El gap entre los bancos privados suizos se agranda, según las conclusiones de un reciente estudio de KPMG Switzerland y la Universidad de St. Gallen. Así, mientras muchas entidades de banca privada están en proceso de adaptar sus modelos de negocio a un escenario cambiante, muy pocos han tenido éxito en aumentar su rentabilidad. Según el estudio, solo un pequeño grupo de entidades han sido capaces de desmarcarse del resto de la industria y realizar importantes mejoras en sus activos bajo gestión, eficiencia y rentabilidad. Mientras, las instituciones financieras más pequeñas han sentido una mayor presión este año.
El estudio, bajo el nombre “Clarity on Performance of Swiss Private Banks – The widening gap” (Claridad en la rentabilidad de la banca privada suiza-un gap en aumento”, muestra que la presión para estas entidades ha crecido este año y para muchas la decisión es clara: abandonar el mercado o realizar cambios fundamentales en sus modelos de negocio de forma que puedan continuar operando y siendo sostenibles. “Sin embargo, no les queda mucho tiempo para hacer los cambios necesarios”, advierte Christian Hintermann, responsable de Servicios Financieros de Asesoramiento en KPMG Switzerland. “En general, muchos bancos parecen aún indecisos sobre qué camino tomar. Esperamos que la cara de la industria cambie de forma significativa en los próximos años”, añade.
En concreto, los expertos recuerdan que el número de entidades de banca privada ha caído en el país debido a movimientos de fusiones y adquisiciones y también a liquidaciones y salidas del negocio de algunas entidades anglo-americanas del mercado suizo. Y anticipan que alrededor de un 30% de los bancos privados suizos desaparecerán del mercado en los próximos tres años a través de estos movimientos de fusiones o liquidaciones, lo que reducirá aún más su número, desde los 130 actuales hasta el entorno de los 100.
Según sus conclusiones, mientras algunos bancos privados están luchando por cambiar su modelo de negocio, “solo un pequeño grupo de instituciones fuertes han conseguido aumentar su rentabilidad”, añade Philipp Rickert, responsable de Servicios Financieros y miembro del Comité Ejecutivo en la entidad, y apunta a un número de bancos que aún dependen de activos sin declarar, “concepto que no sobrevivirá a medio plazo”.
Pausa en fusiones y adquisiciones en 2015
Con todo, los primeros siete meses del año han ofrecido una pausa en las transacciones de fusiones y adquisiciones en la industria, frente a la actividad de 2014. Esto se debe, según los expertos, a la falta de vendedores y también a las preocupaciones de los potenciales compradores por riesgos impredecibles relacionados con fondos sin declarar de clientes y prácticas de negocio que ya no son aceptados. Con todo, esperan que esta actividad de M&A vuelva a resurgir en parta gracias a los crecientes acuerdos entre los bancos y el Departamento de Justicia de EE.UU. El estudio muesta que, incluso dentro de los primeros dos años tras la adquisición, los bancos ven un incremento significativo sobre el retorno sobre los recursos propios y los ingresos por empleado.
Divergencias en la captación de activos
Las divergencias entre entidades son claras, y aumentan si tenemos en cuenta que algunos bancos son capaces de captar clientes mientras de otros sale capital. Así, aunque las fuerzas del mercado y la fortaleza del dólar han venido logrando un aumento en los activos bajo gestión de la banca suiza (un 7,3% el año pasado), los flujos no crecen con tanta fuerza (solo un 0,5%). Y eso se debe a las grandes diferencias en el sector: aquellos bancos que el estudio clasifica como “con fuerte rentabilidad” o “de historias de turnaround completadas”, lograron captaciones netas de 24.900 millones de francos suizos el año pasado, pero aquellos en el grupo de “declive estabilizado” y “declive en continuidad” vieron salidas netas de 17.900 millones de suizos el año pasado.
En general, los activos para los más fuertes se han incrementado de media un 146% desde el año 2008 gracias a nuevos flujos, flujos recibidos tras las operaciones de fusiones y adquisiciones y retornos sobre los activos gestionados. Así, la capacidad de crecer es un factor de éxito crítico, dice el estudio.
La diferencia también se ve en el retorno sobre el capital propio que obtienen los bancos: con un valor medio del 3,5%, la cifra está en un nivel modesto y vio una mejora muy leve el año pasado: el 80% de los encuestados lograron retornos por debajo del 8% en el año y solo los más rentables lograron cifras por encima del 9%, mientras algunos, en el grupo de declive continuado, sufrieron pérdidas operativas. Las institituciones financieras con menos de 10.000 millones de francos en activos están sintiendo la presión con especial fuerza, con un 41% de ellas en este último grupo y con menores retornos sobre el capital que los bancos con más activos bajo gestión.
Según el informe, la eficiencia operativa y las economías de escala también tienen positivos efectos en los retornos.
¿Mejora los resultados un nuevo CEO?
Otra conclusión del informe es que un nuevo CEO no mejora necesariamente los resultados financieros: más de un tercio de las bancas privadas en el estudio han reemplazado sus consejeros delegados al menos dos veces en los últimos nueve años y, en muchos casos, no se ha notado en la mejora de su posición financiera en los dos años posteriores al cambio. «Por tanto, no hay evidencias de que las entidades puedan mejorar sus resultados únicamente cambiando a su directiva de gestión», dice el estudio. Las instituciones financieras que han mantenido al mismo CEO durante ese periodo o solo lo han cambiado una vez lograron mayores retornos sobre el capital que los bancos que lo cambiaron más de una vez.