En 2019 la actividad de las sociedades y agencias de valores se siguió viendo lastrada por la creciente competencia de las entidades de crédito en la prestación de servicios financieros y el desplazamiento de parte de la negociación de las bolsas españolas hacia otras plataformas establecidas fuera del territorio nacional. El número de entidades registró un incremento, pero no así sus resultados, que experimentaron un descenso del 35,2%, hasta los 75,5 millones de euros, explica la CNMV en su último boletín trimestral.
La disminución se produjo tanto en las sociedades como en las agencias de valores, observándose una cierta polarización entre las entidades, puesto que la disminución de los beneficios fue compatible con un retroceso, también, del número de entidades en pérdidas. Estas entidades, que en los últimos años han ido reorientando su negocio desde actividades tradicionales como la ejecución y tramitación de órdenes hacia otros servicios de inversión, se enfrentan a un nuevo periodo de crisis con las dificultades que ello conlleva y que fueron patentes en la crisis anterior, explica el supervisor.
A finales de 2019 estaban registradas en la CNMV un total de 95 sociedades y agencias de valores, cuatro más que a finales de 2018, como consecuencia de ocho altas y cuatro bajas. De las primeras, siete correspondieron a agencias de valores independientes y la restante es una sociedad de valores que se constituyó para la gestión de un sistema multilateral de negociación especializado en deuda soberana europea y derivados. Este aumento de entidades podría valorarse como un signo positivo para el sector, tras el importante y largo proceso de ajuste que comenzó con la crisis financiera. Sin embargo, es conveniente señalar que el escenario de crisis que se ha desencadenado en la actualidad podría volver a situarlo en un nuevo proceso de ajuste, advierte la CNMV.
“Las perspectivas para los intermediarios financieros no bancarios son más inciertas que en ediciones anteriores de este informe, al igual que las de otros participantes en los mercados financieros, como consecuencia de la fuerte crisis que se ha desencadenado en las últimas semanas”, dice la CNMV en su boletín. “En los últimos años se ha observado un aumento de la competencia en la prestación de servicios de inversión que ha dado lugar a un cierto cambio en el modelo de negocio de las sociedades y agencias de valores, en el que su principal negocio tradicional, la intermediación en los mercados de valores, tiende a tener cada vez menos peso, mientras que las actividades de comercialización y de gestión y asesoramiento a terceros son cada vez más importantes”, indica. En esta situación, el supervisor cree que podría darse un nuevo escenario de concentración en el sector: “En el contexto actual de crisis, está por ver si esta competencia se incrementa y si es posible que se desencadene un nuevo proceso de reorganización del sector, semejante al que aconteció tras la última crisis financiera y que dio lugar a un descenso notable del número de entidades”.
Beneficios a la baja
Las sociedades de valores experimentaron un descenso de su beneficio agregado antes de impuestos del 37,4%, hasta los 65 millones de euros. A ello contribuyeron todas las partidas salvo la del resultado de inversiones financieras y la de otros productos y cargas de explotación. En particular, fue notable el descenso de los ingresos por margen de intereses (-48,5%). Por su parte, la caída de los ingresos por comisiones netas fue del 5,5%, si bien la evolución de las diferentes partidas fue dispar. Dentro de los ingresos por prestación de servicios a terceros, las comisiones por tramitación y ejecución de órdenes, que continuaron siendo las más importantes, aumentaron un 2,7% con respecto al año anterior. Este ligero aumento se debió a la contribución de una sociedad perteneciente a una entidad de crédito extranjera. Como consecuencia del Brexit, esta sociedad trasladó a España parte de su actividad, que consiste principalmente en la tramitación y ejecución de órdenes de clientes.
En cuanto al resto de comisiones, resulta significativo el descenso de las percibidas por colocación y aseguramiento de valores (-20,2%) y el aumento de las provenientes del asesoramiento en materia de inversión (114,7%). En el caso de estas últimas, el incremento podría estar vinculado al proceso de adaptación del mercado a la regulación MiFID II, interpreta la CNMV. Las comisiones satisfechas, por su parte, aumentaron de forma notable (25%).
