La implantación de la regulación MiFID II a principios de 2018 y las dinámicas de los servicios de inversión en España han llevado a la reducción del número de empresas de asesoramiento financiero a lo largo del año pasado, tendencia que se está manteniendo en 2019, si bien las EAFs mantienen los ingresos, incrementan patrimonio asesorado, y reducen los ingresos por retrocesiones. Son datos que recoge el Estudio “Empresas de Asesoramiento Financiero en España 2019”, presentado esta mañana en la sede del Consejo General de Economistas (CGE), con los principales indicadores sobre la evolución del sector.
David Gassó, presidente de Economistas Asesores Financieros –órgano especializado del Consejo General de Economistas de España en materia de asesoramiento financiero–, y Albert Ricart, colaborador de este estudio, han expuesto los datos recogidos en el informe referidos a número de empresas de asesoramiento financiero y las principales magnitudes sobre su actividad en cuanto a patrimonio asesorado, tipo de cliente, y empleo del sector, entre otros.
¿Tendencia a la baja en número?
Entre esos números, la caída en el número de entidades. Así, Gassó ha remarcado que “a la vista de los datos, el número de empresas de asesoramiento financiero dadas de alta, que hasta 2017 seguía una tendencia creciente, tiene en 2018 un punto de inflexión pasando de 171 a 158, lo que supone un ligero decrecimiento de casi un 8%”. Es pronto, dicen, para hablar de un cambio de tendencia frente al crecimiento de los últimos años y por culpa de MiFID II, pero ahí están los datos.
Para Gassó, algunos de los motivos que están propiciando este descenso son “la inviabilidad empresarial de algunos proyectos en un entorno regulatorio más exigente”, pero también los movimientos de fusiones o adquisiciones de empresas en el sector, como ayer mismo ocurría con Wealth Solutions, que integraba a la EAF Iceta PWS. Otros motivos son la reconversión de EAFs en otro tipo de ESI (sobre todo agencias de valores, que al contrario que las EAFs, crecen en número) para poder prestar más servicios y también el parón de nuevas autorizaciones por la incertidumbre asociada al proceso tardío de transposición de MiFID II que ha sucedido en España.
Pero, pese a esta ralentización en las altas de nuevas entidades, el patrimonio asesorado por las EAFs se incrementó en 2018 un 2,82% respecto a 2017, debido fundamentalmente a que el patrimonio asesorado procedente de clientes minoristas creció un 13,03%, lo que compensa la disminución del 1,46% del patrimonio procedente de clientes no minoristas. En este aspecto, el mercado de clientes minoristas es el que arroja mejores cifras. Así, durante 2018, el patrimonio medio por EAF procedente de clientes minoristas aumentó un 22,33% frente al incremento del 6,64% del patrimonio vía clientes no minoristas. Asimismo, el patrimonio medio asesorado por cliente aumentó un 19,14% en el caso de los clientes minoristas y disminuyó un 15,11% el relativo a clientes no minoristas.
Menores retrocesiones
Las EAFs mantuvieron su facturación e ingresos el año pasado (con una ligera reducción del 5%, según el estudio), pero en esos ingresos tuvieron un menor peso a las retrocesiones, que disminuyeron un 21%. Actualmente suponen en torno a un 17% de los ingresos totales del sector, frente al 20,8% que suponían a finales de 2017. Y es que el sector avanza hacia un modelo con pago explícito y menor presencia de los incentivos, según explicó Gassó: “La regulación está teniendo un impacto en el sector, directo o indirecto, mayor al que se imagina. Estamos en unos años de tránsito, pero sí vemos que hay una tendencia creciente hacia el asesoramiento con pago explícito y una reducción del pago no explícito o vía retrocesiones. Muchas entidades han pasado a ser agencias de valores para no renunciar a las retrocesiones”.
La disminución de las retrocesiones percibidas como fuente de ingresos apuntan hacia un enfoque más centrado en el servicio al cliente que a compartir ingresos de comercialización de productos por las recomendaciones emitidas, lo que abre la puerta a mejorar la diferenciación de la EAF del resto de empresas de servicios de inversión que sí comercializan productos, entre ellas las agencias y sociedades de valores y las gestoras de IICs, además de las entidades bancarias, añaden los expertos.
De lo que aún no hay datos es del porcentaje de entidades que están ofreciendo un asesoramiento independiente frente al no independiente, aunque es posible que estos datos se transparenten en próximos informes.
Otra de las exigencias de la normativa es a cambiar el nombre de las entidades, desde EAFI a EAF, lo que está suponiendo un menor conocimiento del sector y un esfuerzo adicional de marca. Los expertos advierten sobre la escasa imagen de marca del sector, la poca presencia mediática y el desconocimiento público, como obstáculos para el crecimiento.
Los agentes: la vía para crecer
Pero, frente a los retos, están las oportunidades, como por ejemplo las que ofrece la posibilidad de contratar agentes, aunque éstos no pueden realizar labores de asesoramiento: “Esta posibilidad facilita el crecimiento orgánico del sector (pues permitirá crecer con costes variables). Creo que es la solución para hacer crecer nuestro sector, es la vía para crecer”, según Ricart.
Gassó recuerda que el uso de agentes es muy incipiente, pues hasta abril de este año no era una posibilidad, y aún los datos son bajos. “Espero que se haga un uso lo más extenso posible y que se haga un buen uso de esta vía”, añadía, recordando las limitaciones de estos profesionales, que solo pueden promocionar los servicios.
Entre las oportunidades, también destaca la necesidad de asesoramiento en un entorno de inversión muy complejo, junto con las restricciones de los clientes para acceder a productos de inversión recomendados por los comercializadores.
La EAFI media en España
Por su parte, Albert Ricart también ha analizado durante su intervención los principales datos recogidos en el estudio. Así, según ha expuesto, “la EAF persona jurídica media en España en 2018 es una empresa que factura 375.295,9 euros, con unos beneficios medios de 30.588,42 euros, que invierte 180.306.50 euros de fondos propios y da empleo a 3,21 profesionales de media”.
En relación a las principales ratios de las EAF personas jurídicas –114 frente a 29 EAF personas físicas–,ha afirmado que “en el periodo 2017-2018 se observa una evolución negativa respecto a facturación (-11,53%), beneficios (-8,69%) y número de empleados (-2,19%), aunque se produce un incremento en los fondos propios de un 1,64%”. No obstante, “las cuatro primeras empresas de asesoramiento financiero en España, que representan el 2,5% del total, concentran el 38,68% de la facturación, el 81,30% de los beneficios y el 29,68% del empleo del sector”.
Sigue el intrusismo
En el evento también se recordó que las EAF, en sus 10 años de vida apenas han tenido reclamaciones de clientes. En concreto, en 2018 han tenido únicamente dos reclamaciones y en 2017 ninguna.
Sobre el intrusismo en el sector, aunque la CNMV ha incrementado la vigilancia sobre las entidades que prestan servicios de inversión sin tener la autorización para ello, Gassó advirtió de que sigue habiendo multitud de figuras que ejercen el asesoramiento financiero sin la necesidad de autorización administrativa ni de soportar los costes vinculados a las exigencias de cumplimiento normativo: “En muchos casos, cabe decir que lo hacen de forma legal, al amparo de las excepciones normativas que la propia ley admite, curiosamente. Sería deseable para el sector que en todos aquellos otros casos, fuera de la ley, se aplicara con rotundidad la normativa vigente en materia de sanciones”.