En toda Europa, se ha dado el pistoletazo de salida a la consolidación en su sector bancario. En España ya hemos sido testigos de dos grandes operaciones y es probable que haya más, lo que probablemente será positivo para el sector.
De forma similar, en el caso de sus vecinos italianos, no hay duda de la aceleración de la consolidación, dado que sigue teniendo casi 500 entidades de crédito diferentes. No obstante, será algo gradual. Los bancos se han enfocado en la transformación y mejora de sus propios balances y, aunque aún hay trabajo por hacer al respecto, empezamos a ver el paso natural hacia la consolidación.
¿Por qué ahora?
2020 fue el año en el que los reguladores actuaron con más pragmatismo que según la teoría, un cambio que quizá haya sido más significativo en el enfoque normativo adoptado ahora con respecto a las fusiones y adquisiciones en el sector bancario europeo.
Aunque durante mucho tiempo fuimos escépticos acerca de las fusiones y adquisiciones en Europa, a pesar de las claras razones estructurales, a finales de 2019 parece haber habido un cambio de tono. Con los bancos afectados por el entorno de bajos tipos de interés, el incremento de los costes de digitalización y los crecientes los costes regulatorios, parece haber habido un verdadero impulso por parte del sector para que los reguladores empiecen a pensar en la competencia de los bancos europeos a nivel global.
En nuestra opinión, los costes regulatorios de las fusiones y adquisiciones han sido siempre un impedimento para la consolidación y, en retrospectiva, han sido perjudiciales para la solidez de todo el sector. Aunque sería falso afirmar que aún no estaba en el radar del regulador, la pandemia actual ha acelerado la obligación de actuar al respecto, al haberse incrementado el foco y la necesidad de un sistema bancario sólido.
Las caídas estructurales de los beneficios provocadas por el entorno de los tipos de interés, el importante exceso de capacidad y el aumento de los costes relacionados con la digitalización son inherentes. Mientras que el mercado de tipos sigue fuera del control de los equipos directivos, la eliminación del exceso de capacidad y de la dinámica de precios poco saludable, así como las sinergias de costes generadas en ámbitos como la digitalización ―que supera actualmente el 10% de la base de costes de los bancos― es una palanca evidente.
A lo largo de 2020, los mensajes sobre las fusiones y adquisiciones en los discursos de las autoridades políticas pasaron de ser tibios a abiertamente constructivos, con la voluntad de facilitar la consolidación desde una perspectiva prudente. Para echar más leña al fuego, el Banco Central Europeo (BCE) publicó en julio de 2020 una consulta especial sobre fusiones y adquisiciones, en la que aclaraba la posibilidad de utilizar el beneficio de adquisición (badwill) en el cálculo del capital. También se aclaró el uso de modelos internos y los requisitos de capital del Pilar 2, lo que abrió la puerta a operaciones que en el pasado tal vez se habrían considerado poco rentables.
De cara al futuro
La conjunción de los fundamentos estratégicos y la posición de los reguladores a favor de la consolidación debería ir claramente a más a lo largo de 2021. En 2020 ya vimos a equipos directivos oportunistas actuar rápidamente, con algunas grandes operaciones en Italia y España.
Parece que lo más probable será que la consolidación se lleve a cabo a nivel nacional, donde las sinergias siguen siendo más evidentes. Dicho esto, no descartaríamos del todo la actividad transfronteriza. Sigue habiendo impedimentos estructurales para las fusiones y adquisiciones transfronterizas, lo que las dificulta más, pero en ciertas líneas de negocio resultaría bastante lógico, especialmente por lo que respecta a la digitalización, que constituye una proporción cada vez mayor de las bases de costes.
En cualquier caso, creemos que esta tendencia hacia las fusiones y adquisiciones se va a acelerar en 2021, lo que resultaría en una dinámica positiva para el sector y para quienes invierten en él.
Tribuna de James Macdonald, gestor de carteras en BlueBay Asset Management.