La realidad de los clientes de alto patrimonio de Latinoamérica poco tiene que ver con la de hace 10 o 15 años, cuando para muchos la inestabilidad política y la inseguridad en sus países, por mencionar algunos temas, eran razones de peso para decantarse por inversiones offshore antes que invertir su dinero en casa.
Esta tendencia ha cambiado y no porque en todos los países de América Latina hayan desaparecido estos problemas -en algunos sí, en otros se han suavizado y en otros están hoy peor que hace unos años, sino en una situación similar-, aunque lo que sí es cierto es que la situación ha mejorado en términos generales, entendiendo, por supuesto, que la región nunca puede tomarse como un todo.
A la hora de decantarse por la inversión offshore vs offshore es fundamental partir de un análisis patrimonial y de estudiar cuales son las jurisdicciones que mejor se adaptan a cada caso para sacar siempre el mejor rendimiento al patrimonio de un cliente de banca privada.
Estos fueron algunos temas analizados este lunes en el marco de la conferencia: “¿Qué pasa in Latin America? ¿Local vs Offshore? ¿Quiénes son los drivers regionales?” celebrada en el marco de FIBA Wealth Management Forum, que esta semana tiene lugar en Miami. El panel estuvo moderado por Federico Muxi, socio y managing director de Boston Consulting Group, y contó con la participación de Claudio Prado Arcirio de Oliveira, general manager de Banco do Brasil; José Ramón Rodríguez, international wealth strategies director de BBVA Compass, así como Nicolas Bergengruen, managing director (Miami complex) de UBS WM Americas Internacional y CEO de UBS FS (Uruguay) y Cristian González Lami, managing director de Credit Suisse Securities (USA) Private Banking Latin America.
Muxi recordó que 2013 fue un año muy bueno para la industria de wealth management en todo el mundo, año en el que los activos de banca privada negociados y custodiados en demarcaciones offshore alcanzaron los 8,9 billones de dólares, un aumento del 10,4% respecto a 2012. En su informe anual de riqueza global, presentado a mediados de año, Boston Consulting hacia sus estimaciones, apuntando que para finales de 2018, la riqueza offshore llegará a alcanzar los 12,4 billones de dólares. Actualmente Latinoamérica representa el 12% del total de la riqueza mundial en jurisdicciones offshore. “No es por tanto una sorpresa que la región sea tan atractiva para la industria de wealth management”, subrayó.
Para José Ramón Rodríguez de BBVA Compass la decisión de invertir localmente o fuera tiene que ir siempre ligada a las necesidades de la familia y de su patrimonio, además de que lo que se debería plantear no versa tanto sobre onshore vs offshore, más bien por dónde invertir de un modo más eficiente. “Creo que hay muchas oportunidades localmente, pero también fuera. De ahí las oportunidades en inversiones alternativas como el arte, el real estate…». Rodríguez cree que hay muchas oportunidades offshore y que las instituciones, conscientes de ello, crean las mejores soluciones para sus clientes, dejando claro que no hay una razón de mayor peso que incline la balanza sobre inversiores offshore vs onshore. «Muchas familias latinoamericanas tienen tanto inversiones onshore como offshore, y es la diversificación lo que mueve a muchas de ellas», agregó.
Bergengruen de UBS WM Americas coincide en que la diversificación es un atractivo para el mercado offshore, así como la inestabilidad política, que gracias a algunos países de la región continuará beneficiando al sector.
En cuanto a la posición de Miami como hub para Latinoamérica en el mercado offshore, el directivo de UBS dijo que la ciudad atraviesa un momento muy dulce. “Miami tiene una gran oportunidad para aprovechar su condición de hub, además de la ventaja que ofrece de encontrarse en la misma franja horaria, algo que se traduce en una oportunidad para los booking centers estadounidenses”.
En este sentido, Bergengruen explicó que UBS cuenta con tres booking centers en el país: Nueva York, Miami y la Costa Oeste, que se están beneficiando de la diversificación y de su fácil acceso también. Todos coincidieron en que cuanto mayor es el peso de un cliente más fácil es que se decante por el mercado offshore, una balanza que también se inclina a mayor riego país, mientras que en el caso de los clientes más pequeños la balanza cae del lado onshore. Así, el directivo de BBVA Compass subrayó que Estados Unidos cobra cada vez más peso como hub para las inversiones offshore de los latinoamericanos, mientras que los presentes recalcaron también que la transparencia contribuirá también a llevar el negocio más cerca de casa.
Por su parte, González Lami de Credit Suisse dijo que la posición local que ha alcanzado la banca española en América Latina, en donde se encuentran entre los “big players”, es difícil lograr en términos de crecimiento orgánico. Hay mucha competencia local en el mercado onshore, de ahí que desde Credit Suisse la apuesta llegue por el mercado offshore. También se refirió a casos como los de Venezuela y Argentina, en donde hay inversores que que buscan jurisdicciones que respeten la ley.
En cuanto a la tendencia de que los jugadores locales ofrezcan inversiones offshore a través de firmas locales, González Lami se mostró convencido de que el futuro estará regido por sinergias que sirvan a ambos mercados y que se adecuen a las necesidades de cada cliente dependiendo de su riqueza.