Las noticias esperanzadoras sobre las vacunas de la COVID-19 han vuelto a centrar el interés de los inversores en las acciones del sector sanitario. Sin embargo, no deberían ir a la caza de la panacea para acabar con la pandemia. Centrarse en los fundamentales de negocio es una manera mucho más acertada de encontrar valores del sector sanitario con potencial a largo plazo que la búsqueda del próximo gran fármaco.
Los buenos resultados relativos a las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer y Moderna, cuyas acciones se dispararon al conocerse la noticia, han seducido a los inversores, que podrían tener la tentación de buscar fármacos superventas a la hora de invertir en acciones del sector sanitario. Sin embargo, el MSCI World Health Care Index se ha situado a la zaga del índice global general desde el anuncio de Pfizer el 9 de noviembre hasta el 20 de noviembre. De hecho, los éxitos recientes refuerzan nuestra opinión de que los inversores deberían centrarse en el negocio en lugar de la ciencia para identificar acciones prometedoras del sector sanitario.
La competencia podría reducir la rentabilidad
Aún es demasiado pronto para las empresas que llevan ventaja con la vacuna. Es necesario disponer de más información para validar la eficacia de los fármacos y la seguridad de la vacuna. Si bien las disponibles parecen prometedoras, cerca de 70 empresas de todo el mundo trabajan en más de 200 vacunas nuevas para el coronavirus. La mayoría todavía se encuentran en las primeras etapas de desarrollo y aún es difícil predecir cuáles conseguirán llegar a la línea de meta.
Se comercializará más de una vacuna contra el coronavirus y la demanda será enorme, ya que todos los países del mundo tratarán de conseguir dosis suficientes para sus poblaciones. Sin embargo, no creemos que lleguen a ser productos demasiado rentables, ya que se prevé que exista competencia entre varios productos.
Es comprensible que la carrera por la vacuna resulte fascinante. Todo el mundo quiere formar parte del fármaco que nos salvará de la pandemia del mismo modo que todo el mundo quiere invertir en la cura para el cáncer, el Alzheimer y muchas otras enfermedades. Sin embargo, es sumamente difícil adivinar cuáles de los fármacos que se están desarrollando tendrán éxito. Según los datos del sector hasta 2017, de las miles de empresas biotecnológicas que se han creado desde 1976, solo 59 cuentan con más de un fármaco autorizado y solo cinco disponen de más de cuatro.
Sin duda, determinadas empresas que desarrollan fármacos pueden ser buenas inversiones. No obstante, creemos que una tesis de inversión no debería estar basada en la ciencia que respalda una vacuna contra la COVID-19 o cualquier otro tratamiento.
¿Qué define un modelo de negocio sólido?
Identificar empresas del sector sanitario con sólidos modelos de negocio es una estrategia mucho más acertada. Creemos que este planteamiento conduce a una senda de resultados y rentabilidades a largo plazo mucho más coherente y justificable.
Las empresas sólidas del sector sanitario tienen características similares a las de las buenas empresas de otros sectores. En concreto, creemos que unas rentabilidades del capital elevadas o crecientes y una tasa de reinversión sólida señalan una ventaja empresarial. Cuando una empresa genera beneficios superiores a los costes del capital y reinvierte dichas ganancias en el negocio, nuestro análisis apunta a un modelo subyacente que es duradero.
Temas del sector sanitario que merecen atención
Varios temas sanitarios sustentan una dinámica de negocio sólida para las empresas del sector. Se están acelerando las mejoras en los diagnósticos debido a los avances relacionados con la secuenciación del genoma humano. Las terapias mínimamente invasivas y la robótica ayudan a los hospitales a incrementar la rotación de pacientes y ahorran costes para los sistemas sanitarios. La telemedicina ha recibido un impulso durante la pandemia al aumentar el número de pacientes que procuran realizar consultas de manera virtual.
Las empresas en estas áreas pueden brindar acceso a un potencial de crecimiento prometedor más fácil de predecir que la perspectiva de un nuevo fármaco. Por ejemplo, Illumina es proveedor líder de instrumentos y reagentes para la secuenciación del ADN, un método que se utiliza para el diagnóstico clínico en áreas como la oncología, y que ha mostrado ventajas de precisión y costes frente a sus competidores. Edwards Lifesciences fabrica válvulas aórticas que pueden ayudar a los enfermos con patologías cardiacas a evitar la cirugía a corazón abierto, una ventaja para los hospitales y los pacientes, sobre todo en época de pandemia.
Para los negocios sólidos, los fármacos superventas son un plus
Algunas empresas interesantes del sector sanitario han sufrido un descenso de la demanda, ya que la COVID-19 ha establecido nuevas prioridades en los procedimientos médicos para las personas y los hospitales. No obstante, creemos que los productos y servicios que crean eficiencias para los pacientes y los sistemas sanitarios conseguirán perdurar en el tiempo, sobre todo cuando se normalicen las condiciones del sector.
Cuando la vacuna llegue al mercado, aplaudiremos su éxito como todo el mundo con la esperanza de un regreso a la normalidad. Sin embargo, los inversores en renta variable no deberían distraerse con los titulares y los extraordinarios movimientos que registran las acciones de los ganadores de la vacuna. Las carteras de valores del sector sanitario deberían centrarse en compañías con ventajas empresariales a largo plazo y, si resulta que alguna de esas ventajas surge de la vacuna de la COVID-19 u otro fármaco superventas, considerarla como un plus en una posición que por lo demás debería ser sólida.
Tribuna de Vinay Thapar, gestor y analista sénior de US Growth Equities y la cartera International Healthcare en AllianceBernstein
El fondo AB International Health Care Portfolio busca ofrecer un crecimiento atractivo a largo plazo del capital superior al MSCI World Healthcare Index invirtiendo principalmente en empresas internacionales del sector salud, de alta calidad. Con cerca de 1.500 millones de dólares en activos bajo gestión, se basa en un análisis exhaustivo para tratar de hallar compañías que presentan una rentabilidad elevada o en proceso de mejora, y sólidos índices de reinversión. La estrategia aprovecha las características defensivas del sector salud y su menor exposición al entorno macroeconómico, y el riesgo de la cartera está distribuido entre múltiples empresas de forma equilibrada.