El año 2013 está llegando a su fin y los inversores inevitablemente empiezan a centrar sus pensamientos en el 2014, así como a asumir la realidad de que los activos de riesgo tendrán que aprender a vivir sin el aparentemente interminable flujo de liquidez de los bancos centrales. Esto suscita inquietud, ya que el crecimiento de los beneficios con el que muchas empresas habían contado durante la segunda mitad de este año no se ha materializado. Si esta tendencia continúa, y la atención del mercado se desplaza gradualmente desde la liquidez hacia los fundamentales, los activos de riesgo podrían verse sometidos a una gran presión.
Con la excepción del high yield, los mercados de renta fija han registrado un comportamiento deslucido este año, y prevemos una tendencia similar en 2014
Con la excepción del high yield, los mercados de renta fija han registrado un comportamiento deslucido este año, y prevemos una tendencia similar en 2014. La incesante búsqueda de ingresos ha apoyado el sector de renta fija high yield, que ofrece el nivel más elevado de ingresos (al menos en términos relativos, si bien los rendimientos se sitúan en sus mínimos históricos) y la exposición más corta a la duración de la clase de activos de renta fija. Consideramos que el crédito corporativo constituye una clase de activos idónea en un mundo de débil crecimiento, y resulta evidente que los flujos de cupones y los vencimientos de otros títulos seguirán absorbiendo con facilidad nuevas emisiones. Por sectores, las entidades financieras siguen mostrándose favorables a conceder créditos (y esperamos que sigan así), pero las empresas parecen privilegiar a los accionistas, con el incremento del apalancamiento que ello implica. En los principales mercados de deuda soberana, los rendimientos aumentarán el próximo año, sobre todo si la Reserva Federal lleva a cabo una reducción gradual de estímulos antes de lo previsto (sigo creyendo que esto se producirá a finales de marzo). Sin embargo, no esperamos que los principales mercados se desmoronen, y anticipamos que los rendimientos de los valores del Tesoro estadounidense a 10 años se situarán en torno al 3,5% hacia finales de 2014. Determinados mercados de deuda soberana, como los del Reino Unido y Estados Unidos, están ofreciendo rendimientos reales positivos, lo que brindará algo de apoyo en términos de valoración en lo que aún podría considerarse como un mundo de débil crecimiento y ansia de ingresos.
Los rendimientos de los valores del Tesoro estadounidense a 10 años se situarán en torno al 3,5% hacia finales de 2014
En cuanto a nuestra reciente actividad, hemos ido eliminando algo de riesgo de nuestras carteras multiactivos, principalmente mediante reducciones en renta variable y deuda de los mercados emergentes. La espiral de ventas que experimentaron estas clases de activos durante el verano, como consecuencia de los temores a una posible reducción de los estímulos, hace presagiar importantes acontecimientos para el próximo año. En efecto, los activos de los mercados emergentes probablemente tendrán que hacer frente a una serie de dificultades en 2014, que serán entre otros una subida de los rendimientos de los títulos del Tesoro, un dólar más fuerte y un entorno de liquidez menos favorable.
Para el año que viene, no esperamos que se repitan las espectaculares rentabilidades de 2013
Para el año que viene, no esperamos que se repitan las espectaculares rentabilidades de 2013, si bien seguimos siendo optimistas respecto a las perspectivas de los activos de riesgo. Están apareciendo algunos riesgos de cola (como la deflación en Europa y las tensiones políticas regionales entre China y Japón) que, si bien no forman parte de nuestro escenario principal, podrían sembrar incertidumbre en los mercados en caso de que se constatara un continuo deterioro de las recientes tendencias en estas regiones. China añadió una nueva pieza al tablero con sus recientes anuncios sobre política nacional tras el Tercer Pleno, dejando entrever un giro hacia políticas más favorables a los mercados. No obstante, como cabría esperar, el calendario, los detalles y la implementación de dichas medidas siguen siendo una incógnita.
Columna de opinión de Mark Burgess, director de inversiones, Threadneedle