La humanidad se enfrenta a dos tendencias importantes. En los próximos 30 años, aumentará tanto la población como nuestra edad media, unas tendencias demográficas que se desarrollarán junto con enormes cambios estructurales, como, por ejemplo, la Cuarta Revolución Industrial – impulsada por la automatización y la conectividad – y la crisis ambiental, las cuales alterarán la forma en que funciona la economía global.
UBS ha publicado el informe “El futuro de los humanos” en el que analiza los estilos de vida cambiante y las oportunidades que la humanidad afronta a la luz de estas tendencias demográficas y enormes cambios estructurales. El informe proporciona información detallada sobre el futuro de la educación, la sanidad y las preferencias del consumidor y la felicidad. En estas áreas, según UBS, las oportunidades para los inversores deberían aumentar significativamente en un mundo post-COVID.
El futuro de la educación: qué, cómo y dónde aprendemos
La fuerza física siempre ha sido vital para la vida laboral de muchas personas. Sin embargo, la Cuarta Revolución Industrial elimina la fuerza física como consideración. La robótica y la automatización están permitiendo que la vida laboral se alargue significativamente y así, a pesar de que la mayoría de la población sea mayor, esta pueda seguir contribuyendo a la economía.
Según se explica en el informe de UBS, la tecnología puede hacer a las personas más productivas por más tiempo, pero esto requerirá que tengan el nivel de educación correcto. “El aprendizaje memorístico produce trabajadores cuyas habilidades caducan tan pronto como el libro de texto que han memorizado esté desactualizado. La gente tendrá que aprender a ser flexible y a desafiar el status quo”, expresa el informe.
La educación ya no terminará con la obtención de un diploma o un certificado. Se convertirá en un proceso continuo, a través de la formación en el trabajo, el aprendizaje formal más tarde en la vida, e incluso los méritos educativos de los medios de comunicación social.
En resumen, las personas necesitarán adaptar qué, cuándo y cómo aprenden para sobrevivir y mejorar en la Cuarta Revolución Industrial. En este sentido, los autores esperan que el mercado de la educación, en general, crezca a una tasa alta de un solo digito en la próxima década. Asimismo, pronostican una rápida expansión de la educación privada frente a la pública a medida que en el sector público se retrase el aumento de la demanda.
Concretamente, en el mercado del e-learning, la educación post-secundaria con fines de lucro, el aprendizaje de idiomas y la preparación de exámenes deberían experimentar una alta tasa de crecimiento.
En este sentido, los autores ven oportunidades de inversión en los mercados públicos y privados a través de empresas que proporcionan educación, especialmente en tecnología educativa («Edtech») y servicios auxiliares, y empresas que tienen un historial superior al de sus pares en la formación y desarrollo de sus empleados. Entre las oportunidades figuran empresas que proporcionan contenido educativo y servicios de tecnología; los proveedores de financiación de la educación; y las empresas que poseen, desarrollan y gestionan la infraestructura de aprendizaje, como las viviendas para estudiantes.
El futuro de la salud: el auge de la atención preventiva, la tecnología sanitaria y la telemedicina
Respecto al futuro de la salud, los expertos ponen el foco tanto en la salud física, la cual se vuelve más importante con el envejecimiento de la población, y la salud mental, ya que los cambios económicos estructurales pueden ser estresantes para el individuo. “El estrés daña la productividad y puede reducir la eficiencia. Al abordar estos temas, los avances en la tecnología proporcionarán un número creciente de herramientas no sólo para extender nuestra vida, sino también para mejorar nuestra forma física y mental”, expresa el informe de UBS.
En este sentido, los autores esperan que la adopción de herramientas de salud digital crezca significativamente, impulsada por imperativos financieros y tendencias sociales cambiantes. La atención médica genera el 5% de los datos del mundo, y sus volúmenes podrían aumentar a 23 zettabytes para 2030.
Por otro lado, a pesar de que el COVID-19 haya acelerado la adopción de la telemedicina en todos los grupos de edad, su penetración sigue siendo baja en términos absolutos. Según se prevé, el mercado total de telemedicina de EE.UU. podría crecer aproximadamente un 17% anual entre 2019-2024, mientras que el mercado chino -actualmente más pequeño- podría crecer casi un 50% anual, superando a EE.UU.
Bajo estas predicciones, los autores encuentran oportunidades de inversión en los mercados públicos y privados a través de empresas que desarrollan tecnologías o servicios que permiten el cambio («facilitadores»), aquellas que pueden utilizarlo para mejorar sus posiciones en el mercado («beneficiarios») y tecnologías de transformación («moonshots«).
El papel de la demografía y la tecnología en la influencia de nuestro bienestar
A medida que el mundo se hace más virtual y la contribución de los humanos a la economía se centra más en los servicios, la medida que ofrece el PIB es cada vez menos relevante. Según demandan los autores, vamos a necesitar una gama más diversa de medidas para comprender el bienestar económico y la felicidad humana.
Asimismo, en el informe se habla de cómo la crisis ambiental significa que la humanidad debe aprender a hacer más con menos. Nuestro nivel de vida actual depende de un uso los recursos medioambientales que ya no es factible para las generaciones futuras. El crecimiento de la población mundial ejerce una presión adicional sobre los recursos. Sin embargo, los cambios tecnológicos aplicados correctamente deberían dar lugar a la eficiencia. Asimismo, los cambios en las preferencias de los consumidores impulsarán el aumento de la demanda de empresas que proporcionen bienes y servicios sostenibles.
Tras realizar un análisis, el informe concluye que los cambios demográficos y los avances tecnológicos influirán en nuestra felicidad futura. Las experiencias digitales serán cada vez más populares, pero el tiempo frente a la pantalla podría pesar sobre la salud mental.
Los millennials y la generación Z verán aumentar su poder adquisitivo a medida que lleguen a los años de mayores ganancias y hereden. Estas cohortes, generalmente, favorecerán las marcas sostenibles que reflejen sus valores sociales y ambientales.