En el transcurso de los próximos 25 años cerca de 45 millones de hogares estadounidenses transferirán un total de 68 billones de dólares (trillion en inglés) a herederos y organizaciones benéficas según proyecta Cerulli Associates.
El nuevo informe de la firma de consultoría e investigación global, High-Net-Worth y Ultra-High-Net-Worth Markets 2018: Cambiando la demografía de la riqueza privada, encuentra que los Baby Boomers transferirán casi el 70% del total, o alrededor de 48 billones de dólares.
La transferencia se puede lleva a cabo en cuatro modalidades: regalar a herederos inter vivos (en vida), legar a herederos (al morir), donar a caridades inter vivos, o legar a caridades. Cerulli espera que una gran mayoría de la riqueza, casi el 93%, se transfiera al momento de la muerte, y el resto se donará a organizaciones benéficas y se otorgará a los herederos a través de donaciones entre vivos.
«Este cambio multigeneracional en la riqueza reformará el panorama de la administración de la riqueza durante el próximo cuarto de siglo y obligará a las empresas a alterar sus modelos y servicios de negocios existentes», afirma Asher Cheses, analista de Cerulli. «Los Gen-Xers son los principales beneficiarios de la riqueza transferida de los Baby Boomers», agrega Cheses. De hecho, al final del período de 25 años, Cerulli espera que los Baby Boomers sean reemplazados por Gen-X como la generación con mayor riqueza. «A pesar de que tomará algún tiempo para que estas familias superen a la generación Baby Boomer, la construcción de relaciones genuinas y duraderas con esta cohorte de herederos debe ser una prioridad para los ejecutivos de gestión de patrimonio», afirma Cheses.
A medida que los Baby Boomers buscan retirarse y transferir una parte significativa de su riqueza a las próximas generaciones (Gen-X y Millennials), Cheses considera que las firmas que sirven a los HNWI serán presentadas con una gran oportunidad y una importante amenaza. Según Cheses, las empresas deben responder construyendo relaciones multigeneracionales con sus clientes y adaptarse a las nuevas expectativas y preferencias de la próxima generación. “La planificación de la riqueza multigeneracional puede ser costosa y requiere un proceso bien pensado. Las empresas que son capaces de desarrollar una estrategia exitosa no solo para atender las necesidades cambiantes de los Baby Boomers, sino también para involucrar de manera efectiva a la próxima generación de herederos probablemente retendrán la mayor parte de los recursos en los próximos años», concluye.