RBC Wealth Management ha decidido echar el cierre en su oficina de Santiago de Chile después de seis años en el país “como parte de una revisión estratégica» de su negocio en Latinoamérica, un cierre que se concretará hacia finales de año, tal y como confirmaron a Funds Society desde RBC Wealth Management.
Asimismo, y a través de una breve declaración, desde RBC Wealth Management informaron de que “más del 95% de nuestros clientes latinoamericanos se sirven actualmente a través de la gran experiencia de nuestras oficinas en el Caribe, Europa y América del Norte. Seguiremos creciendo en este modelo de negocio exitoso”, puntualizaron. Al frente del negocio de RBC Wealth Management para América Latina se encuentra Richard Diego.
El primero en informar de la noticia ha sido el diario chileno Pulso, que explicaba que los clientes de RBC WM en Chile ya han empezado a ser notificados vía email del cierre de la oficina.
A principios de abril de 2008, RBC Wealth Management aterrizaba en Santiago con una oficina en Nueva Las Condes, el corazón financiero de la capital chilena. En aquel entonces, RBC se marcaba como objetivo en Chile ofrecer servicios de asesoría financiera con una visión global para individuos de alto patrimonio (HNWI), un movimiento que completaba, según explicaba la entidad entonces, “la fuerte presencia en Latinoamérica en medio de la continua expansión de la firma en la región”. Una semana antes, RBC WM abría también oficina en México.
Éste no es el primer paso atrás de la división de wealth management del banco canadiense en Latinoamérica. En agosto de 2013, la entidad comunicaba el cierre de sus oficinas en Uruguay apuntando también a razones de estrategia del negocio en la región. A los clientes de Uruguay se les ofreció trasladar sus fondos a otras oficinas del banco en Europa o Norteamérica, como está ocurriendo también ahora en Chile.
Dos meses antes de que RBC notificara su salida de Uruguay, sus instalaciones fueron allanadas por el juez argentino Norberto Oyarbide en medio de una investigación por presuntos delitos fiscales por una “megacausa” de investigación de maniobras de lavado de activos mediante transferencias millonarias de decenas de futbolistas. Sin embargo, RBC negó entonces que ese hecho estuviera relacionado con el cierre de su negocio en el país.