En un mundo laboral en el que la tecnología evoluciona rápidamente y las funciones en el trabajo cambian de forma constante, ¿cómo nos aseguramos de que seguiremos siendo empleables en el futuro?
Cuando llevamos desempeñando el mismo puesto durante un largo periodo de tiempo, nos acomodamos y nos centramos solo en el trabajo actual. Sin embargo, si nos enfrentamos a un despido repentino o nos damos cuenta de que es el momento de evolucionar en nuestra carrera, puede resultar todo un reto encontrar un nuevo empleo si no hemos mantenido una buena marca personal, una red sólida de contactos o si no hemos ido adaptando nuestras habilidades al entorno cambiante.
Alfredo Santos, director general de Morgan Philips Hudson Executive Search ofrece los siguientes cinco consejos a los profesionales que quieran seguir siendo empleables en el futuro, en caso de que necesiten o quieran un cambio en la trayectoria profesional:
1. Conocer las oportunidades y tendencias del mercado
Es fundamental estar al tanto de las tendencias y los movimientos del sector. No necesitamos ser expertos, pero sí proactivos y observadores. Desde el conocimiento de los salarios hasta las tendencias de la industria, así como las tecnologías y las aptitudes que se demandan, debemos estar informados de las áreas de crecimiento en nuestro campo y prestar atención a la innovación y a las empresas que busquen a los individuos más preparados.
Asistir a conferencias, formarse con webinars, suscribirse a podcasts o seguir a los influencers en las redes sociales del sector son algunas de las claves para estar a la última. Se deben establecer relaciones con empleados del sector, mantener conversaciones sobre los temas de actualidad y conocer a reclutadores que nos mantengan informados, aunque estemos satisfechos con nuestro trabajo actual.
Conociendo las tendencias, el empleado será capaz de descubrir las habilidades, experiencias y aptitudes necesarias que las empresas están demandando. Además, esto le ayudará a estar preparado para dar el salto y evolucionar en su carrera profesional.
2. Adoptar una mentalidad de crecimiento
En cualquier disciplina, ya sea en los deportes o en el mundo laboral, existen personas más preparadas ante los desafíos. Aquellos con una “mentalidad de crecimiento” ven los desafíos como oportunidades de aprendizaje. Sin embargo, las personas con una “mentalidad fija” se sienten amenazados por el cambio y, por lo tanto, son reacios al aprendizaje y al crecimiento. La clave para tener una mentalidad de futuro es muy sencilla.
Según el estudio Harvard Business Review, las personas con mentalidad de crecimiento alcanzan sus objetivos con mayor facilidad que aquellos que tienen una mentalidad cerrada, puesto que se preocupan menos por su apariencia presente y se centran en aprender de cara al futuro.
No importa en qué punto de nuestra carrera estemos, podemos desarrollar una mentalidad de crecimiento, haciéndonos la siguiente pregunta: ¿Qué puedo hacer para crecer como profesional? Se trata de asumir la responsabilidad de nuestro desarrollo y crecimiento profesional, en lugar de depender de que otros lo hagan por nosotros.
3. Mejorar las habilidades sociales
Las empresas, a la hora de contratar, se fijan cada vez más en las habilidades interpersonales del individuo y no solo en sus capacidades técnicas. Los responsables de selección afirman que encontrar candidatos con las aptitudes sociales desarrolladas está entre sus tres principales desafíos a la hora de contratar.
Contar con estas habilidades interpersonales podría ser una ventaja diferenciadora frente a otros candidatos que cuentan con nuestra misma experiencia. Las competencias sociales más solicitadas son: la capacidad de influir, negociar y gestionar las relaciones con las partes interesadas, así como la comunicación efectiva y la adaptación a los cambios.
En el puesto de trabajo actual se pueden buscar oportunidades para mejorar las habilidades interpersonales, como asumir la responsabilidad de las tareas o proyectos que requieren la gestión de equipos. Por otra parte, recibiendo un curso de negociación, el candidato podrá ejercer una mayor influencia y adquirir una forma de comunicación más efectiva que genere resultados adecuados.
4. Cultivar la marca personal
Nosotros mismos somos embajadores de nuestra propia marca, lo que implica ser consciente de cómo somos percibidos tanto en persona como en el mundo digital. La marca no solo consiste en la experiencia y habilidades del candidato sino también en sus valores, reputación y motivaciones. Nuestra vocación en el trabajo puede servir como guía para que las empresas midan nuestro encaje en su cultura corporativa (y viceversa).
Algunos empleados con más experiencia no se dan cuenta de la importancia de la visibilidad en el mundo online, ya que no era algo necesario en sus comienzos. Sin embargo, el perfil digital de un profesional puede ser en la actualidad un elemento diferenciador cuando se trata de elegir candidatos para puestos en los que existe una elevada competencia.
En un mundo cada vez más conectado, las redes sociales como LinkedIn son una excelente forma de presentarse y conectarse con expertos de nuestra industria. Esta red social no solo puede enviarnos notificaciones sobre nuevos puestos de trabajo, sino que es una excelente manera de mantenerse al día de las ultimas noticias del sector.
Otra manera de promover nuestra marca es asistiendo a eventos y conferencias presenciales para darnos a conocer en persona entre compañeros y reclutadores potenciales. Se deben combinar los contactos online y offline para obtener la máxima repercusión. Por ejemplo, después de asistir a un evento presencial, debemos encargarnos de hacer un seguimiento enviando un mensaje a través de LinkedIn a aquellos que hayamos conocido.
Cultivar la marca personal hace que seamos más propensos a que las oportunidades de empleo nos encuentren, ya que estaremos entre las búsquedas de los líderes para sus futuros equipos.
5. Desarrollar una “cartera de carrera”
Las empresas tienden a buscar empleados con experiencia específica en un área determinada; por lo tanto, es común que los profesionales cambien de trabajo con frecuencia para asegurarse de que pueden posicionarse como trabajadores cualificados ante las organizaciones a las que quieren dirigir su trayectoria laboral.
Adoptar una “cartera de carrera” implica que, en lugar de trabajar en un único puesto, los empleados están abiertos a una amplia gama de oportunidades laborales, ya sean proyectos puntuales, contratos fijos o a tiempo parcial, enfocando su carrera profesional de una manera más flexible.
También es cada vez más frecuente convertirse en empleado “freelance”, incluso teniendo un trabajo a tiempo completo. Según Barrie Hopson, co-autora de “10 pasos para crear una cartera de carrera”, muchos profesionales eligen crear una “cartera de carrera” porque ofrece “una vida laboral más gratificante, sin mencionar la seguridad y experiencia que otorga contar con varios empleos”.
6. Tener claros los objetivos profesionales
Incluso aunque estemos satisfechos con nuestro empleo actual, es útil tener claro cuáles son nuestros objetivos profesionales a largo plazo, de forma que podamos tomar las decisiones correctas en el presente para prepararnos para el futuro.
¿Quieres un trabajo que te proporcione mayor crecimiento profesional, más libertad, un equipo más grande que gestionar o que marque el rumbo de tu vida?
SI no estás seguro, es posible que debas buscar el asesoramiento de un profesional para definir tus objetivos profesionales. Aunque no se pueden controlar los factores externos como la economía, la demanda de contratación y los cambios tecnológicos, si conducimos de forma activa nuestra carrera profesional, nos situaremos en una buena posición de cara a futuras oportunidades laborales.