La escasez mundial de semiconductores ha causado problemas a empresas de diversos sectores, desde fabricantes de automóviles hasta empresas de electrónica de consumo. Con los confinamientos mundiales obstruyendo en gran medida la cadena de suministro y con una demanda en pleno ascenso, parece reinar el consenso general que valora esta demanda como un factor determinante para el crecimiento de los beneficios. Sin embargo, opinamos que el mercado todavía no comprende suficientemente bien el sector.
La mayoría de los analistas e inversores no han visto más que el crecimiento del sector de los semiconductores. En nuestra opinión, el sector de los semiconductores es fundamentalmente cíclico; aunque los vehículos eléctricos, los automóviles, el 5G, los sensores, el Internet de las Cosas, etc., constituyen un nuevo catalizador secular, esta circunstancia contribuye a que los semiconductores adquieran un carácter cíclico de crecimiento. Cuando se invierta el ciclo, esperamos que los ingresos disminuyan, por lo que se reducirán los márgenes de la infraestructura de costes fijos, que a su vez recortará los beneficios. Calculamos que esta reducción de beneficios será significativa, y el mercado a su vez rechazará las valoraciones extremas que se manejan en la actualidad. Esta compresión negativa podrá traducirse en una caída de los precios de entre el 30% y el 50% o más en caso de recesión económica. Estos ciclos y las compresiones resultantes se han producido varias veces en los últimos 30 años y, en nuestra opinión, nada impide que se repita.
Arete Research ha publicado recientemente un trabajo de investigación que reitera la dificultad de considerarse el sector como un grupo homogéneo. Consideramos de forma sistemática que los semiconductores no constituyen un sector; entendemos que, como mercado vertical, el sector ignora la gran diversidad de aplicaciones finales.
No invertimos de forma masiva y directa en el sector, debido a la valorización prevista para empresas de determinadas temáticas que, a nuestro juicio, se expresan de forma más barata en otros lugares. Nuestro posicionamiento se basa en nuestra filosofía de inversión con enfoque temático. Dentro del universo de inversión de la renta variable mundial hay, dependiendo del área y el tema, una multitud de factores impulsores y variables; identificar estos factores es lo que consideramos nuestro punto fuerte. Tradicionalmente, se hubiera podido contemplar a los semiconductores como un grupo homogéneo, pero eso ya no es el caso.
La perspectiva de inversión debería distanciarse de un enfoque vertical y centrarse en aspectos relacionados con el uso de los semiconductores en los distintos sectores, lo que constituye el enfoque horizontal que adoptamos en todas nuestras inversiones. La cuestión es quién utiliza el producto, no quién lo fabrica.
Teniendo en cuenta estos aspectos, en el campo del almacenamiento, favorecemos a empresas como Micron o Seagate – ambas empresas de almacenamiento de datos – y en el universo de lo que denominamos «Digital 4.0», o la cuarta generación digital, seleccionamos empresas que desarrollan infraestructuras basadas en datos, como Sensata Technologies o Marvell.
En el ámbito de la inversión estructural en temas seculares, tenemos participaciones en fabricantes de obleas. Se trata de productos independientes de su aplicación, dado que el componente semiconductor que se produce no está destinado a un uso final determinado. La industria de fabricación de obleas se ha reducido a solo tres empresas principales lo que ha instaurado una disciplina de precios, precisamente en el momento en que la demanda se ha restringido considerablemente.
Hasta que los precios se estabilizaron en 2019, los fabricantes de obleas han estado sujetos a constantes presiones de precios y se han negado a aumentar la capacidad hasta que los precios se estabilicen. Esto ha tenido un efecto monopolizador: estas empresas principales pueden imponer prácticamente el precio que quieran, aunque los costes de las obleas representan menos del 5% del coste final de los semiconductores. Siltronic, un proveedor de obleas de silicio, anunció hace algún tiempo que no levantaría nuevas fábricas a menos que los precios subieran un 30%; al llegar a ese nivel, las valoraciones parecerán absurdas. Por esta razón, los inversores que deseen exponerse a los problemas de la cadena de suministro deberán tener en cuenta este aspecto para determinar si han elegido el mercado final adecuado.
Por consiguiente, consideramos poco justificado pagar el precio al que se están valorando los semiconductores en la actualidad. Por el contrario, tenemos la intención de seguir buscando formas de invertir en las temáticas que entendemos como auténticos generadores de alfa.
Tribuna de Mark Hawtin, responsable de inversión y especialista en estrategias disruptivas en GAM Investments.
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