El plazo estipulado por ley para que los brasileños con recursos no declarados en el exterior regularicen su situación todavía no expiró, pero los bancos suizos ya se movilizaron, incluso llegando a congelar activos y clausurando cuentas, por cuestionar la conformidad de esas inversiones con la legislación de Brasil, según informa la publicación Valor Económico.
Los datos del banco central suizo muestran que los depósitos de brasileños en instituciones financieras con sede en el país sumaban cerca de 4.000 millones de dólares al final de 2015, pero las estimaciones realizadas por la organización no gubernamental Global Financial Integrity (GFI) sugieren que esta cifra puede ser superior. Entre 2004 y 2013, GFI calcula que una media unos 22.600 millones de dólares por año en recursos dejaron el país ilegalmente con destino a paraísos fiscales. En 2000, los titulares de las cuentas brasileños llegaron a tener unos 6.290 millones de dólares depositados en Suiza, según nuevamente datos del banco central del país. El número de depósitos se ha reducido como consecuencia de una mayor demanda en materia de transparencia financiera.
“Los brasileños que tienen cuentas en el extranjero están corriendo a contrarreloj para traer su efectivo al país antes del final de este mes, por lo que se espera un fuerte flujo de entradas en los próximos días”, comenta Camila Abdelmalack, economista jefe de CM Capital Markets en Sao Paulo en declaraciones a Bloomberg. Según Abdelmalack, la cifra de fondos repatriados podría alcanzar cerca de los 50.000 millones de reales.
Mientras tanto, la presión por parte de los bancos suizos incluye el envío de correspondencia a los clientes y a sus representantes legales. Por ejemplo, en una carta enviada recientemente por UBS, la entidad solicitaba una comprobación con documentos de que los activos depositados en el banco habían sido debidamente declarados a las autoridades brasileñas. “En el caso de que no sea posible presentar toda la documentación necesaria referente a su relación bancaria antes del 31 de octubre de 2016, solicitamos que nos envíe sus instrucciones de cierre”, informa el texto.
En los casos en los que el banco no se siente confortable con el origen de los recursos, el dinero puede ser bloqueado y transferido para la llamada mesa de salida o “exit desk”, que prácticamente obliga al cliente a dejar la institución.
Esto ha llevado a muchos brasileños a viajar a Suiza con la intención de convencer a sus bancos de que transfieran sus recursos a Estados Unidos, donde el proceso de regularización del dinero sería más simple. Pero los bancos suizos no van a permitir que el dinero de cuentas controladas por residentes brasileños sea transferido a un tercer país hasta que el cliente muestre pruebas de que los fondos son compatibles en términos fiscales con las reglas de repatriación brasileñas.
Existe la posibilidad de que el gobierno brasileño exija a los bancos suizos alguna compensación por los recursos transferidos antes del final del plazo estipulado para la repatriación. El precedente lo sentó Estados Unidos, cuando en agosto de 2013, el Departamento de Justicia lanzó un programa enfrentándose a los bancos suizos, a partir de acuerdos sin procesamiento. Como parte de los acuerdos, los bancos tuvieron que proporcionar información sobre los titulares de cuentas de los Estados Unidos y pagar multas en torno a los 1.360 millones de dólares.