Asistí a la 50ª reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, un evento de líderes globales tanto gubernamentales como de compañías, y destacados actores sociales. La conclusión de este encuentro es que tendremos que trabajar juntos para construir un mundo sostenible. Y los inversores tienen un papel crucial: la forma en que invirtamos hoy determinará el mundo en el que viviremos mañana.
Los factores ASG, a un primer plano
Las cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) siempre han estado en la agenda de Davos, pero históricamente estos debates se han celebrado al margen. Este año, sin embargo, pasaron a un primer plano.
Antes del evento, el Foro Económico Mundial publicó su informe anual sobre los riesgos mundiales en el que destacaba que «el cambio climático está golpeando más fuerte y más rápido de lo esperado». Las cuestiones ambientales representan los cinco riesgos más probables y tres de los cinco principales según su impacto: aumento del nivel del mar, incremento de los fenómenos meteorológicos y pérdida de hábitat. En efecto, los inversores tendrán que desarrollar nuevas herramientas para medir el éxito que trasciendan las métricas de riesgo y rentabilidad. Esto creará incentivos e impulsará un cambio en los comportamientos.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU proporcionan un marco ampliamente aceptado para esta agenda. Incluyen una serie de indicadores para medir el progreso de los gobiernos. Además, un grupo de organizaciones desarrolla medidas similares de impacto para empresas e inversores. Estas monitorizan el capital humano, social y natural, complementando las medidas de capital financiero, y pueden ayudar a configurar las decisiones de inversión.
El presidente de Aberdeen Standard Investments, Sir Douglas Flint, fue el anfitrión del lanzamiento del informe de The Economist Intelligence Unit sobre «El futuro del gasto público». El documento concluye que el uso de medidas correctas es vital para impulsar el desarrollo. Esto puede alentar la innovación necesaria para alcanzar esos objetivos.
Invertir en un mundo de bajas emisiones
El contexto económico crea desafíos para los inversores e incentiva la financiación de la transición a un mundo con bajas emisiones de carbono. Consideramos que seguiremos asistiendo a un entorno de débil crecimiento con una baja inflación, aspectos que llevan a un escaso retorno de la inversión, lo que ha derivado en un entorno de tipos de interés a largo plazo en niveles nunca vistos antes (y todo apunta a que estos tipos ultra bajos permanecerán así durante mucho tiempo). Esto hace que la decisión de ahorrar para la jubilación se convierta en un reto para los ciudadanos.
Como resultado, los inversores tienen un poderoso incentivo para buscar fuentes alternativas de rentabilidad. Los beneficios previstos procedentes de las energías limpias son atractivos frente a muchas otras inversiones. Además, ofrecen la oportunidad de diversificar las fuentes de retorno. Esto permite a los inversores asignar capital de manera responsable -ajustándose a sus valores- sin sacrificar los posibles beneficios o aumentar el riesgo.
Amanda Young, nuestra Responsable Global de Inversiones Responsables, y yo lideramos un debate con destacados académicos sobre la importancia de la asignación de capital para un mundo sostenible. En dicho debate se destacó que la lucha contra el calentamiento global va más allá de la inversión en infraestructuras físicas, como las turbinas eólicas y los automóviles eléctricos.
Momento de actuar
Es fundamental que este año aumentemos nuestras ambiciones para hacer frente al cambio climático. Su impacto físico se está sintiendo en todo el mundo; con temperaturas récord, graves inundaciones e incendios devastadores. La presión pública para actuar nunca ha sido tan grande. Lo que nos comprometamos a hacer este año determinará la vida en este planeta durante décadas.
Las gestoras tienen un papel fundamental que desempeñar en esta tarea. En Aberdeen Standard Investments, consideramos los riesgos y oportunidades del ASG como una parte integral de cada decisión de inversión. Buscamos influir en la estrategia corporativa a través de nuestro compromiso con la gestión. Y nos hacemos oír sobre la necesidad de desarrollar políticas más contundentes en materia de cambio climático.
En términos generales, la industria de la inversión necesita actuar -y ser vista actuando- por el bien común. Los inversores no pueden ser observadores pasivos del impacto de sus actividades. La base de nuestra industria es su deber fiduciario de cuidar a los clientes. Dicho deber ha de incluir la gestión activa de este impacto en la sociedad.
La nueva gestión activa cambiará el enfoque de la inversión, alejándose de la obsesión por los rendimientos relativos. Nuestra industria necesitará proveer soluciones de inversión acordes con los resultados financieros para nuestros clientes. Sin embargo, la inversión responsable significa gestionar también los resultados ambientales y sociales. Invertir para un futuro mejor es el propósito de nuestra empresa. Queremos predicar con el ejemplo y por eso, entre otros factores, nos hemos comprometido a ser neutrales en carbono de ahora en adelante.
El camino futuro no está claro, pero llegamos a un consenso sobre una cosa: debemos actuar, actuar ahora y actuar juntos.
Tribuna de Keith Skeoch, CEO de Aberdeen Standard Investments