La SEC ha anunciado esta mañana que JP Morgan Chase ha acordado pagar 130 millones de dólares para liquidar los cargos que lo acusan de ganar negocio e influir corruptamente en funcionarios de la región de Asia Pacífico dando trabajo y contratos de becarios a familiares y amigos, violando el Foreign Corrupt Practices Act (FCPA). El acuerdo pone fin a más de tres años de investigaciones por parte de las autoridades estadounidenses.
Además, la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal emitió otro comunicado anunciando una multa de 61,9 millones por las mismas malas prácticas y, según dice la SEC en su nota de prensa, se espera que pague otros 72 millones al Departamento de Justicia, lo que haría un total de más de 264 millones de dólares en sanciones como resultado de la práctica de contratación de referencias de la firma.
De acuerdo con una orden de la SEC emitida hoy, la filial de la banca de inversión del banco creó un programa de contratación a través de referencia de clientes que evitó el proceso normal de contratación de la empresa y otorgó buenos puestos –y buena remuneración- en JP Morgan a los candidatos presentados por directivos de sus clientes y funcionarios gubernamentales influyentes. Durante un período de siete años, JP Morgan contrató a aproximadamente 100 becarios y empleados a tiempo completo a petición de funcionarios gubernamentales extranjeros, lo que permitió a la firma ganar o retener negocios, que supusieron más de 100 millones en ingresos para JP Morgan.
«JPMorgan participó en un esquema de soborno sistemático mediante la contratación de hijos de funcionarios gubernamentales y otras referencias favorecidas, que normalmente no estaban cualificados para esas posiciones por sus propios mérito», declara en la nota Andrew J. Ceresney, director de la División de Compliance de la SEC. «Los empleados de JPMorgan sabían que la firma estaba potencialmente violando la FCPA pero el programa de contratación inapropiado se mantuvo porque la recompensa para el negocio y las nuevas ofertas se consideraban demasiado lucrativas».
Kara Brockmeyer, responsable de la unidad FCPA de la división de Ejecución de la SEC, añadió: «La mala conducta fue tan flagrante que los banqueros de inversión de JP Morgan crearon hojas de cálculo de “contrataciones referidas frente a ingresos’ para rastrear el flujo de dinero de clientes cuyas referencias fueron recompensadas con empleos. Los controles internos de la empresa eran tan débiles que no se rechazó ni una sola solicitud de empleo referida».
La amplia difusión de esta investigación provocó -en Wall Street- el debate sobre si los estándares exigibles a los negocios estadounidenses deberían aplicarse en países extranjeros y si los favores a funcionarios influyentes podrían ser calificadas de actividades delictivas.