Entre el 10% y el 30% de los activos de todas las carteras de inversión que gestiona A&G Banca Privada son activos alternativos, y entre el 10% y el 15% en el caso de las carteras más conservadoras. De hecho el 7% de los sus activos bajo gestión –sin contar los UCTIS– están en activos alternativos. Estos porcentajes son un ejemplo del enfoque que tiene A&G Banca Privada sobre este tipo de activo.
Private equity, venture capital, deuda privada, activos inmobiliarios, infraestructuras, energía, materias primas, hedge funds o insurance linked securities son los principales activos alternativos. En opinión de Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada, “siempre se ha interpretado los activos alternativos como los activos no tradicionales, pero no se puede generalizar sino que es necesario analizarlo individualmente”.
Según explica, desde A&G Banca Privada apuestan por un enfoque basado en un visión global de gestión del patrimonio y solo pensando en la gestión de la cartera. “Nuestra visión es usarlo como herramienta dentro del globalidad de la gestión del patrimonio de cada cliente. Creemos que es determinante saber seleccionar en qué activos alternativos invertir, y por eso nos apoyamos en especialistas”, destaca Fernández.
En el contexto actual de mercado, y dado que los activos tradicionales son bastantes “limitados”, los activos alternativos han ganado popularidad entre los inversores. “El riesgo que vemos en esta tendencia es que los alternativos también tienen sus riesgos, y es necesarios entenderlos. Habitualmente en ellos buscamos descorrelación y diversificación, pero no se puede generalidad porque cada tipo de activo aporta algo diferente y tiene riesgos diferentes”, matiza.
Según su experiencia, los activos alternativos tienen diferentes beneficios para las carteras. Por ejemplo, Fernández interpreta que es una forma más eficiente de a la hora de tomar riesgos, respecto a la rentabilidad que ofrecen. “También son activos que ofrecen capturar la prima de iliquidez, para proteger el capital de la cartera o como herramienta para apalancar el fondo”, añade. A estas cualidad se añaden otras tres que Fernández indica son: la correlación, la opcionalidad y la diversificación.
Otro de los retos a los que hace frente la popularidad que ha alcanzado este tipo de activo es cómo acceder a ellos. En ese sentido, Rafael Soldevilla, director de producto de A&G Banca Privada, apunta que lo más habitual en la inversión directa, a través de fondos, fondos de fondos o fondos de secundarios. Aunque reconoce que los vehículos de inversión cada vez se sofistican más.
“Lo más habitual para la distribución es darle acceso a los inversores a través de fondos de inversión alternativos que invierte en activos que no suelen estar cotizadas. Esta alternativa es más líquida que la inversión directa, ya que esta última tiene un horizonte de inversión más a largo plazo”, explica Soldevilla. Otra de las características a favor de este tipo de inversión es, en su opinión, es que no exige un desembolso total de la inversión, sino que suelen seguir un ciclo de inversión.