En el segundo trimestre, la mentalidad de los inversores pasó de la «recuperación» al «boom». Las expectativas sobre las condiciones económicas futuras se han mantenido por las nubes, especialmente en Europa, mientras que el sentimiento sobre las condiciones actuales ha mejorado rápidamente y se ha vuelto positivo.
La rápida reapertura de las economías desarrolladas está dando un enorme impulso a los servicios, mientras que el principal problema del sector manufacturero es resolver las limitaciones de la oferta, ante la persistente fortaleza de la demanda. El pico de la política se refleja en el déficit fiscal de los marcos de la OCDE, que alcanzó un enorme 17% del PIB en el primer trimestre, mientras que el tipo de interés medio de la OCDE acaba de empezar a tocar fondo desde un mínimo histórico del 0,50%.
Los bancos centrales de todo el mundo apenas han empezado a reducir las compras de bonos, pero el impulso adicional de liquidez procedente de la reducción del saldo de efectivo del Tesoro en la Reserva Federal (alrededor de 1 billón de dólares en los cuatro meses anteriores a principios de junio) está llegando a su fin. Esto significa que los mercados financieros mundiales -incluido el mercado del Tesoro- no se inundarán en la misma medida en el segundo semestre.
Aun así, la economía mundial seguirá creciendo por encima de su potencial en el segundo semestre. Vemos indicios de que la desaceleración en China está encontrando una buena base, mientras que los mercados emergentes en general aún no han disfrutado de la recuperación observada en el mundo de los mercados desarrollados. Los consumidores de todo el mundo han acumulado un fondo de guerra, que apoyará la demanda, aunque no se gasten todos los ahorros.
Algunas de las limitaciones de la oferta se eliminarán, sobre todo en el mercado laboral estadounidense. El gráfico inferior muestra que la creación de puestos de trabajo en Estados Unidos se ha retrasado espectacularmente con respecto a la creación de puestos de trabajo. Los cierres residuales de escuelas, la ansiedad provocada por el COVID-19 y las generosas prestaciones forman parte de este puzle. Sin embargo, se espera una cierta normalización en el segundo semestre, ya que las prestaciones de desempleo mejoradas expiran en septiembre: el empleo en Estados Unidos aumentará y los salarios se incrementarán, lo que dará más alas al consumidor estadounidense.
Mientras tanto, la recuperación es todavía joven en Europa, y está lejos de ser completa: el PIB del primer trimestre del año todavía estaba un 5% por debajo del nivel anterior a la crisis. Se espera que el gasto de la revancha este verano y mantenga la economía en una senda sólida.
Tribuna de Vincent Chaigneau, responsable de análisis de Generali Insurance Asset Management.