Que nadie espere mañana que el Banco Central Europeo (BCE) sorprenda con el anuncio de nuevas medidas de política monetaria aunque Draghi podría ofrecer algunas pistas de cara a los próximos meses, en los que sí se esperan algunas novedades, si tenemos en cuenta que el dato de inflación de la zona euro se sitúa en el 0,2%, muy por debajo del mandato del BCE del 2%.
Prolongación del programa de compra de deuda pública. Entre las diferentes medidas que puede llevar a cabo el BCE en los próximos meses, una de las que cuenta con mayor probabilidad es que el Banco Central Europeo lleve a término una prolongación del programa de compras de deuda pública y corporativa desde marzo hasta finales del 2017.
Modificación del programa de compras orientada más hacia la deuda de países periféricos como España, donde las rentabilidades siguen estando en terreno positivo. Con ello, el BCE ofrecería un mayor estímulo de crecimiento para los países con problemas de crecimiento. En este sentido, debe recordarse desde que el BCE inicio su programa de compra de deuda pública (QE) en marzo del 2015 ha realizado una compra total de 1.004 billones de euros. Compras que se han concentrado en su mayor parte en la deuda alemana (237.884 millones de euros), deuda francesa (188.929 millones de euros), deuda italiana (164.345 millones) y deuda española (117.900 millones de euros).
Posible reducción del tipo de interés del depósito. Otra opción que también cobra fuerza de cara a los próximos meses es una reducción del tipo de interés de depósito (del 0,4% actual al -0,5%), es decir, aquel tipo de interés que deben pagar los bancos por colocar su exceso de liquidez en el BCE. En ningún caso, que nadie espere una mayor reducción del tipo de interés de facilidad marginal de crédito, que es el tipo de interés que cobra el banco central a los bancos por prestarles dinero a un día, que actualmente se sitúa en el 0,25%, y que tiene un efecto directo sobre algunos tipos de referencia como es el EURIBOR. Una mayor reducción conllevaría una mayor presión sobre el margen de intereses y de beneficios de las entidades bancarias, lo que provocaría una mayor inestabilidad en los diferentes sistemas bancarios europeos, si tenemos en cuenta los recientes problemas de la banca Italiana y la alemana.
Que el BCE se embarque en renta variable es muy poco probable. Una medida de este tipo conllevaría distorsiones sobre el propio mercado de renta variable, así como un incremento de las críticas sobre la actuación de política monetaria del BCE.
Posible subida de tipos en diciembre de la Fed
El foco estará centrado en la reunión de la Fed prevista para los días 20 y 21 de septiembre, en la que cabe esperar que su presidenta Janet Yellen dé algunas pistas sobre cuándo se puede llevar a cabo la segunda subida de tipos de interés desde que el pasado mes de diciembre llevara a cabo la primera subida tras la crisis financiera. Los planes iniciales de la Reserva Federal que prevenía hasta cuatro subidas para el 2016 se han visto trastocados por los diferentes riesgos de la economía global: la intensa caída del precio del petróleo, la caída en el nivel de crecimiento de la economía China y las consecuencias económicas delBrexit, que siguen generando una elevada incertidumbre sobre el futuro crecimiento de la economía inglesa. Ante este ambiente de incertidumbre, al que se debe añadir las próximas elecciones presidenciales de los Estados Unidos programadas para el 8 de noviembre, cobra mayor fuerza que sea en diciembre cuando la Reserva Federal lleve a cabo una nueva subida de los tipos de interés.
De cara a las reuniones del Banco de Inglaterra y del Banco de Japón, convocadas para el 15 y 21 de septiembre, respectivamente, es muy probable que estos dos bancos centrales lleven a cabo nuevos estímulos monetarios con una rebaja de los tipos de interés.
Opinión de Carlos Salvador, profesor del Área de Economía e Historia de CUNEF