El sector de las EAFIs se encuentra en buena disposición para crecer, según defendieron los ponentes reunidos hoy en Madrid en el Congreso Anual de Aseafi, la Asociación de Empresas de Asesoramiento Financiero, y una tesis que apoyan los números de un sector que el año pasado aumentó un 7% en número de entidades, un 20% en clientes, un 19% en patrimonio –hasta 25.322 millones- y un 17% en ingresos, si bien sus resultados y su cuota de mercado se redujeron ligeramente.
“Tienen una buena disposición para afrontar los retos y aprovechar la oportunidad que se presenta y queda mucho recorrido, teniendo en cuenta que su cuota de mercado es del 0,8%. El sector crece, está asentado y ya es conocido, y además empieza a haber operaciones corporativas”, decía Antonio Moreno, director de Autorización y Registro de Entidades de la CNMV, haciendo referencia a la reciente compra de Profim. “Han llegado para quedarse y aprovecharán la oportunidad que supone MiFID II”, añadía Carlos García Ciriza, presidente de Aseafi. Teniendo en cuenta que actualmente hay 154 entidades y que hay otras 18 que buscan la autorización, Moreno auguró que el año acabará con unas 160-170 empresas de este tipo.
Pero, ¿de qué dependerá este crecimiento? En su evolución entrarán en juego factores como los procesos de transformación pendientes en el sector (que por una parte llevarán a EAFIs a transformarse en gestoras o agencias de valores, pero por otro llevará a muchos banqueros y agentes a convertirse en EAFIs), el impacto de la regulación (sobre todo MiFID II, junto a otras normas de control interno o exigencias de capital), el uso que hagan de la tecnología o incluso la evolución de la industria de la inversión colectiva (ligada a las EAFIs a través de productos asesorados que han crecido mucho en los últimos meses), según los expertos.
Sobre el primer punto, Moreno radiografió a un sector “en permanente crecimiento”, algo que no es lo normal entre todas las ESIS, dijo, y explicó que la tendencia de altas de EAFIs -23 en todo 2015- se mantiene en los últimos años pero se mostró preocupado por las bajas, 12 en total el año pasado y 34 desde que comenzó la andadura del sector (24 de ellas por motivos intrínsecos al negocio y 10 por efectos colaterales, como procesos de transformación). Aunque Moreno habló de la tendencia de conversión de EAFIs en gestoras o agencias de valores, recordó que hasta el momento solo una se ha transformado en gestora (Abaco) y otra en agencia, si bien hay dos entidades más inmersas en este proceso.
Con todo, algunos profesionales insisten en que éste sí podría ser el camino para muchas entidades: Gloria Hernández, de Deloitte, explicó que las EAFIs podrían decidirse a dar “un paso más de profesionalización”, hacia una de estas dos figuras, también por el hecho de que frente a que la disposición a pagar por el asesoramiento, según los estudios, se acerca a cero, los ahorradores están más dispuestos a pagar por un servicio de gestión discrecional de carteras, que sí pueden ofrecer dichas figuras. Pero también podríamos ver otra tendencia: para Enrique Fernández Albarracín, de Ernst&Young, MiFID II llevará a una proliferación de EAFIs en detrimento de los agentes financieros o banqueros privados. Así pues, el tamaño del sector de las EAFIs dependerá también de si esta tendencia de conversión de banqueros y agentes en EAFIs es más fuerte que los intentos de las actuales EAFIs de transformarse en otro tipo de figuras (sobre todo gestoras y agencias de valores).
Otro tipo de transformaciones, como la de persona jurídica a física ante la asimetría de obligaciones de control interno, según Moreno, parece que no está cambiando la composición del sector –solo dos se han transformado-.
En este contexto de cambios y transformaciones, y decisiones de autodefinición, García Ciriza reivindicó la fuerza de las EAFIs, estandarte del asesoramiento financiero, y pidió al sector que la tenga en cuenta. “Hacemos exclusivamente asesoramiento financiero y queremos ofrecerlo libremente, tanto a minoristas como a profesionales. A veces las entidades financieras no nos tratan como a un inversor institucional y pedimos un trato de tú a tú. Tan malo es que una EAFI haga de gestora como que una gestora haga de EAFI”, afirmó, añadiendo que las EAFIs luchan en un terreno de juego plagado de gigantes.
