Las empresas familiares soportan mejor los episodios de recesión económica y aprovechan los vientos favorables cuando éstos llegan. Según un estudio sobre la financiación de las empresas familiares europeas cotizadas realizado por la Cátedra Banca March, las empresas no familiares reducen el ritmo de crecimiento en periodos de crisis mientras que en las familiares el ritmo se mantiene más estable. Además, en períodos de contracción y de crisis, las empresas familiares tienen un acceso a la financiación por endeudamiento para financiar nuevos proyectos mejor que las no familiares.
Durante la celebración en Palma de Mallorca de la IX Jornada de la Cátedra Banca March de la Empresa Familiar, se presentaron los resultados preliminares de este estudio que está realizando la propia CBMEF en colaboración con la Dra. Cristina Cruz, profesora de IE Business School, y del Dr. Alfredo Martín, profesor de finanzas de la Universitat de les Illes Balears.
El estudio analiza el comportamiento de una muestra de 690 empresas europeas cotizadas—incluyendo las cuatro mayores economías de la UME, además del Reino Unido y Suiza—durante el período 2001 a 2015, diferenciando entre empresas familiares y empresas no familiares. Se centra en el comportamiento experimentado por los dos tipos de empresas, durante y después de la crisis económica de la primera década del siglo XXI. Las variables que se han tenido en cuenta son: rentabilidad, riesgo asumido por la empresa y acceso a la financiación mediante endeudamiento. El trabajo permite concluir que las empresas familiares son más rentables que las no familiares durante los períodos de crecimiento y de recesión sin asumir mayores niveles de riesgo.
Sin embargo, la crisis no ha afectado con la misma intensidad ni en el mismo período en cada uno de los países europeos analizados ya que la rentabilidad (ROA) de las empresas está fuertemente correlacionada con los ciclos económicos propios de cada país.
En cuanto al nivel de endeudamiento, en la empresa familiar europea cotizada es ligeramente inferior al de la empresa no familiar. Además, este tipo de empresas acuden a la financiación bancaria en mayor medida que las no familiares, lo que podría implicar una financiación más estable, ya que los vínculos con la entidad bancaria son más estrechos que con la financiación en mercados.
El acceso al endeudamiento en las empresas familiares aumenta si el fundador está presente y si el CEO y el presidente son miembros de la familia. Como promedio, las empresas familiares soportan un menor coste financiero de la deuda que las no familiares y presentan mejores ratios de cobertura (BAIT/Intereses).
Para cerrar el acto, Ignasi Biosca Reig, consejero delegado de Reig Jofre, destacó que su condición de empresa familiar cotizada les permite una doble ventaja: “Por una parte, el apoyo de los accionistas familiares garantiza la perdurabilidad del proyecto a largo plazo y, al mismo tiempo, estamos sometidos a la disciplina de transparencia y regulación para poder acceder a los mercados de capitales”.