La inversión activa ha experimentado grandes salidas de flujos durante los últimos 6-7 años, ya que los inversores se han inclinado hacia instrumentos como los ETFs, que generalmente ofrecen una forma de obtener exposición en el mercado con comisiones mucho más bajas. La tendencia ha sido tan fuerte que los fondos pasivos de los Estados Unidos pronto podrían superar a sus pares de gestión activa en activos bajo administración. Sin embargo, ese no es el caso para el equipo de Growth Equity Strategies en Loomis Sayles, firma afiliada a Natixis, que ha recibido más de 25.000 millones de dólares en los últimos 8 años. Su desempeño podría ser la razón de su popularidad. ¿Cómo lo hacen?
Son un administrador activo con un enfoque a la inversión a largo plazo, similar a la de un fondo de private equity, que busca invertir en compañías de alta calidad con ventajas competitivas seculares y sostenibles además de un crecimiento rentable, «pero solo queremos comprarlas cuando operan a un descuento significativo”, dice Hollie Briggs, vicepresidenta y product manager de Loomis Sayles, en una entrevista con Funds Society.
Su proceso no es normal. Con un enfoque bottom-up, cada uno de sus siete analistas trabaja en alrededor de cinco nombres nuevos cada año y también en actualizar su biblioteca, cercana a los 150 nombres, cuando es necesario.
Briggs menciona que con cerca a dos meses de investigación por nuevo nombre, los analistas se sumergen profundamente en el núcleo de la compañía. “Dado que estamos tratando con información pública, para tener una visión diferente, se debe tener una visión independiente», menciona.
Para decidir sobre un nombre para analizar, comienzan observando el análisis de la cadena de valor global en cada industria para identificar a los actores que generan las mayores ganancias. Luego, se olvidan del pasado y solo miran lo que creen que va a suceder para crear un pronóstico a 10 años, teniendo en cuenta las expectativas de crecimiento y mercado a las que se pueden llegar. Teniendo esto en cuenta, definen cuál debe ser el valor presente y actúan en consecuencia.
En Loomis Sayles, la valoración impulsa el momento. Según Briggs, “los inversores a corto plazo reaccionan de forma exagerada a la información” y cuando eso sucede, su equipo analiza el problema y hace preguntas clave para ver si el valor intrínseco de la empresa cambia a largo plazo. «Miramos a nuestros modelos y aplicamos ingeniería inversa, buscamos lo que debería ser cierto para que el valor sea correcto y, si no estamos de acuerdo, subimos nuestra posición», añade.
En general, prefieren los nombres que actualmente sean motores seculares de crecimiento a largo plazo, con altas barreras de entrada. El suyo es un juego a largo plazo. Una de las compañías de su cartera pasó cerca de 5 años en su biblioteca y dos años en la construcción de su fase de posición.
Su equipo también es elegido cuidadosamente. Para contratar a su último recluta, el equipo revisó más de 1.200 currículos. Más que la compañía en la que el candidato ha trabajado o la escuela a la que asistió, en Loomis Sayles buscan tres cosas principales: quieren personas apasionadas por la inversión, así como pensadores independientes que creen que su trabajo mejora cuando trabajan en equipo. Necesitan a alguien «que no pueda ser influenciado por el consenso del mercado, porque estamos comprando cuando todos están vendiendo. Se necesita que alguien se sienta cómodo siendo diferente», menciona Hollie, quien agrega que en Loomis Sayles, para agregar un nombre a la cartera también se realiza una discusión de equipo. «Los analistas aquí son un verdadero equipo, que no compiten entre sí, sino con otros administradores de activos, ya que la compensación no depende de qué tan bien se desempeñen los nombres de cada analista en la cartera, sino en un solo número y ese es el rendimiento TOTAL de la cartera», concluye.