La inversión global en multiactivos está cambiando conforme evolucionan los requisitos de los inversores, se instala un entorno más difícil en los mercados financieros y empieza a haber disponible una gama más amplia de instrumentos de inversión. Esto a su vez proporciona acceso a las diferentes características de riesgos y retornos.
En la década de los 80 y los 90, el continuado mercado alcista tanto en bonos como en acciones se traducían en que el programa típico de multiactivos, comúnmente conocido como «fondos mixtos», consistía en una exposición bastante estáticas a esas dos clases de activos, que obtenían una excelente rentabilidad. Conforme pasó el tiempo, la rentabilidad empezó a evaluarse cada vez más el ranking de grupos de pares, sin hacer referencia a los riesgos, en lugar de evaluar la rentabilidad total o real de la estrategia.
La carga de comisiones totales a los inversionistas también se incrementó inexorablemente. En aquel entonces, los mercados bajistas eran cíclicos y menos extremos. En consecuencia la ausencia de riesgo por lo general no se vio recompensada, o para el caso, no estaba valorada por los inversores. Las asignaciones a la renta variable siguieron subiendo conforme los gestores de fondos se centraron demasiado en ver cómo lo estaban haciendo sus competidores, en lugar de mirar hacia el futuro. Incluso las valoraciones se hicieron más extremas.
Entonces estalló la burbuja. La aparición de un mercado bajista permanente en la década de 2000 marcó una lección brutal de las características de riesgo y recompensa de los mercados de renta variable. Esto se repitió, en un grado mayor, unos años más tarde, en 2008. Los inversores que se consideraban así mismos como conservadores sufrieron graves pérdidas con estos fondos multiactivos. «Equilibrados» estos fondos no eran. Lo mismo ocurre con los mandatos de índices de referencia estáticos que tienen grandes asignaciones estructurales para la renta variable y con riesgo referenciado a la capitalización de mercado.
Castigados por estas experiencias, los inversores, se volvieron más conscientes de los riesgos y mucho más centrados en los resultados.
Al final resultó que la vida no era tan simple para estas estrategias, y el trozo del pastel que quedó para los inversores no logró abrir suficientemente el apetito. Sin embargo, la industria de la inversión entendió tardíamente el mensaje y respondió a las demandas de los ahorradores con una creciente oferta productos más rentables, conscientes del riesgo y orientados a los resultados de la inversión.
Liberados de los índices de referencia convencionales, los managers han ampliado el rango de su oferta y están más dispuestos a ser flexibles en cuanto a sus preferencias de asignación de activos. También utilizan cada vez más una gran variedad de instrumentos y técnicas de derivados, que anteriormente eran de dominio exclusivo de los hedge funds, y con esto consiguen gestionar el riesgo de manera más eficaz y visualizar la asignación de activos de manera más eficiente.
Donde los tradicionales portfolios equilibrados tendían a tener un «sesgo nacional» hacia los activos domésticos, a medida que nos alejamos del año 2000, los nuevos programas multiactivos aprovechan todas las oportunidades globales no sólo a través de acciones y bonos, sino de real estate, divisas, infraestructuras, volatilidad y así sucesivamente.
En unmundo cada vez más integrado a nivel mundial, esto tiene sentido y el riesgo de cambio con respecto a la moneda base del inversor puede ser cubierto con facilidad y de forma rentable, si se desea. Las técnicas de construcción carteras basada en riesgo también han sido adoptadas para ayudar a mejorar la exactitud de la calibración de determinadas asignaciones y para comprender cómo están relacionados con otras exposiciones en un cartera.
¿A que se enfrentan hoy en día los portfolio managers de estrategias multiactivos?
En primer lugar, es probable que sea necesaria una mayor flexibilidad en la asignación de activos dado el actual mundo de los mercados financieros. Creemos también que es posible que la rentabilidad de muchas clases de activos decaiga, por lo menos durante un período de tiempo. Como resultado, la dependencia de las asignaciones estratégicas a los tradicionales bloques de mercado «beta» para impulsar las rentabilidades con un riesgo moderado podrían llegar a ser dolorosamente infundadas.
La diferencia entre los enfoques tradicionales de inversión y lo que ahora puede considerarse como «mejor práctica» se han ido distanciando y es probable que, dados los cambios en el mercado, esto se haga más evidente.
En segundo lugar, la capacidad dentro de los equipos de multiactivos de ver el mundo desde una perspectiva ‘bottom-up’, en lugar de confiar en el tradicional enfoque ‘top-down’, será algo de vital importancia en el cumplimiento de los objetivos de los inversores. Creemos, este es un mundo que va a favorecer a los grandes equipos, bien organizados, con capacidad de analizar y comprender los portfolios de arriba a abajo. El tamaño importa para los equipos multiactivos, al igual que lo que haces con él.
Por último, una mayor precisión y discriminación en torno a la expresión de una opinión, debería dar lugar a portfolios diversificados de forma más robusta. Un enfoque en los comportamientos de la clase de activos es, a nuestro juicio, fundamental en el logro de una sólida diversificación.