La industria offshore de gestión de patrimonios atraviesa un momento de intensa presión, en particular por parte de las autoridades fiscales de EE.UU. y Europa Occidental. En el último informe de Boston Consulting Group sobre Riqueza Global, publicado el pasado mes de mayo, la consultora destaca que muchos países europeos han accedido a compartir los datos bancarios y fiscales de sus ciudadanos a raíz de la normativa FATCA -Foreign Account Tax Compliance Act- que ha provocado un seguimiento mucho más agresivo de las cuentas internacionales de los ciudadanos de EE.UU.
Para combatir este problema, BCG cree que los centros offshore deben posicionarse no solo como los más avanzados en experiencia, sofisticación y capacidades de inversión, sino también como los más íntegros y transparentes. Los centros más grandes, como Singapur, ya han decidido explotar esta tendencia pregonando su reputación como centro financiero de la máxima confianza -por ejemplo, mediante la revisión de tratados fiscales con otros países-. BCG apunta que centros financieros de menor tamaño quizás tendrán que encaminar su estrategia en la misma dirección.
Según el informe, el segmento de clientes UHNW y HNW comprende actualmente el grueso del dinero offshore. Aunque estos clientes invertirán parte de su riqueza nueva en mercados domésticos, continuarán buscando soluciones diversificadas, asegurándose que parte de su patrimonio continúe fluyendo a centros offshore. El crecimiento para otros segmentos de clientes es muy limitado en el ámbito offshore, ya que estos buscarán soluciones mejoradas de inversión en la banca local.
BCG destaca que una de las tendencias más generalizadas en América Latina es que el mercado de gestión de patrimonios se está volviendo cada vez más competitivo. Se señalan diversas razones. En primer lugar, la oferta offshore en la región es cada vez más sofisticada dada la entrada de jugadores de la banca privada internacional están entrando en este mercado desarrollando su oferta local -como por ejemplo Goldman Sachs, Credit Suisse o JP Morgan en el mercado chileno-. Pero no son los únicos, también las gestoras de activos están ofreciendo servicios de manejo de patrimonios a las grandes fortunas locales mientras la banca universal también desarrolla sus propios productos de gestión de inversiones. Por su parte, los family offices de la región están profundizando en su propia oferta de producto. En general, concluye el informe, la relevancia global de los jugadores regionales latinoamericanos va en aumento.