El mundo está en un contexto de ciclo avanzado con valoraciones algo elevadas tanto en renta variable como en crédito. Por un lado, Europa y Japón siguen dependiendo del apoyo de la política monetaria, a pesar de la mejora progresiva de factores económicos fundamentales. Por otro lado, los tipos de interés continuarán subiendo en Estados Unidos, a pesar de la desaceleración temporal de su economía.
Por lo tanto, Deutsche Bank se mantiene firme en su previsión de una divergencia en los tipos de interés que inevitablemente reforzarán el dólar estadounidense y lo llevará a alcanzar los 1,10 dólares por euro en junio de 2018. La rentabilidad del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años alcanzará el 2,6% en un periodo de 12 meses, lo que supone una reducción de las estimaciones previas, causada por los retrasos en la implementación de reformas pro-crecimiento en EE.UU.
Los inversores deberán distinguir entre lo que resulta atractivo para el inversor en estos momentos y lo que es probable que siga resultando atractivo en el futuro: mirando hacia adelante, hay una perspectiva más positiva en cuanto a la renta variable europea, manteniendo una visión positiva de los mercados emergentes puesto que ambas zonas se encuentran en una posición para dar relevo a EE.UU. como motores del crecimiento económico a nivel global.
En cuanto a la renta variable en mercados emergentes, ser selectivos será importante: Deutsche Bank prefiere Asia por encima de América Latina debido a sus mejores fundamentos económicos y su menor exposición al precio del petróleo. El precio objetivo a 12 meses se ha reducido a 50 dólares por barril WTI, dado que se anticipa que cualquier reducción en los volúmenes de la OPEC se verían compensados por un incremento en la producción en EE.UU.
La volatilidad se encuentra en unos niveles extrañamente bajos, al igual que las primas de riesgo, lo que se refleja en unos spreads bajos de los bonos de alta rentabilidad. Por lo tanto, Deutsche Bank ha modificado la clasificación sobre los bonos de alta rentabilidad a ‘neutra’.
En mercados emergentes, el objetivo del spread del bono a 12 meses se ha reducido de 300 a 285 puntos básicos debido a una perspectiva más positiva sobre el crecimiento, indicadores sólidos de deuda, una inflación más baja y un nivel de emisiones y de demanda global por rentabilidades reducido. Las rentabilidades de bonos locales emergentes son atractivas, pero la falta de diversificación y la volatilidad en los mercados de divisas representan un riesgo.
Deutsche Bank mantiene una preferencia por los temas seculares por encima de los aspectos cíclicos, confirmando su interés en aquellas historias de desarrollo a largo plazo que se plantearon bajo el título ‘Los temas de mañana, hoy’, particularmente en tecnología y sanidad. Estos dos sectores siguen teniendo mucho potencial a pesar de las valoraciones actuales. Este potencial se verá reflejado en unos fuertes resultados empresariales en los próximos trimestres.