Las otras claves
Otra clave que determinará el crecimiento del sector de las EAFIs será la actitud de los clientes: por ahora, el minorista es el que contrata sus servicios con mayor decisión. Las EAFIs cuentan con 5.632 clientes -con datos de finales del año pasado, un 20% más que un año antes-, con una gran mayoría de los mismos -91%- con perfil minorista y un 9% profesional. La media de patrimonio del minorista es de 1,3 millones de euros, una cifra muy alta que, según Moreno, muestra que hay recorrido para crecer y para acceder a clientes con patrimonios más bajos.
Para Moreno, hay otros tres elementos que serán clave para el desarrollo de las EAFIs en los próximos años: el primero es MiFID II (que puede traer movimientos); el segundo es la evolución del sector de IICs; y el tercero, la nueva normativa sobre capitales mínimos requeridos para crear una EAFI, que ahora son 50.000 euros y, aunque no ha tenido mucho efecto en la creación de nuevas entidades aprovechando la rebaja reciente, sí podría tenerlo a posteriori.
Sobre el segundo punto, Moreno ligó la buena racha del sector de fondos y sicavs con el crecimiento de las EAFIs: “En la medida en que los fondos crezcan, también lo harán las EAFIs”, dijo; como muestra, explicó que de los 92 fondos asesorados en el mercado español, 60 están en manos de EAFIs, y de las 213 sicavs con esta misma fórmula, 142 están asesoradas por EAFIs. Lo que indica que dos tercios de fondos y sicavs asesorados en España lo son a través de esta figura.
MiFID II: el impacto
En cuanto a MiFID II, el impacto puede ser muy notable. En primer lugar, porque las entidades se enfrentarán a la decisión de decidir si su asesoramiento es independiente (si no cobran retrocesiones y tienen la capacidad de evaluar un número suficientemente amplio de productos de terceros) o dependiente, una decisión que los expertos no ven claro hacia dónde se decantará. Y es que, según los datos de la CNMV, solo un 20% de los ingresos de las EAFIs vienen de retrocesiones (sin contar las que se netean). Lo que sí parece claro es que las EAFIs tendrán dificultades para ofrecer los dos servicios a la vez, ya que la norma exige que se disponga de personal específico para cada clasificación, y comercialización totalmente separada, pero la mayoría de las entidades cuentan con menos de cinco empleados. Los que sí podrán ofrecer servicios mixtos, y se prevé que ofrezcan servicios diferenciados según el cliente, son las grandes entidades financieras: “Habrá servicio de tarifa plana, otros más elevados, y otros de asesoramiento independiente para clientes Premium”, dice Fernández Albarracín.
Otra consecuencia clave para las EAFIs será “una mayor especialización del servicio” con MiFID II, según el experto: “Frente a los bancos, con un modelo de negocio que pivota sobre la contratación en masa y actividades más transaccionales –custodia, ejecución…-, las EAFIs tienen su oportunidad con la prestación de un servicio muy específico: el asesoramiento”. En su opinión, en el futuro habrá firmas “más grandes y robustas”, a lo que llevará el aumento de la responsabilidad a que conduce la regulación.
Con respecto a la formación también habrá consecuencias: los asesores tienen que cumplir la directiva y guía de ESMA sobre formación y experiencia mínimas, que entra en vigor en enero de 2017 -a diferencia de MiFID II, retrasada a 2018- y que lleva a distinguir entre empleados que den mera información sobre instrumentos financieros y asesores verdaderos, a los que se exige más cualificación y experiencia. Pero para Hernández, las EAFIs están bien situadas porque han entendido la importancia que da el regulador a la actividad, y ya tienen profesionales contratados según estos cánones, e incluso a sus consejeros, a diferencia por ejemplo de ciertos bancos. “A veces las EAFIs van por delante de los bancos porque ya se han evaluado las aptitudes de miembros de consejo de administración, etc… el nivel de exigencia es bueno”, indica. A diferencia de las EAFIs, “el gran cambio en las entidades financieras bancarias estará en la red, porque necesitarán certificar a sus profesionales, y también a sus consejeros”, añade el experto de Ernst&Young.
MiFID II también está poniendo en valor el papel de la tecnología, “un camino sin retorno”, pues las entidades que reporten mejor al cliente, analicen productos y se adecúen desde este punto de vista serán las ganadoras, porque “no todas las EAFIs van a sobrevivir”.