La crisis económica de 2008 y la reciente inestabilidad económica debido a la pandemia han provocado que la emancipación de los jóvenes menores de 35 años se ralentice cada vez más. De hecho, actualmente la tasa de emancipación representa el 15,8%, la cifra más baja desde 1999.
En este contexto, pese a que la mayor parte de este colectivo se muestra interesado en la compra de una vivienda, ya que consideran que se trata de una inversión a largo plazo, finalmente se acaban decantando por una vivienda de alquiler, dado que no tienen los ahorros suficientes como para adquirir una vivienda de propiedad. Esta situación, hace que entren en el circuito del alquiler, del que muchos ya no salen, porque nunca pueden ahorrar esos fondos propios necesarios para comprar una vivienda.
El Gobierno financiará un seguro de impago para jóvenes
El Gobierno ha anunciado la creación y financiación del seguro de impago, una herramienta que permitirá que los jóvenes de entre 18 y 35 años que se acojan a la ayuda de 250 euros mensuales puedan pagar el alquiler durante un año en el caso de no contar con la solvencia suficiente. En este contexto, la cuota del seguro no podrá ser superior al 5% de la renta anual. Iñaki Unsain, presidente de la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI), considera que “se trata de una medida que beneficiará a ambas partes y, sobre todo, será un cinturón de seguridad para los arrendadores, algo muy necesario después de los efectos económicos tras la pandemia”.
¿Cómo son las viviendas más demandadas por los jóvenes?
Ante la situación económica general de este colectivo, uno de los requisitos fundamentales de los menores de 35 años para buscar una vivienda es el precio. Y por esa razón, cada vez son más los proyectos que pretenden impulsar la oferta de viviendas asequibles para este segmento de la población.
Montse Moreno, vicepresidenta de AEPSI, explica que “lo ideal sería que se destinará el 30 o 40% del salario para hacer frente los gastos de la vivienda, sin embargo, actualmente, este porcentaje es mucho más elevado en la población joven. “Estaría bien, que hubiese alguna medida a nivel de financiación, ya que el gran problema con el que se encuentran los hogares jóvenes para acceder a una vivienda de propiedad es que no disponen del ahorro equivalente a pagar el 20% del precio, más los impuestos y gastos que pueden suponer hasta otro 13% más en función de la comunidad autónoma y si es obra nueva o segunda mano”, añade la experta.
Otro factor que cada vez representa una tendencia al alza es la sostenibilidad. Este requisito ha provocado que también se tenga en consideración la opción de realizar reformas con el objetivo de que la vivienda sea energéticamente eficiente. Y es que, la mayoría de las viviendas de segunda mano de España tienen una calificación energética por encima de la E. La vicepresidenta afirma que “el interés por las viviendas eficientes es una tendencia al alza que perdurará en el tiempo”.
Por lo que respecta a los requisitos menos valorados por los jóvenes, Iñaki Unsain explica que “el comprador joven no busca elementos extras como trasteros, piscinas o grandes jardines, sino que se centran en el precio y la buena ubicación”.