Los inversores chinos siguen interesándose por los activos y compañías españolas, pese a la disminución del interés inversor en Europa y Norteamérica, según se desprende del estudio publicado por Baker McKenzie, despacho de abogados líder global, junto a Rhodium Group que destaca, además, el fuerte descenso de las inversiones procedentes de China hacia EE.UU., donde desde 2016 han descendido casi
un 90%.
Las compañías provenientes del gigante asiático invirtieron en España durante 2018 1.170 millones de dólares, lo que sitúa a nuestro país en el sexto destino europeo favorito para la inversión del gigante asiático, sólo por detrás de Reino Unido, Suecia, Alemania, Luxemburgo y Francia. Este montante supone un aumento del 162% comparado con 2017, cuando las operaciones de inversores chinos en nuestro país alcanzaron un valor de 450 millones de dólares.
A su vez en 2016 las compañías chinas apostaron 1.800 millones de dólares en operaciones con compañías españolas, mientras que en 2015 solo 270 millones de dólares fueron reservados a España por parte de inversores del gigante asiático.
Las cifras alcanzadas en 2018 se deben, entre otras, a transacciones tan relevantes como la adquisición por parte de Orient Hontai Capital del 53,5% de Imagina Media por 1.016 millones de euros, la quinta inversión por tamaño en Europa realizada por compañías chinas en 2018.
En palabras de Maite Díez, socia de M&A de Baker McKenzie, «pese a las restricciones internas a la salida de capitales, a las desinversiones en algunas compañías europeas y norteamericanas y a las tensiones comerciales con EE.UU., China sigue consolidando su política de diversificación geográfica y sectorial de sus inversiones en el extranjero. Pese a la incertidumbre y la volatilidad presente en los mercados financieros, el apetito inversor chino ha aumentado notablemente en España, Suecia, Canadá, Alemania o Francia donde no han dudado en llevar a cabo operaciones en activos de sectores en auge que aporten valor añadido a sus compañías así como presencia en mercados relevantes».
La inversión china se reduce a nivel global
Según el estudio de Baker McKenzie, la inversión china a nivel global en Europa y América del Norte disminuyó considerablemente en 2018, pasando de 94.000 millones en 2016 y 111.000 millones en 2017 a solo 30.000 millones en 2018.
Donde se produce un descenso más señalado geográficamente es en América del Norte ya que, tras haber disminuido de 48.000 millones en 2016 a 31.000 millones en 2017, la inversión directa china vuelve a decaer en 2018 a solo 8.000 millones. En concreto, en Estados Unidos la caída del interés inversor chino es especialmente llamativa, debido a, entre otros factores, la guerra arancelaria entre ambos países.
Desde los máximos de 45.630 millones de dólares invertidos por inversores chinos en 2016 y los 29.000 millones de dólares en 2017 se ha pasado a solo 4.800 millones en 2018, lo que supone un descenso del 83% en un año.
Estas cifras son el resultado del endurecimiento de las restricciones a las operaciones procedentes de China por parte de las autoridades locales, a las revisiones más estrictas de las condiciones para la inversión extranjera en EE.UU., sumado a la reciente tensión en las relaciones bilaterales entre las administraciones de Pekín y Washington. En contraste, Canadá experimentó un importante crecimiento en la inversión china este año, de 1.500 millones de dólares en 2017 a 2.700 millones de dólares en 2018 (un aumento del 80%) debido a varias adquisiciones mineras importantes.