Santander Private Banking se ha propuesto aprovechar el conjunto de activos en poder de los nuevos inmigrantes que llegan a Estados Unidos para hacer crecer su división de banca privada, tal y como subrayó Álvaro Morales, CEO de Santander Private Banking International (SPBI), en unas declaraciones a Reuters recogidas por Funds Society.
Morales, que hizo estas declaraciones en el marco del foro Reuters Wealth Management Summit celebrado este miércoles en Ginebra, subrayó también que el banco se ha marcado como objetivo duplicar sus activos bajo gestión en los próximos años en todo el mundo.
El directivo, que dirige las unidades de banca privada internacional del Grupo Santander desde Miami, en donde se encuentra la sede de SPBI, explicó que los inmigrantes recién llegados a Estados Unidos, en particular los empresarios de América Latina, son un mercado en aumento para los gestores de riqueza locales y suponen además potenciales nuevas entradas para entidades como Santander.
Asimismo, Morales puntualizó que han visto cómo ha aumentado el número de clientes mexicanos o venezolanos que mandan a sus hijos a estudiar a universidades estadounidenses, un movimiento al que se suman sus madres para luego mudarse ellos los fines de semana. “Al final, éstos se convierten en residentes fiscales de Estados Unidos”, una corriente que para Santander se traduce en una gran cantidad de oportunidades para el mercado nacional de Estados Unidos.
Morales cifra en 140.000 millones de dólares los activos de esos potenciales clientes que han llegado a Estados Unidos en los últimos años, una piscina que podría ser “enorme” en el futuro.
Santander Private Banking, que está presente en Estados Unidos, desde donde da servicio a los clientes no residentes, está pensando en abrir una sucursal dirigida a estos nuevos residentes fiscales, tal y como explicó su CEO.
En este sentido, Reuters apunta que los gestores patrimoniales estadounidenses también están mirando a este mercado, mientras que Santander espera capitalizar su franquicia latinoamericana para ganar nuevos clientes. El banco español en su conjunto obtiene aproximadamente la mitad de sus beneficios de su negocio en Latinoamérica, en donde Brasil se lleva el mayor peso.
Un cliente más latino
“Es gente que ha llegado en los dos, tres últimos años a Estados Unidos, y todavía son más latinoamericanos que americanos”, puntualizó Morales. Asimismo, subrayó que Santander tendría menos oportunidades a la hora de penetrar en el mercado de wealth management estadounidense si se dirigiese a “Mr. Smith”.
Santander también está haciendo un esfuerzo por hacer crecer su negocio en el país, a través de su unidad de banca minorista con sede al noreste del país, antes Sovereign. A principios de este año, la entidad española también listó su negocio de consumo, Santander Consumer, en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés).
La unidad de banca privada de Santander cerró 2013 con cerca de 190.000 millones de dólares en activos bajo gestión, cifra que, como mencionábamos anteriormente, quieren duplicar en los próximos años.
Fuera de territorio estadounidense, Morales explicó que el banco quiere crecer en los mercados en los que está presente. La unidad de banca privada se encuentra presente en Suiza y tiene varios centros en Estados Unidos, pero no opera en otros importantes centros de riqueza como Asia o Oriente Próximo, en donde por el momento no tienen planes de entrar.
Morales apostilló que si se encuentran con oportunidades en el futuro que puedan adaptarse a su modelo ¿por qué no?, en alusión a posibles adquisiciones, aunque quiso dejar claro que las compras no forman parte fundamental de la estrategia del banco. “Queremos crecer de una forma orgánica”, subrayó.
Cabe recordar que en los últimos meses y desde la unidad que dirige Morales en Miami se han llevado a cabo dos adquisiciones. La primera de ellas fue en diciembre pasado cuando Santander adquirió el negocio de clientes latinoamericanos y del Caribe de Barclays Wealth & Investment Management, mientras que a finales de marzo se conocía que la entidad llegaba a un acuerdo con BNP Paribas en Miami para quedarse con su división de banca privada, un negocio que, según se dijo entonces, rondaría los 3.000 millones de dólares en activos bajo gestión.