Hace tiempo que Arquia Banca dejó de ser la caja de ahorros de los arquitectos: cambió su nombre y abrió sus puertas a otro tipo de clientes, con el objetivo de impulsar el desarrollo de su negocio. Un negocio que hoy se reparte entre el colectivo de arquitectos –en un 60%- y otros colectivos profesionales, que ocupan el restante 40%, con médicos, economistas o despachos de abogados entre ellos, y principalmente autónomos o pymes (este último, un servicio muy nuevo y restringido a empresas con una facturación de hasta 15 millones de euros).
Como buenos arquitectos, los artífices del plano estratégico que finalizó en 2015 ya contemplaron esa apertura, algo que se viene desarrollando a lo largo de estos últimos años. Entre las prioridades del mapa para el periodo 2016-2019 también hay otra muy clara: el impulso del negocio de banca privada, canalizado a través de Profim desde la adquisición del 70% de la EAFI en abril de 2016. “En Profim vimos a una empresa de asesoramiento con muchos años de experiencia, especializada en la selección de fondos, algo que nos complementaba. Vimos una plataforma con una estructura que nos permitía llegar a más clientes”, explica Xavier Ventura, director general de Arquia Banca, en una entrevista con Funds Society.
Aunque reconoce que no fue fácil integrar el modelo de EAFI -ahora todo el negocio de asesoramiento de Arquia se hace desde Profim, con un modelo de dos interlocutores para el cliente, uno en Profim y otro en las oficinas de Arquia-, explica que han logrado montar una plataforma que incluso permitiría integrar a otras empresas similares. Y no descarta seguir apostando por el crecimiento inorgánico: “Siempre que haya oportunidades interesantes para nuestro crecimiento podríamos integrar más EAFIs: nuestra ratio de solvencia es del 22% y podríamos permitirnos acometer más adquisiciones”, explica.
Significado de independencia tras MiFID II
A pesar de que el futuro de las EAFIs está sobre la mesa, en un entorno de adaptación a MiFID II en el que algunas firmas están optando por la conversión en otras figuras (gestoras o agencias de valores, por ejemplo) y en el que ejercer como asesores independientes será más difícil -y más costoso desde un punto de vista normativo-, Ventura reconoce que podrían plantearse cambiarla, si en un momento determinado la figura de EAFI supone demasiados desafíos, pero ahora mismo no es su foco. Porque lo importante sigue siendo lo que hay detrás de su negocio de banca privada, y lo que les atrajo de Profim: la capacidad de asesorar con independencia, algo a lo que se mantendrán fieles.
Otra cosa es que en la definición de independencia que haga MiFID II no baste solamente el hecho de no verse influenciados para elegir las inversiones, sino que incluyan también exigencias en el modelo de cobro, como ocurrirá. Por eso, aunque Ventura valora positivamente la regulación por el incremento de transparencia que traerá consigo (y que empuja a las entidades hacia la eficiencia, la profesionalización y la sana competencia, y hacia un modelo de servicio), y también por la mayor exigencia formativa que exige (la mitad de la plantilla de Arquia cuenta ya con la certificación EFA), advierte de que “puede desvirtuar la palabra independiente: antes eras independiente si no había nada o nadie detrás que dirigiera o condicionara las inversiones pero ahora puede que, aun no siendo ése el caso, no puedas definirte como independiente”, dice. Si la normativa se traspone en España tal y como se conoce hasta ahora, indica, “ser independiente va a ser muy difícil”, y la mayoría de los asesores podrían no serlo.
En el caso de su banca privada, integrada en Profim, aún no se ha decidido el modelo tras MiFID II, que dependerá del texto regulatorio definitivo, aunque desde Arquia reconocen que será difícil mantenerse como independientes, en parte debido a las exigencias sobre las retrocesiones (Profim cuenta con un modelo mixto, a través de comisiones de asesoramiento pero también retrocesiones por los fondos distribuidos) y porque, en España, los clientes aún son reticentes a pagar por el asesoramiento –inmersos en un modelo muy bancarizado, dominado por los grandes distribuidores, en los que están acostumbrados a pagar una comisión de gestión al comprar un fondo y no tienen una cultura de contar con intermediarios-.
Viraje hacia fondos perfilados
Lo que sí está decidido son sus objetivos de crecimiento, un crecimiento “prudente”: de los 2.100 millones de euros de volumen (y 2.400 con Profim), gran parte del negocio es de banca privada y quieren incrementarlo en los próximos años. También, aumentar el volumen en fondos, tanto productos propios –fondos de inversión y planes de pensiones- como de terceros, que ofrecen a través de un servicio de arquitectura abierta. Actualmente ese negocio suma 650 millones y pretenden llegar a los 1.000 millones en 2019.
