La reciente rebaja en el balance de junio de la Reserva Federal de EE.UU. ha llamado la atención pero es “meramente técnica” y no un cambio de política, dijo Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer.
Bonzon comentó que la inyección de liquidez sigue siendo amplia y es un importante factor de apoyo para los mercados financieros y por este motivo aclaró que el resultado del balance de la Fed para junio “no debe confundirse con un cambio de política”.
“Basicamente, el balance de la Reserva Federal se puede dividir en una ‘parte del financiamiento de emergencia’ y una parte de ‘alivio estructural’”, aseguró el director.
Según el alto cargo del banco suizo, las medidas que incluyen acuerdos de recompra para proporcionar dinero a corto plazo a bancos nacionales y swaps de dólares para otros bancos centrales son las que están disminuyendo.
Esto se justifica ya que el mercado monetario “se ha estabilizado” y la escasez de dólares en los mercados mundiales “ha disminuido”, lo que significa “una señal positiva y no una razón para preocuparse”.
Bonzon destacó “que los bancos estadounidenses están bien capitalizados”, según los test de estrés efectuados por la Fed el mes pasado.
Sin embargo, se debe tener en cuenta la resolución de la autoridad monetaria que establece un límite en los pagos de dividendos y la prohibición de recompra de acciones “ya que no hay visibilidad sobre cómo los cambios regulatorios afectarán la rentabilidad de los bancos, y dado que ahora la prioridad está en los préstamos y no en los precios de las acciones”, resalta el comunicado.
Por otra parte, el directivo de Julius Baer analizó la situación de EE.UU. ante el avance del COVID-19 y sobre cómo el miedo a una segunda ola de contagios podría frenar al mercado.
Sin embargo, enfatizó que los estados que están teniendo un brote de contagio son los que no lo habían tenido. De esta manera Bonzon reflexionó en que no es una segunda ola sino que se está completando la primera.
“El reciente aumento de las infecciones no debería ser visto como una segunda oleada, sino más bien como la primera oleada que ahora se está extendiendo a otras regiones. Incluso si los gobernadores de los Estados no imponen nuevos confinamientos, el aumento de las infecciones disminuirá la movilidad y la actividad”, comentó.
Esto llevará a que los líderes políticos se mantendrán alerta, lo que es bueno para los activos de riesgo, concluyó.