El cliente de banca privada tiene una tendencia a invertir localmente en contra de la premisa de la diversificación, una de las pocas que está universalmente aceptada en la industria. Este tema ha centrado la sesión inaugural de la segunda jornada de FIBA Wealth Management Forum 2013, en Miami.
Para Juan de Dios Sánchez-Roselly, director de inversiones de Santander Private Banking International “la diversificación es el mejor consejo que podemos dar a nuestros clientes”. Sin embargo, los inversores tienen una marcada tendencia a favorecer la inversión local frente a la internacional, por motivos básicamente emocionales, que incluyen el patriotismo, la inseguridad de invertir en algo que no conocen, o el optimismo exagerado hacia el mercado al que están más acostumbrados. “Esto no solo ocurre en países latinoamericanos, sino también en mercados desarrollados”.
De hecho, en EE.UU. los inversores americanos invierten un 80% de sus activos financieros en la bolsa local, a pesar de que solo pesa un 43% en el MSCI World Index. El caso de Japón es similar, el inversor local continúa asignando el 90% de sus activos al mercado local a pesar del desplome de su mercado bursátil durante los últimos 20 años. “El localismo del inversor alcanza también a los fondos de inversión”, apunta Sánchez-Roselly. “Hay estudios que demuestran que si vives en Boston tienes más probabilidades de invertir a través de una administradora de fondos con sede en Massachusetts”.
Claudio Prado Arcirio de Oliveira, director general de la oficina de Miami de Banco do Brasil, explica como la tendencia a invertir localmente está profundamente arraigada en el cliente de banca privada brasileño. “Brasil representa el 40% de la población de Latinoamérica pero somos un país distinto, con un idioma diferente y un sistema financiero relativamente cerrado al exterior. Los brasileños están empezando a viajar y adoran EE.UU. donde están invirtiendo, aunque fundamentalmente en bienes raíces. A la hora de asignar activos financieros al exterior, la procedencia del cliente marca el destino del dinero: los que provienen de estados del sur donde la ascendencia italiana y alemana prevalece, suelen preferir sacar el dinero hacia Europa. Sin embargo, los clientes que proceden de Sao Paulo prefieren EE.UU.”, explica. El experto asegura que para convencer al cliente brasileño de la necesidad de diversificar en el exterior hay que ir “poco a poco, por ejemplo, introduciendo en los portafolios valores brasileños como Petrobras, aunque cotizados en dólares en el mercado norteamericano”.
Sánchez-Roselly, fiel a su máxima de convencer al cliente sobre la necesidad de diversificar internacionalmente, explica algunas de sus tácticas para abordar al cliente brasileño. “Muestro al inversor la composición sectorial del S&P500 frente a la del Bovespa resaltando que en el índice selectivo brasileño no hay ninguna representación del sector tecnológico, ¿tiene esto sentido? Por otro lado, trato de hacerles ver que si diversifican su portafolio inmobiliario invirtiendo en otros países, ¿por qué no hacer lo mismo con sus activos financieros?”.
“Nuestro cliente offshore tipo saca el dinero de su país por muchas razones”, explica Leon A. DeBayle, director de Banca Privada y Wealth Management de BAC Florida Bank, “por razones de privacidad, seguridad, preservación de capital, riesgo político, y también para diversificar su cartera”, máxime ante el mal comportamiento de los mercados locales durante los últimos meses, agravado por las depreciaciones de las divisas latinoamericanas contra el dólar.
Según DeBayle, la corrección de las bolsas emergentes va a continuar porque “hagan lo que hagan las autoridades para proteger la caída de sus divisas, involucrará un endurecimiento de su política monetaria y por tanto, afectará negativamente a su crecimiento económico pasando factura a las bolsas”.