A pesar de la decepción después de que el Banco de Japón (BOJ) no actuara en su última reunión de abril, no hay que escuchar a quienes proclaman que Abenomics ha muerto. De hecho, está vivo y en buena forma.
Muchos sugieren que de alguna manera Abenomics ha sido hasta ahora un fracaso, pero esto es sólo parcialmente cierto si esperábamos milagros. La verdad es que:
1) Incluso a pesar de su reciente subida, el nivel actual del yen se compara favorablemente con el cambio de 78 yenes por dólar que había antes de poner en marcha el paquete de medidas de Abenomics.
2) El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP) ha sido negociado con éxito, lo que requiere reformas económicas sustanciales, especialmente en el sector agrícola, hasta ahora fuertemente protegido.
3) El objetivo de una inflación al 2% era ambicioso, pero el IPC –excluida la alimentación y la energía- se acerca ahora al 1% frente a la tasa plana o incluso negativa de antes de Abenomics.
4) Japón empieza a creer ahora en el valor del accionista, los programas de recompra de acciones y la mejora de los márgenes de beneficio antes de impuestos, que han subido hasta niveles récord, especialmente en los sectores de servicios no sensibles a la cotización del yen.
5) Los impuestos corporativos han bajado de forma generalizada, de tal forma que los márgenes de beneficio neto recurrentes están mejorando incluso aún más rápido que los márgenes antes de impuestos.
6) Cuando miramos el panorama económico general, no las estadísticas macroeconómicas, uno ve el pleno empleo, subida o estabilización de los precios de la vivienda (después de décadas caída de la riqueza), y una competitividad internacional sólida en las industrias avanzadas.
7) Reina la estabilidad política mientras que antes el primer ministro cambiaba casi cada año.
8) Las mujeres están aumentando su participación en el mercado laboral y en los dos últimos años se han creado más de 200.000 plazas de guardería.
En cuanto al Banco de Japón, la razón probable por la que decidió esperar en abril debe ser la de asegurarse que su siguiente paso estaba perfectamente organizado desde el punto de vista logístico, en comparación con la adopción en enero de los tipos de interés negativo. Ciertamente, la logística para poner en marcha un programa del estilo del TLTRO de BCE es mucho más complicada que el simple aumento de las compras del QE, y requiere mucha más planificación y transparencia.
Pero retraso no significa rendición, y si alguien piensa que el gobernador Kuroda no está dedicado totalmente a la consecución del objetivo de una inflación positiva, se equivoca gravemente y se verá decepcionado cuando el Banco de Japón ponga en marcha su próxima gran decisión, probablemente en junio.
Los TLTROs, que proporcionan financiación con tipos de interés negativos a los bancos si pueden demostrar que va a aumentar el crédito, son necesarios, ya que en enero, la puesta en marcha de los tipos de interés negativos sobre el exceso de reservas llevó a los analistas a recortar sus estimaciones de ganancias de los bancos, lo que condujo a una oleada de ventas de sus títulos. Puesto que el precio (incluyendo el precio de los activos como el del sector inmobiliario y las acciones, con el fin de crear «efecto riqueza») es una parte clave de la creación de inflación de Abenomics, los bancos no deberían verse penalizados demasiado, o de lo contrario los préstamos y precios de las acciones no subirán de manera constante.
Además de un TLTROs, el siguiente movimiento del Banco de Japón es probable que aumente la cantidad de reservas de los bancos que no están sujetos a las tasas de interés negativas. También se espera un aumento de las compras de ETFs a un nivel que va a empezar a tener implicaciones de política monetaria en lugar de reflejar simplemente el deseo del Banco de Japón de aumentar el apetito por el riesgo del pueblo japonés.
En lo que respecta a la flecha fiscal, el » helicóptero del dinero» es un término vago y controvertido. Si significa un peligroso y extraordinario aumento en el gasto fiscal financiado mediante una inyección monetaria, entonces no es probable que suceda. Sin embargo, Japón aumentará pronto y de forma considerable el gasto fiscal, sobre todo debido al terremoto, y el Banco de Japón indirectamente financiará gran parte de esto.
Por lo tanto, las «flechas» monetarias y fiscales se acelerarán pronto, mientras que es probable que la economía continúe creciendo a un ritmo moderado. Sería de gran ayuda si Estados Unidos aprueba el TPP, pero incluso si no lo hace, es probable que de todas formas Japón ponga en práctica la mayor parte de las reformas. Son especialmente necesarias las del sector agrícola.
Otras reformas, como la del mercado de trabajo, también ayudarán a demostrar que Abenomics está vivo y en buena forma. Sin embargo, creo que tiene una importancia clave que las empresas japonesas sean pro-activas en este esfuerzo. Es necesario que inviertan de forma más local, en lugar de en el extranjero, y sean más creativos en la creación de nuevas empresas, especialmente en las tecnologías verdes. Abenomics no se trata sólo del primer ministro y su equipo: es el futuro de Japón en su conjunto.
John Vail es estratega jefe de Nikko AM.