Suecia, un país en el que los pagos sin efectivo se han generalizado mucho. El Banco Central ha anunciado que el próximo año se pondrá en marcha un proyecto piloto con e-krona. Podría ser una moneda digital vinculada a una cuenta en el banco central que cualquier ciudadano podría abrir.
Estos desarrollos generarían, al final, un efecto importante en la formulación de la política monetaria y, por ende, en los mercados financieros. En lugar de utilizar el sistema bancario para transmitir sus decisiones sobre los tipos de interés, el banco central podría operar de forma universal directamente con los hogares y las empresas. Dependiendo del formato de las cuentas, podría reforzar y acelerar materialmente los vínculos de transmisión para las decisiones políticas.
Un ejemplo sería abrir el camino a los tipos de interés negativos o a que los cambios en los tipos de interés oficiales se produzcan con mayor rapidez. Esto repercutiría más rápidamente, por lo tanto, en las valoraciones de cualquier cartera de activos que posea un hogar o una empresa.
También hay que tener en cuenta los procesos de retroalimentación. Si las llamadas “monedas estables” como Libra se vinculan a una cesta de varias monedas y activos, cuando alcancen un tamaño significativo, los bancos centrales probablemente tendrían que empezar a pensar cómo afectarán a esta cesta sus decisiones.
Los objetivos oficiales pasarían del crecimiento y/o la inflación a las implicaciones para la estabilidad financiera de cualquier movimiento en estas monedas. No hace falta tener una gran imaginación para ver cómo se pondrían en marcha estos circuitos de retroalimentación si despegasen alternativas digitales al dinero convencional.
Existe un posible inconveniente para los ciudadanos de los países en los que los bancos centrales controlan las monedas digitales oficiales. A los bancos centrales les encantaría ser digitales, de modo que la imposición de tipos de interés negativos podría actuar como un impuesto sobre el ahorro. Desde un punto de vista cívico, el hecho de que cualquier Estado pueda tomar dinero directamente de las cuentas de un hogar es un paso significativo. ¡El papel moneda tiene ciertas ventajas!
Los objetivos del proyecto Libra son ambiciosos. El consorcio considera que «el movimiento global, abierto, instantáneo y de bajo coste de dinero creará inmensas oportunidades económicas y más comercio en todo el mundo». En la práctica, la regulación y la supervisión serán extremadamente importantes.
Cualesquiera que sean las perspectivas, la tecnología subyacente se está desplazando hacia las monedas digitales utilizando un formato de moneda estable. Esto podría tener implicaciones importantes para los mercados financieros debido a los cambios que provocan en la construcción de las carteras y, especialmente, en la transmisión de la política monetaria.
Tribuna de Andrew Milligan OBE, director de estrategia global de Aberdeen Standard Investments