Los profesionales de las empresas de asesoramiento financiero españolas (EAFI) son conscientes de que el comienzo del llamado ‘tapering’ -o retirada de estímulos cuantitativos por parte de la Reserva Federal estadounidense en forma de compras a la deuda pública del país-, determinará en parte la evolución de los mercados a lo largo del otoño y creará una volatilidad superior a la vivida durante el verano. Aunque la Fed no será la única responsable (eventos como la tensión geopolítica en Siria, las elecciones alemanas y su efecto sobre el calendario de reformas en la Unión Europea, o la inestabilidad política en Italia, los escándalos de corrupción en España y un posible nuevo rescate a Grecia también influirán), son unánimes las voces que aseguran que del momento y la forma en que se produzca esa retirada de estímulos dependerá, y mucho, el futuro de los mercados. Por eso los asesores han puesto en marcha una batería de recomendaciones para las carteras de sus clientes, entre las que favorecen activos como la renta variable, sobre todo del Viejo Continente, y la deuda pública de países de la Europa periférica.
Entre los que creen que el final de los estímulos en Estados Unidos ofrece una señal compradora en las bolsas, aunque haya volatilidad y pérdidas a corto plazo, está Ana Fernández, directora ejecutiva de AFS Finance Advisors EAFI. “A los clientes más agresivos les recomendamos sobreponderar los activos de renta variable en momentos de caída del mercado. Creemos que una subida de tipos también puede afectar negativamente a la renta variable en el corto plazo, pero dada la rentabilidad de los activos de menor riesgo, nos parece que puede aportar una mayor rentabilidad en el medio y largo plazo”.
Las oportunidades para comprar pueden venir de situaciones de estrés como la actuación de la Fed o una potencial guerra en Siria: “En estos momentos, en los que la situación de Siria puede ser el detonante de un empeoramiento generalizado de los mercados, estamos recomendando prudencia a la hora de comprar pero si las caídas en renta variable se acentúan de manera significativa, aprovecharíamos para aconsejar incrementar posiciones”, afirma. Entre las razones, asegura que la buena evolución de los datos macro tanto en Estados Unidos como en Europa refuerza ese argumento.
Precisamente por este proceso de recuperación, en la EAFI de Profim también ven valor en las bolsas de ambas regiones, si bien les preocupan las emergentes, según explica José María Luna, su director de Análisis Financiero. De hecho, creen que ese activo debería ser solo para inversores «muy agresivos, con plazos de inversión de largo plazo y en porcentajes inferiores al 10% del total de su patrimonio financiero». Aunque también convencido del potencial bursátil, Miguel Casas, desde Diverinvest Asesoramiento EAFI, es más positivo a medio plazo en renta variable europea y emergente.
En cuanto al peso en fondos de bolsa, en Profim proponen porcentajes de en torno a la neutralidad, para cada perfil de riesgo, y a través de fondos puros de acciones y mixtos. Y por estilos recomiendan dar algo más de peso a fondos con estilo de gestión growth (con inversiones en sectores como tecnología, consumo cíclico e industrial) frente a fondos con enfoque de valor.
La otra apuesta: la deuda periférica
La otra gran apuesta de los asesores tras el fin de los estímulos cuantitativos es la vuelta a la deuda pública de los países del sur de Europa. “Tácticamente debido a las inestabilidades geopolíticas seguimos muy de cerca las oportunidades que puedan surgir en bonos soberanos periféricos por las tensiones en los mercados, aunque somos cautos en la renta fija pública, teniendo muy presentes los actuales tipos de interés muy cercanos a mínimos históricos”, dice Casas. “Recomendamos analizar precios de entrada en activos en deuda de países periféricos, especialmente Portugal e Italia”, añade.“Nos gusta la renta fija pública periférica europea, como la de Irlanda o España”, coincide Luna.
Además del apetito por este activo, los asesores también se muestran unánimes en la necesidad de rebajar la duración en las carteras de renta fija y ser más selectivos que nunca. “Es momento de ajustar la duración de la renta fija. Hasta ahora hemos incluido riesgo de duración pero desde marzo lo hemos bajado”, dice Ramón Zárate, fundador de la EAFI homónima. “Nosotros creemos que la renta fija ya ha descontado una gran parte de la retirada de los estímulos y por tanto hay que ser muy selectivo. Estamos aconsejando que las inversiones en renta fija tanto en Europa como en EE. UU. tengan un duración corta, y en cuanto a la renta fija de países emergentes, creemos que puede sufrir más recortes a medida que los tipos americanos inicien una tendencia alcista”, afirma Fernández.
También en Profim consideran que no todo vale ahora en renta fija: coinciden en el consejo de abstenerse de estar en fondos de deuda emergente y de países core (Estados Unidos o Alemania) ante la posibilidad de que los tipos de interés de mercado sigan repuntando en estas zonas geográficas. Y recomiendan fondos que inviertan en renta fija privada europea de empresas de buena calidad y de corto/medio plazo. Convencidos de que “en este contexto de política monetaria expansiva, el precio de varios activo financieros, especialmente renta fija y algunas bolsas, están sobrevalorados”, en Diverinvest muestran preferencia por deuda de alta rentabilidad y corporativa con spreads interesantes. Zárate habla de nombres con diferenciales por encima de 400 puntos básicos con respecto al Bund alemán que podrían encontrarse en la renta fija privada, con duraciones incluso negativas. Apuesta por deuda con grado de inversión para el largo plazo y de alta rentabilidad (con calidad BB) para plazos inferiores a cinco años, para jugar “el spread corto plazo/largo plazo, que pensamos que aumentará, ante la imposibilidad de los gobiernos de dejar subir el de corto plazo”.
En la EAFI recomiendan también bonos convertibles, con divisa cubierta y siguen con las posiciones -recomendadas en el último trimestre del año 2012- de renta fija en renminbis (bonos Din Sum) y pesos mexicanos (emisores con calidad AA al menos), así como estar largos de dólares.
La gran rotación… ¿a la inversa?
Pero a pesar de esa visión optimista por las bolsas, los asesores no se atreven a hablar de una clara rotación desde la renta fija a la variable, ni siquiera con el revulsivo que supone el fin de los estímulos cuantitativos. “La mayor rotación la hemos visto en la venta de los activos de renta fija emergente, lo que ha provocado una caída media del 10% en este clase de activos”, dice Fernández. “No hablaríamos de gran rotación, pero lo cierto es que las empresas han hecho mejor los deberes que los gobiernos, y algunas de ellas cotizan a múltiplos extraordinarios. En general apostaríamos por renta variable desde un análisis value y no global, y por supuesto en los porcentajes correspondientes a cada perfil de riesgo”, matiza Zárate.
Desde Aspain 11 Asesores Financieros EAFI hablan incluso de una rotación inversa, de las bolsas a la deuda, en caso de una retirada de estímulos prematura: “Una retirada de estímulos prematura provocaría un traspaso de inversión desde la renta variable a la renta fija, debido al aumento de rentabilidad que puedan ofrecer los bonos”, dicen desde su departamento de Análisis. Con todo, la mayoría de las voces apunta a una retirada paulatina para tratar de evitar descarrilar la recuperación económica norteamericana: “Un inversor debe tener en cuenta que toda retirada de estímulos monetarios por parte de la Fed no significa que se vaya ni a retirar de golpe…ni que se retire la liquidez”, matiza Luna, que ve las medidas como positivas. “Desde nuestro punto de vista, no se debe seguir dopando a los mercados por las distorsiones de valoración que pueden suponer y que podrían gestar nuevas burbujas financieras”.