Los bancos suizos necesitan en promedio el doble de los activos que gestionan actualmente para seguir estando presentes en el negocio de la banca privada, en un momento en el que aumentan las fusiones entre las empresas de gestión de patrimonio.
Esta es una de las conclusiones que se desprende del informe “Success through innovation” sobre la banca privada suiza elaborado por KPMG.
Unos dos tercios de los 39 bancos encuestados consideraron que su supervivencia dependerá de doblar los activos de sus clientes. Los bancos deberán crecer un mínimo de 10.000 millones de francos suizos (11.000 millones de dólares) en activos gestionados para lidiar con las necesidades más complejas de clientes y reguladores.
Asimismo, los responsables del estudio sostienen que muchos de estos bancos necesitan crecer sustancialmente para compensar la baja rentabilidad a través de la expansión internacional y la inversión en tecnología.
Julius Baer Group, el tercer banco suizo, está impulsado los activos del banco a través de la adquisición del negocio de Merrill Lynch International Wealth Management (IWM) fuera de Estados Unidos. Por su parte, Union Bancaire Privee ha absorbido unidades de Lloyds y ABN Amro Bank NV en los dos últimos años.
Los gestores de patrimonio suizos esperan más acuerdos después de varios años de presión sobre los márgenes, de acuerdo a la encuesta elaborada por KPMG y la Universidad de St Gallen. Mientras que algunas de las firmas más grandes están lanzándose a las compras, las firmas más pequeñas necesitan enfocarse en la estructura de costos, la construcción de alianzas con otros gestores y utilizar más tecnología a medida que aumentan los gastos.
Suiza está terminando con su tradición del secreto bancario debido a la presión fiscal por parte de autoridades extranjeras, según el sentir de los profesionales del sector. Un 60% de los encuestados espera que en tres años se produzca un sistema de intercambio de información automático entre los recaudadores de impuestos de diferentes países, lo que se traduciría en que los bancos aportarían datos sobre cuentas de sus clientes transfronterizos que podrían ser transmitidas a las autoridades fiscales nacionales de los clientes.
Si quiere consultar el informe completo puede hacerlo a través de este link.