Durante el mes de agosto muchas familias han ido de vacaciones a lugares lejanos. Cuando estén allí, ¿con qué divisas van a pagar sus souvenirs? Hoy podrían ser dólares y euros, pero en los próximos años ¿podrían hacerlo con Libra y JPM Coin?
El mundo se ha acostumbrado a las divisas digitales o criptodivisas como el Bitcoin y Ethereum, que han demostrado ser volátiles a la hora de comprarse y venderse, ya que sus precios fluctúan considerablemente. No cuentan con activos subyacentes. En un momento dado, el Bitcoin cayó de 20.000 a 6.000 dólares en poco más de cuatro meses. Estas monedas han sido asociadas con actividades especulativas o criminales. El presidente Trump afirmó que no le gustan las criptodivisas «ya que no son dinero y su valor es altamente volátil y está basado en el aire».
Ha llegado la hora de una nueva jerga y de que algunas compañías bien conocidas entren en la contienda. Una de las nuevas expresiones es «divisas estables», es decir, una forma digital de dinero con un valor fijo. Facebook anunció hace poco que había formado un consorcio para lanzar el año próximo una criptomoneda global de este tipo, llamada Libra. Detrás del proyecto hay veintisiete socios, incluyendo prestigiosas compañías como Mastercard, Visa, Paypal, Spotify, eBay, Uber y Vodafone.
Libra y Calibra
Una organización relacionada, Calibra, ofrecerá billeteras digitales usando tecnología de blockchain para ahorrar, enviar y gastar Libra. Aún no se han ultimado los detalles, pero el plan es garantizar cada moneda Libra con una reserva de activos del mundo real que adoptará la forma de una cesta de las principales monedas de alta calidad invertidas en depósitos bancarios y en títulos gubernamentales a corto plazo.
En la práctica, Libra se comprará a través de un enlace a la cuenta bancaria de un individuo. El ejemplo más cercano en el mundo real sería la junta monetaria que respalda al dólar de Hong Kong y su tipo de cambio relativamente fijo con el dólar estadounidense.
Por lo tanto, cualquiera que utilice Libra debe contar con que no tiene una paridad fija con una moneda única y que se permitirá que su valor fluctúe hasta cierto punto. Ya existen otras monedas estables como Tether y tampoco podemos olvidar que ya han surgido preguntas sobre el tamaño de las reservas que respaldan estas monedas digitales en la práctica.
Del mismo modo, el banco estadounidense JPMorgan Chase ha anunciado que lanzará monedas digitales con un tipo de cambio fijo frente al dólar estadounidense. Mediante el uso de la tecnología blockchain, el banco espera poder realizar transferencias instantáneas, reduciendo así los riesgos de contrapartida y de liquidación de los clientes.
¿Cuál es la razón del lanzamiento de estas monedas? Los avances tecnológicos son ciertamente un motivo, ya que la tecnología blockchain puede determinar inmediatamente quién es el propietario de un activo en particular.
Podría decirse que los programas de expansión cuantitativa (QE) también han jugado un papel importante; los diversos esfuerzos de todos los bancos centrales del mundo se han visto impulsados, en parte, por el deseo de debilitar, o incluso de devaluar, las monedas. Es cierto que los malos recuerdos de la crisis financiera mundial han impactado en la confianza en el sistema bancario de muchos países. En el actual entorno, un mundo de tipos de interés negativos, el principio de tener cierta competencia en el suministro de divisas puede no ser algo malo.
Si estamos a las puertas de la aparición de una nueva forma de dinero, ¿cuáles son las implicaciones para los mercados financieros? Es importante diferenciar entre dinero y ahorros a corto plazo, y activos e inversiones a largo plazo. Las definiciones son más importantes en este ámbito.
Si definimos el dinero como moneda (la libra, el euro, el yen, etc.), entonces en el día a día se trata de una herramienta útil para realizar compras (por ejemplo, a través de una tarjeta de crédito), puede ser un depósito de valor en términos nominales (dinero en efectivo que se guarda en el banco o debajo del colchón), puede dar un pequeño rendimiento a lo largo del tiempo (como los intereses de una cuenta de depósito) y es necesario para pagar los impuestos.
Los activos o valores son muy diferentes; normalmente incluirían acciones o activos inmobiliarios o bonos del gobierno y corporativos. Cuando compramos un instrumento financiero, nos convertimos en propietarios parciales o totales de dicho activo y esperamos una rentabilidad a cambio de invertir dinero: un dividendo, un alquiler, algún interés o un cupón.
Tribuna de Andrew Milligan OBE, director de estrategia global de Aberdeen Standard Investments