Dentro de la prudencia que caracteriza la filosofía del grupo, Ventura explica que la estrategia de su gestora en productos propios (en los que tienen mucha fuerza los planes de pensiones debido a la necesidad del colectivo de autónomos y arquitectos de ahorro a largo plazo al margen de la Seguridad Social) ha evolucionado con fuerza en el último año y medio hacia fondos perfilados. “Creemos mucho en la gestión de carteras y los fondos de fondos, porque el cliente tiene poco tiempo de ir al banco, y busca más un asesoramiento y tener la confianza de estar en un vehículo con mucha flexibilidad, como ocurre con los fondos de fondos, que pueden cambiar de estrategia muy rápido”, dice Ventura. Recientemente, y además de su gama de fondos perfilados, la gestora lanzó un plan de pensiones que invierte en fondos y próximamente lanzará otro vehículo similar, pero con otro perfil de riesgo, bajo la marca Profim.
Los fondos perfilados, con tres perfiles, cuentan con dos clases dentro de cada fondo: la más barata se puede contratar a partir de 30.000 euros, pudiendo dar servicio a clientes no tanto por su volumen de negocio sino por sus necesidades. Con todo, el servicio de asesoramiento que ofrecen desde Profim –con siete perfiles de riesgo y un servicio de mucha cercanía- se restringe a clientes con un volumen mínimo de 100.000 euros.
En sus vehículos, los ETFs apenas tienen cabida y Ventura defiende el atractivo de la gestión activa para marcar la diferencia y aportar valor: “La gestión pasiva puede tener su público, clientes a los que no les importe la inmovilidad y puedan esperar para captar la beta. Pero el valor viene de la gestión activa, aunque cada vez es más importante demostrar que se hacen las cosas bien para justificar las comisiones”, dice el experto. En su caso, en su selección de fondos tienen cabida todo tipo de fondos, de entidades, nacionales, internacionales o fondos de autor, sin restricciones, con una filosofía de no ir siempre donde el mercado va (sus recomendaciones llevan tiempo apuntando a alejarse de la renta fija a largo plazo, puesto que los principales riesgos están en este activo, ante las subidas de tipos).
Salto internacional
Arquia, que cuenta con 25 oficinas en todo el territorio nacional (en 23 capitales de provincia, con dos en Madrid y dos en Barcelona, de donde es originaria), dará el paso internacional en Portugal, con dos oficinas en Oporto y Lisboa en 2018. Ventura considera que en el país luso no hay una banca para profesionales y autónomos como la suya, y es un país con similares condiciones de concentración bancaria a las España, y donde hay oportunidades para una banca de nicho.
Aunque no sabe si la consolidación en el sector financiero continuará en Iberia, porque la concentración ya es muy fuerte, cree que “cuanto más concentrado esté un mercado y más grandes sean los jugadores, más estandarizados serán sus modelos, de forma que las entidades pequeñas serán las que ofrezcan un buen servicio y las que podrán aportar valor a los clientes”.
La otra novedad es la revolución tecnológica que está asumiendo Arquia, de la mano de SAP, transformando muchos procesos para adaptarse a los nuevos tiempos.
Transformación en entidad bancaria
Arquia Banca (Caja de Arquitectos S. Coop de crédito) también anunció recientemente que ha iniciado el proceso para la transformación en Arquia Bank S.A como parte de los objetivos de crecimiento de la entidad, en base a su Plan Estratégico 2016-2019. La transformación de sociedad cooperativa de crédito en una entidad bancaria, aspecto que se hará efectivo tras la autorización de la Secretaría General del Tesoro y Política Financiera, permitirá a Arquia Banca responder mejor a los desafíos que plantea en el modelo financieroactual, contando con una elevada especialización en el asesoramiento a profesionales de todo tipo de sectores.
Javier Navarro, presidente de Arquia Banca, destacaba que “después de más de 30 años, la transformación de caja cooperativa de crédito en entidad bancaria supone un auténtico hito en nuestra historia. La nueva estructura societaria nos permitirá ser más eficientes y responder mejor a los nuevos retos del mercado financiero nacional e internacional. El modelo diferencial de banca de clientes de Arquia Banca, basado en el asesoramiento personalizado, nos permite aportar un valor añadido frente a la estandarización del sector bancario”.
Desde el punto de vista jurídico, la transformación supondrá una mayor agilidad para la entidad en el proceso de expansión dentro del territorio nacional y fuera de nuestras fronteras.