Desde que comenzamos a trabajar en esta área, en 2015, la cadena de bloques continúa evolucionando como plataforma digital clave para operaciones, registros, tokenización de activos y (como su aplicación quizá más conocida) criptomonedas. Tras varios años de desarrollos alentadores en el área del blockchain corporativo, seguimos convencidos de que el mercado mantendrá su trayectoria hacia una oportunidad económica a largo plazo estimada en 3 billones de dólares.
El BNY Mellon Blockchain Innovation Fund trata de sacar partido al crecimiento en esta área concentrándose en compañías que se sirven del blockchain para generar nuevos flujos de ingresos o reducir sus estructuras de costes elevando su eficiencia operativa.
Transformación digital
El COVID-19 ha forzado enormes cambios a nivel mundial en el comportamiento de los consumidores y de las empresas. Afortunadamente, la transformación digital ya estaba bien avanzada antes de estallar la pandemia, lo cual ayudó a resolver muchos de los retos planteados por esta. El trabajo remoto, el aprendizaje a distancia, las videoconferencias, las compras en línea y la banca digital se han convertido en aplicaciones y servicios integrales para el buen funcionamiento de la sociedad. Las transformaciones generacionales y sociales resultantes tienen implicaciones extraordinarias.
En términos generales, la cadena de bloques es una base de datos que ofrece a sus usuarios —o “participantes de la red”— un modo de transferir y registrar información de forma segura sin un intermediario central o reconciliación manual. Esta capacidad revolucionaria puede ofrecer maneras únicas de reducir costes, eliminar ineficiencias y reducir el fraude. En nuestra opinión, representa un cambio de paradigma en ecosistemas que dependen de la confianza.
La aplicación más conocida de esta tecnología es el Bitcoin, pero el blockchain ya se está utilizando en múltiples sectores (como por ejemplo servicios financieros, sanidad, gestión de la cadena de suministro y seguridad alimentaria) y se halla en fase de pruebas en un amplio abanico de áreas de actividad adicionales. En teoría, cualquier aplicación que requiera una contabilidad subyacente puede ser respaldada o asistida por la tecnología de cadena de bloques. El sistema financiero global depende en gran medida de terceros para facilitar el intercambio, la liquidación y el servicio de activos. El blockchain puede trastocar este sistema establecido ofreciendo una manera única de evitar las ineficiencias y las oportunidades potenciales de fraude que plantea la intermediación.
Todo el ecosistema
El BNY Mellon Blockchain Innovation Fund se diferencia de sus homólogos en que trata de invertir en todo el ecosistema de la cadena de bloques, en lugar de concentrarse en las criptomonedas. Creemos que esta amplitud es capaz de aportar mayores niveles de rentabilidad ajustada al riesgo y una menor volatilidad a largo plazo frente a las alternativas más criptocéntricas.
La estrategia se propone identificar e invertir en empresas globales que facilitan o utilizan la tecnología blockchain y que son componentes clave de su ecosistema. En nuestra opinión, el tema extremadamente dinámico de la cadena de bloques puede dividirse en tres segmentos clave: 1) sistemas financieros, centrado en la transferencia de valor; 2) blockchain corporativo, centrado en la transferencia de bienes, servicios y datos; y 3) activos tokenizados, centrado en la transferencia de activos físicos. Esta última área será el próximo pilar significativo de crecimiento en el ecosistema de la cadena de bloques.
Hasta la fecha nos hemos concentrado principalmente en el blockchain corporativo, que ha visto crecer rápidamente las oportunidades a medida que las empresas diseñan y construyen plataformas de cadena de bloques a las que trasladan sus servicios y operaciones en el marco de la economía digital.
Nuestro proceso de inversión se basa en una plataforma colaborativa de análisis global que abarca a toda la firma, y que aprovecha los conocimientos y experiencia en múltiples áreas de más de 20 expertos sectoriales. Aplicamos un riguroso enfoque fundamental en busca de oportunidades de crecimiento sólido y sostenible en empresas que lideran sus respectivos mercados a través de la innovación mediante tecnología de cadena de bloques. Toda acción en cartera presenta idealmente una combinación de fundamentales sólidos, una gran relevancia en el tema de la cadena de bloques y un gran mercado final sensible a la disrupción. Nos limitamos a invertir en compañías con una capitalización bursátil mínima de 250 millones de dólares y un volumen de contratación diario adecuado, para asegurar la liquidez a medida que crece el patrimonio del fondo (en línea con el enfoque de gestión de riesgos y de liquidez de nuestra firma).
Creemos que el blockchain es una de las tecnologías más disruptivas que hayan surgido desde la adopción generalizada de internet, y que afecta a todos los sectores y regiones. No nos cabe ninguna duda de que la economía mundial se está moviendo con gran rapidez hacia una realidad digital, y esta tecnología es crucial para su avance en esta dirección. La oportunidad de la cadena de bloques ya está aquí. Ahora.
Tribuna de Erik Swords, gestor del BNY Mellon Blockchain Innovation Fund