Por su parte, los gastos de explotación de las sociedades de valores se mantuvieron prácticamente estables, si bien las dos subpartidas que los componen se comportaron de forma dispar. En este ejercicio el descenso del margen bruto se tradujo en una reducción del resultado de explotación (-34,8%), que pasó de 85,8 millones de euros en 2018 a 56 millones en 2019. El resultado antes de impuestos cayó un 37,4% y se situó en 65 millones de euros debido a la existencia de otras ganancias por valor de 9 millones. Como ha venido sucediendo en los últimos años, un reducido número de sociedades generó la mayor parte de los beneficios de este subsector. En concreto, cuatro sociedades de valores acumularon el 75,7% sobre el total de los resultados de las sociedades con beneficios, lo que indica una mayor concentración que en años precedentes.
Menos comisiones en las agencias de valores
Las agencias de valores, por su parte, obtienen ingresos mayoritariamente de la prestación de servicios a terceros porque no pueden realizar actividades de inversión por cuenta propia. Una parte de las agencias obtiene el grueso de sus ingresos de la tramitación y ejecución de órdenes, pero la mayoría de ellas ha tendido a especializarse en determinados servicios como la comercialización de IICs o la gestión de carteras. Las entidades independientes predominan en este subsector, 50 agencias de un total de 56 lo son. Pues bien, el resultado agregado antes de impuestos de las agencias de valores descendió un 16,7% en 2019, hasta situarse en 10,4 millones de euros. El deterioro de los resultados se debió a unos menores ingresos, fundamentalmente por comisiones percibidas, y a unos costes que se mantuvieron prácticamente estables.
Dentro de los ingresos por comisiones (brutas), que en conjunto disminuyeron un 3,7%, destacaron por su avance la partida de ingresos por tramitación y ejecución de órdenes (15,9 %) y de las comisiones catalogadas como otras (15,3%). Por el contrario, se registró un importante descenso en los ingresos por asesoramiento en materia de inversión (-44,9%), si bien es cierto que esta partida había experimentado un importante incremento durante 2018 (122,3% con respecto a 2017). El resto de las comisiones no mostraron grandes variaciones: las comisiones de comercialización de IICs descendieron un 1,5 % y las de gestión de carteras lo hicieron un 3,4%.
La rentabilidad antes de impuestos sobre fondos propios (ROE) del sector experimentó un retroceso durante el ejercicio, al pasar del 12,3% al 9,2%, como consecuencia del comportamiento desfavorable de los resultados. Esta contracción se produjo tanto en las sociedades como en las agencias de valores, aunque fue mayor en las primeras, cuyo ROE se redujo más de 3 puntos porcentuales hasta situarse en el 8,9%. En el caso de las agencias de valores, la ratio descendió del 13,5 % al 12,1%. El descenso de los beneficios afectó de forma desigual a las compañías, pues no impidió una disminución en el número de entidades en pérdidas. Así, en 2019, 13 sociedades de valores y 19 agencias de valores obtuvieron resultados negativos antes de impuestos, 5 y 2 entidades menos, respectivamente, que al cierre de 2018. El importe acumulado de las pérdidas aumentó un 3,9% en el caso de las sociedades, hasta los 29,9 millones de euros, y un 3,7% para las agencias de valores, hasta los 11,3 millones.
El sector en su conjunto continuó exhibiendo unos niveles relativos de solvencia elevados durante 2019: a finales de año el margen de recursos propios era 4,9 veces superior al volumen de recursos exigibles, cuando a finales de 2018 esta cifra era sensiblemente inferior, en concreto, 4,3. En términos absolutos esta holgura es poco relevante por tratarse de importes reducidos. Como es habitual, este margen fue, en general, mayor en las sociedades de valores que en las agencias de valores. Así, mientras que para las primeras el margen de cobertura agregado se situó en torno a 5,2, para las segundas se mantuvo en 1,9.