El agua que pagan las familias en España es, en general, más barata en comparación con la media del resto de países europeos. En concreto, según un estudio del Consejo General de Economistas, el precio es un 35% inferior al de la media europea siendo el esfuerzo de las familias por pagarla el menor de Europa después de Italia.
Este informe titulado “La gestión del agua en las ciudades” revela que en ninguna ciudad española (independientemente del modelo de gestión del suministro–público, privado o mixto–) la factura del agua supera el 2% de la renta disponible de las familias y en 42 de las 79 principales no llega al 1%. En todos los casos se sitúa lejos del 3% que señala la ONU como máximo razonable.
La empresa privada participa en la gestión del servicio urbano de agua, aproximadamente, en el 23% de los municipios en España, aunque suelen ser municipios de tamaño más elevado que la media y por eso engloban el 55% de la población. En este sentido, el estudio editado por el CGE concluye que no existe correlación entre el precio del agua y el sistema de gestión.
Lo que sí se aprecia es una relación de tipo geográfico, puesto que la mayoría de las ciudades con un índice de esfuerzo superior a la media son insulares o se sitúan en las zonas muy secas
En las ciudades en las que hay una penalización más significativa del despilfarro de agua, el modelo de gestión dominante es el indirecto (concesión o empresa mixta). De las 20 ciudades que fijan un precio más bajo para el bloque básico (diseñado para asegurar que los hogares tengan acceso a un volumen de agua considerado básico a un precio razonable), 14 tienen un sistema de gestión indirecta (incluidas las tres más baratas).
Según el catedrático de Economía Aplicada José María Serrano –director de este estudio y autor del mismo junto a los profesores de Economía de la Universidad de Zaragoza Fernando Arbués y Jaime Sanaú– ha señalado que “aunque a menudo se habla de ‘remunicipalizar’ el servicio, como si en algún momento se hubiera privatizado, éste siempre se ha mantenido en la esfera pública, con responsabilidad y control del ayuntamiento. Es más, siendo un servicio público, en la historia ha predominado su gestión a través de empresas privadas, con la única excepción de la dictadura franquista”.
En este sentido, Serrano ha indicado que “la colaboración público-privada se ha mostrado muy eficaz por combinar la mayor eficiencia que logran obtener las empresas privadas con la representación del interés general que ejercen las autoridades políticas”. También ha señalado que los datos del estudio ponen de manifiesto que “la gestión de las empresas privadas en España evita el riesgo de exclusión y fomenta el uso responsable del agua por encima de lo que lo hacen la administración directa o las empresas municipales”.
En todo caso, ha remarcado Serrano durante su intervención, “el conjunto del sector es bastante eficiente en España, cuando se comparan sus precios con los de otros países europeos, incluso si se utiliza el esfuerzo relativo en relación con la renta”.