Con el desarrollo tecnológico están surgiendo nuevos formatos laborales y tendencias en cuanto a cómo trabajamos, avances que chocan con la realidad que se vive en España, donde la mayoría de los trabajos mantienen una organización muy tradicional, al menos en lo que a presencia y horarios se refiere. Con la transformación digital -y el cambio cultural que conlleva-, las organizaciones deberán irse adaptando al nuevo concepto de trabajar, sobre todo si quieren fomentar la productividad, eficiencia y equilibrio de la vida personal y laboral de sus equipos. En este sentido, The Valley ha analizado qué espera la población y cómo cambiará el mundo laboral en un fututo próximo.
La flexibilidad como protagonista del trabajo del futuro
¿Crees que está realmente implementado el teletrabajo en España? Existen ya muchas empresas que ofrecen flexibilidad horaria -aunque limitada dentro de rangos-, pero el teletrabajo no termina de calar entre las empresas. En España, el 92,5% de la población afirma que nunca teletrabaja, según datos de Eurostat, es decir, tan solo el 7,5% de la población ha trabajado en remoto alguna vez o lo hace habitualmente. Está claro que todavía queda mucho por hacer para cambiar la mentalidad de las organizaciones, pero la buena noticia es que ya se han empezado a tomar acciones. Algunas empresas están “flexibilizando” sus políticas para ofrecer a sus empleados más conciliación con iniciativas como flexibilidad horaria, jornada intensiva en algunas épocas del año, derecho a la desconexión o medidas que favorezcan la maternidad, entre otras.
Lo más demandado es establecer una jornada laboral flexible que se base en trabajo por objetivos, es decir, que el trabajo se evalúe por las metas que se cumplen sin la necesidad de obligar a una persona a estar en una oficina 8 horas al día. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el teletrabajo no es para todos, pues hay gente que afirma que se concentra mejor en la oficina, y que en algunos casos sí es necesario acudir al lugar central de trabajo.
El fenómeno freelance en auge
La diferencia entre un autónomo y un freelance es que los primeros trabajan al completo por cuenta propia y suelen ofrecer servicios a largo plazo a sus clientes cobrando un salario mínimo interprofesional mensual o superior, mientras que los freelances prestan servicios a clientes de forma independiente, pero de manera puntual, es decir, trabajan por proyectos. De hecho, algunos de ellos incluso tienen un ingreso habitual -que proviene de su trabajo estable por cuenta ajena en una empresa- y prestan además otros servicios a clientes propios como actividad complementaria.
Entre las razones del auge de este fenómeno podríamos considerar los bajos sueldos, que hacen que las personas tengan que buscar trabajos complementarios, o el gran crecimiento que ha tenido el ecosistema emprendedor en los últimos años que ha impulsado a muchos trabajadores a que desarrollen sus pasiones, con la intención de poder llegar a vivir de ello.
La importancia de esta tendencia reside principalmente en que ofrece flexibilidad, comodidad y libertad, y es que ser freelance significa trabajar a través de Internet, desde cualquier lugar y en cualquier momento. También se nota cómo las empresas comienzan a buscar estos perfiles para satisfacer sus necesidades de servicios puntuales.
Más allá de la forma de trabajar, los perfiles también cambian de cara al futuro
La tecnología también comienza a apropiarse de algunos trabajos manuales y repetitivos y estos puestos de trabajo van desapareciendo. Así, la necesidad de las empresas se dirige hacia la contratación de expertos que estén especializados en materias muy específicas, principalmente en áreas digitales. Donde antes había contables, administrativos, expertos en comunicación o ingenieros de telecomunicación, hoy en día existen diversidad de roles mucho más específicas dentro de cada ámbito, como, por ejemplo, Data Scientist, ASO (App Store Optimization) Manager, Traffic Marketing Product Manager o UX Designer.
Con el paso del tiempo y los rápidos avances tecnológicos, irán surgiendo nuevos puestos de trabajo; de hecho, los empleos que tendrán más éxito en el futuro cercano aún ni existen. Por eso, la recomendación es nunca dejar de formarse. “El mundo está en constante evolución y el ámbito profesional y de negocio está cambiando totalmente en los últimos años. La formación se ha convertido en indispensable para que los profesionales puedan adaptarse a este nuevo entorno y cumplir con las necesidades de las empresas”, concluye Ana Delgado, jefa de educación en The Valley.