La respuesta global a la crisis del coronavirus ha reforzado la importancia de la inversión sostenible. El sector privado ha desempeñado un papel clave en los esfuerzos para detener el virus y acomodarse a las cambiantes tendencias de consumo, por lo que los inversores deberían buscar empresas con credenciales medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) sólidas para los drásticos cambios que se están produciendo en todo el mundo.
Los valores sostenibles cayeron mucho menos que el mercado general durante el histórico desplome del primer trimestre. Sin embargo, una agenda de inversión sostenible proporciona mucho más que protección frente a las bajadas. Creemos que las carteras centradas en los factores ESG pueden ofrecer resultados en diversidad de condiciones de mercado y proporcionar ventajas a los inversores durante la crisis de la COVID-19 y la eventual recuperación.
Resiliencia en la oleada de ventas
Las empresas con las prácticas ESG más sólidas en relación con sus homólogas son, por definición, empresas de mayor calidad. Son más rentables, sus beneficios son menos volátiles y, según los análisis de MSCI, mitigan mejor los riesgos empresariales graves, que pueden provocar importantes pérdidas financieras e incluso quiebras. En consecuencia, tienden a proporcionar más protección frente a las caídas en tiempos de tensión en el mercado.
Estos atributos fueron muy demandados durante la oleada de ventas. En el primer trimestre, las empresas con las calificaciones ESG más altas (AAA y AA) del índice MSCI ACWI cayeron un 15,6% de media, unos 650 puntos básicos menos que aquellas con las calificaciones más bajas (B y CCC). El diferencial fue incluso más amplio en el caso de la renta variable estadounidense, donde los líderes en ESG experimentaron un declive del 10,8%, mientras que el mercado perdió un 19,6%.
El capitalismo de los grupos de interés, a prueba
La crisis del coronavirus está redefiniendo el liderazgo en ESG. Al aumentar el impacto social y económico de la pandemia, asistimos a la primera gran prueba de la era del capitalismo de los grupos de interés.
El verano pasado, 181 CEOs estadounidenses firmaron una declaración conjunta en la que se comprometían a que sus empresas incluirían consideraciones para todos los grupos de interés, no solo los accionistas. En una declaración emitida por la Business Roundtable, los líderes empresariales ratificaron su compromiso con el apoyo a la salud medioambiental y social de las comunidades en las que llevan a cabo su actividad y la adopción de prácticas sostenibles. Medidas que en el pasado podrían haber sido desdeñadas como meramente filantrópicas o de relaciones públicas, se están contemplando de forma totalmente diferente.
Aunque es posible que estas medidas no favorezcan directamente a las ganancias a corto plazo, los inversores entienden cada vez más que las empresas que siguen los criterios ESG verán reforzado su posicionamiento competitivo al rebajar el riesgo regulatorio, fortalecer la fidelización de los clientes y reforzar el compromiso de los trabajadores.
Llamada a la sostenibilidad global
Los desafíos creados por la crisis del coronavirus son una llamada a la sostenibilidad global. Del mismo modo en que los gobiernos no pueden vencer al virus sin el sector privado, los mayores desafíos medioambientales y sociales del mundo no pueden resolverlos por sí solas las políticas públicas. Los gobiernos pueden crear marcos legales favorables, pero, en última instancia, precisan de la capacidad innovadora y financiera del sector privado para impulsar un cambio significativo. Además, las empresas con las mejores soluciones pueden aprovechar oportunidades de crecimiento a largo plazo.
Sin embargo, no siempre es fácil para los inversores identificar qué empresas pueden beneficiarse de estas tendencias sostenibles. En nuestra opinión, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) suponen una buena guía, pues señalan el camino hacia cambios estructurales a largo plazo que impulsarán el crecimiento.
Identificar temas de crecimiento a largo plazo
Los temas de inversión derivados de los ODS ofrecían una amplia gama de oportunidades de inversión incluso antes de que el mundo se viera sacudido por el coronavirus. Ahora, la crisis está cambiando comportamientos y creando oportunidades, así como acelerando algunas tendencias que ya estaban presentes.
Las TIC ya eran vitales para la agenda de los ODS como un medio para compartir conocimiento y conectar comunidades. En el mundo actual de distanciamiento social, las tecnologías de la comunicación digital que respaldan la “virtualización de todo” están cobrando una fuerza enorme. Las empresas que ofrecen el hardware y el software que nos permiten trabajar, comprar, aprender, hacer ejercicio y recibir asistencia sanitaria de forma digital asistirán claramente a un fuerte aumento de la demanda a corto plazo.
Las compañías de tecnología financiera y de pagos contribuyen al crecimiento de las pymes, otro objetivo clave de los ODS. Aunque estas empresas suponen una parte importante del empleo y el crecimiento económico, a menudo las entidades financieras tradicionales no las atienden en la medida necesaria. Las soluciones fintech amplían el alcance de las firmas más pequeñas, aumentan su rentabilidad y les proporcionan un mejor acceso al capital.
Seguir con valores sostenibles
Desde nuestro punto de vista, las empresas sostenibles tienen poder de permanencia en el largo plazo. Han demostrado con claridad su resiliencia en épocas de debilitamiento de los mercados. Y aunque es cierto que una recuperación podría favorecer, al menos temporalmente, a los títulos que se comportaron peor en la oleada de ventas, creemos que las perspectivas a largo plazo para los valores sostenibles son muy prometedoras. Desde nuestro punto de vista, la crisis está brindando nuevos catalizadores para aquellas empresas que pueden proporcionar soluciones innovadoras a nuestros mayores desafíos medioambientales y sociales.
Tribuna de Dan Roarty, jefe de inversión en renta variable temática y sostenible de AllianceBernstein
El AB Sustainable Global Thematic Portfolio tiene como objetivo lograr la revalorización del capital a largo plazo invirtiendo en una cartera diversificada de empresas expuestas positivamente a temas de inversión orientados a cuestiones medioambientales o sociales basados en los ODS. La estrategia aspira a obtener un rendimiento superior al MSCI AC World Index invirtiendo exclusivamente en empresas bien gestionadas según estos criterios. Para ello, integra factores ESG en todas las decisiones de inversión y detecta así inversiones atractivas con perspectivas de crecimiento y valoraciones interesantes.