En las últimas semanas, el mercado ha estado repleto de conversaciones sobre la existencia en las bolsas de una rotación desde sectores más defensivos, como los servicios públicos, los REIT y las compañías de gran capitalización, a otros «coyunturales más arriesgados «. Aunque es cierto que hay claramente una rotación en marcha, no creo que la tendencia actual vaya a durar.
Esta rotación comenzó en septiembre, cuando los datos económicos comenzaron a confirmar un repunte en el ritmo de crecimiento de EE.UU., y se reforzó después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Los comicios dieron al mercado algo de adrenalina, al anticipar los inversores unos impuestos más bajos, menos regulaciones gubernamentales y un aumento significativo del gasto en infraestructuras, que teóricamente deberían mejorar el ritmo de crecimiento económico. En el entorno post-electoral, los sectores golpeados y de baja calidad como los bancos y las compañías industriales debido a niveles de deuda más altos y capacidades de generación de flujo de caja menos seguras, asumieron papeles de liderazgo de mercado.
Vamos a poner la reciente subida de las bolsas en en su contexto. Históricamente, las acciones tienden a subir en el cuarto trimestre del año, es un efecto conocido como el llamado «Santa Claus rally”. Además, tienden a aumentar durante tres o cuatro meses inmediatamente después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Sin embargo, la rotación que estamos viendo desde el growth al value este año es atípica.
Sostenibilidad en cuestión
Dado todo el ruido que hay, es natural preguntarse si el repunte como consecuencia de la llegada de Trump es sostenible. Lo dudo. Estas son algunas de las razones:
- Los hedge funds, que en los últimos años han tenido un desempeño muy inferior a sus índices de referencia, han sido en gran parte responsables de la mayor parte del reciente movimiento del mercado, intensificando su actividad en un intento por mejorar sus cifras de desempeño y desencadenando un impulso altamente apalancado en las operaciones con compañías cíclicas y de más riesgo.
- Los operadores intradía vuelven a cobrar fuerza. Después de haber estado descansando durante gran parte del mercado alcista, que ya dura siete años, los volúmenes de operaciones intradiarias han aumentado sustancialmente en las últimas semanas, superando últimamente el volumen institucional.
- La participación minorista también ha aumentado. Eso tiende a ser un fenómeno de ciclo tardío, ya que el inversor medio tiende a comprar durante períodos de euforia y vender durante tiempos de desesperación.
- Es poco probable que el reciente rebote de ganancias observado en el tercer trimestre. El aumento de los precios de la energía, el fuerte fortalecimiento del dólar y el aumento de los tipos de interés son los principales obstáculos para las ganancias y el crecimiento económico. Estos factores podrían eliminar las ventajas de cualquier estímulo fiscal que llegue desde Washington el próximo año. Además, dada la avanzada fase del actual ciclo económico, la historia sugiere que sería prudente esperar una posible recesión en algún momento durante el primer mandato de Trump.
Alerta con la fase del ciclo
Las narrativas del mercado pueden ser poderosas, pero también pueden ser engañosas. Recordemos la narrativa a principios de 2009, en el momento más crítico de la crisis financiera mundial. La economía era demasiado frágil y el sistema financiero estaba sometido a demasiadas tensiones. Se pensó que en un entorno así, el crecimiento de las ganancias sería anémico, si no imposible. Los inversores se asustaron y muchos ni siquiera han regresado hasta hace poco.
Ese fue precisamente el enfoque equivocado. Si los inversores hubieran mirado más allá, se habrían dado cuenta de que los responsables políticos de todo el mundo estaban llevando a cabo un esfuerzo extraordinario para sanar los mercados financieros y las economías. Y lo consiguieron. Hemos experimentado un increíble crecimiento de los beneficios a medida que los mercados se recuperaron de la crisis.
Ahora, años más tarde, la narración es algo eufórica. Pero igual que fui escéptico de la narrativa negativa después de la crisis, soy escéptico de la euforia que vivimos hoy. La euforia es a menudo un fenómeno de las últimas fases del ciclo.
En mi opinión, es importante estar atento a varios inhibidores del crecimiento. La economía mundial sigue enfrentándose a una montaña de deudas, y dependiendo de la mezcla de políticas adoptada por la nueva administración, esa montaña podría crecer más rápidamente. Nos enfrentamos al desafío demográfico sustancial de una fuerza de trabajo envejecida y menos productiva.
Aunque los menores impuestos personales y corporativos y un impulso al gasto en infraestructuras probablemente aceleren el crecimiento, no son suficientes, en mi opinión, para contrarrestar los factores que han limitado tanto el PIB estadounidense como el mundial durante casi una década. Tal vez las medidas del gobierno consigan extender el ciclo actual un tiempo, pero es poco probable que consigan subirle la velocidad.
Hay algo de calidad en la rotación
Si creo que parte de la reciente rotación tiene sentido y probablemente perdurará. Las acciones bancarias se van a beneficiar de un régimen regulador más flexible y de unos tipos de interés más altos. También las empresas de energía, en particular los productores de carbón, tendrán una vida más fácil en el nuevo entorno.
En mi opinión, lo que está por delante tiene cosas buenas y malas, pero no va a cambiar el entorno. No creo que vaya a haber un aumento dramático en el crecimiento económico como consecuencia de las políticas de la nueva administración de Trump. En este contexto, continúo prefiriendo empresas de alta calidad con un historial de sólido crecimiento del flujo de caja, fuertes balances y altos rendimientos del patrimonio. Este tipo de empresas tienen un largo historia en superar las medias del mercado con el tiempo. Creo que seguirán ganando a largo plazo.
James Swanson es estratega jefe de MFS.