El 31 de enero la deuda de cinco países del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Qatar, Kuwait y Bahrein), CCG, comenzó a incorporarse gradualmente al índice JP Morgan EMBI Global Diversified de deuda de mercados emergentes en dólares.
De esta manera el número de países en el índice aumentará hasta un récord de 72 y el de emisiones e instrumentos pasará a ser 731 y 168. Aproximadamente 120.000 millones de dólares en bonos de estos países se habrán añadido para finales de septiembre. Omán, el otro miembro del CCG, ya se incorporó en 2018. La deuda estas nuevas naciones representará 11,4% del índice, un gran cambio en un año -China tardó seis años en pasar del 2 al 10 %- y el mayor ajuste en la historia del índice.
Antes, estas naciones del CCG eran consideradas «demasiado ricas» para ser elegibles en los índices de mercados emergentes, pero JP Morgan introdujo la relación de paridad de poder adquisitivo como nuevo parámetro para el suyo. Además la inclusión refleja que estos Estados se han convertido en algunos de los mayores emisores de deuda mundial, pues la caída de los precios del petróleo les ha obligado a recurrir a los mercados de deuda para financiarse, la cual alcanzar 4 a 5% del PIB del bloque.
Arabia Saudita domina económicamente el CCG con 44% del PIB conjunto. Los EAU representan 25 %, Qatar 14 %, Kuwait 9 %, Omán 5 % y Bahrein 2 %. Son cinco de las seis economías más concentradas según la ONU, pues siguen dependiendo en gran medida del sector petrolero, siendo muy vulnerables a sus fluctuaciones, con un crecimiento del PIB más volátil. Como los bajos precios del petróleo están convirtiéndose en factor persistente es imperativo que diversifiquen sus economías y han hecho avances significativos. Al respecto destaca EAU, a pesar de incluir Abu Dabi, rico en petróleo. Los EAU en la encuesta del Banco Mundial «facilidad para hacer negocios» son el undécimo país de 190 y lideran el bloque CCG. Sin embargo, otras naciones CCG tienen camino por recorrer, como Arabia Saudita, que ha realizado numerosas reformas desde 2005, pero que sigue mal clasificada.
El caso es que todas estas economías se orientarán a la diversificación en el marco de sus objetivos 2030. Ahora bien los inversores tienen que vigilar la aplicación del IVA, reformas empresariales y de los mercados de trabajo y la reversión de las subvenciones. Esta inclusión añade sensibilidad a variaciones del precio del petróleo al índice JP Morgan EMBI. Pero en general la nueva deuda es relativamente atractiva en el universo emergente, dadas sus altas calificaciones crediticias, menor riesgo, amortiguadores financieros, así como el hecho de que estén vinculadas al dólar. Kuwait, Qatar y los EAU tienen calificación doble “A” y la calificación crediticia promedio ponderada del índice aumentará a grado de inversión (a BBB- desde BB+), compensando las importantes rebajas que ha habido a la deuda de Brasil, Rusia y Turquía. Kuwait, Qatar, Arabia Saudita y los EAU presentan mayor calidad crediticia y menores rentabilidades a vencimiento, lo contrario que Bahrein y Omán.
Aunque es demasiado pronto para conocer el impacto total de la inclusión de esta deuda en rentabilidad para los inversores, de momento, en lo que va de año, el índice JPMorgan EMBI Global Diversified ha llegado a proporcionar 7,65%, casi el doble que el índice en moneda local JP Morgan GBI-EM Global Diversified.
Tribuna de Sabrina Khanniche, economista senior de Pictet AM.