El J.D. Power 2016 U.S. Financial Advisor Satisfaction Study, recientemente publicado, revela que la satisfacción general de los asesores que trabajan por cuenta ajena es de 722 puntos de media, 21 más que hace un año, y de 755 entre los independientes, 18 puntos por debajo de la del año pasado.
El estudio mide en una escala de 1.000 puntos la satisfacción de los asesores que trabajan para una empresa de investment services y los independientes (aquellos que ligados a un broker dealer operan de forma independiente), basado en siete factores clave: apoyo del cliente, compensación, liderazgo firme, apoyo operativo, resolución de problemas, apoyo al desarrollo profesional, y apoyo tecnológico.
«Sin duda, la industria del wealth management se encuentra en el ojo del huracán en este momento, y las consecuencias serán importantes para las empresas arraigadas en el modelo tradicional,» dice Mike Foy, director de la práctica de welath management de JD Power. «Los asesores financieros, obviamente, seguirán siendo una parte fundamental del futuro de la empresa. Sin embargo, las tendencias de la industria -tales como la aparición de asesoramiento digital de bajo coste; el aumento de clientes que quieren tener un papel más importantes sobre sus decisiones financieras, aún cuando trabajen con un asesor; y las nuevas reglas fiduciarias que ponen el interés de los clientes por delante del propio beneficio del asesor- establecen el escenario para un menor número de advisors, de diferentes tipos y para un enfoque cada vez más exclusivo en el segmento de los HNWI a los que los asesores pueden añadir más valor».
El estudio también revela que la jubilación a gran escala es una realidad, con el 31% de los asesores pensando en retirarse en los próximos 10 años. Entre 2014 y 2016, el número de asesores que indica que planea retirarse en el próximo año o los dos siguientes se ha elevado del 2 al 3%.
Además, muestra que muchos asesores se están yendo a firmas independientes, a RIAs. El número de empleados que declara que es probable que se independice en los próximos 2 años se ha duplicado, pasando del 6% en 2014 al 12% en 2016. Hay, adicionalmente, otro 12% que señala su predisposición a unirse a un RIA o iniciar una práctica independiente en los próximos 2 años, frente al 7% anterior.
El estudio revela que hay miles de millones en juego por parte de las firmas, pues con la tasa de rotación por jubilación y cambios de compañía, una empresa con 10.000 asesores financieros podría tener más de quinientos millones de dólares en ingresos anuales en riesgo durante los próximos 1-2 años, poniendo de relieve la necesidad de retener a los mejores y gestionar eficazmente la planificación de la sucesión.
Por último, el trabajo muestra que las empresas de servicios de inversión deben encontrar la manera de satisfacer a sus asesores porque se juegan mucho. Entre los asesores empleados que están altamente satisfechos (puntuaciones de satisfacción superiores a 900), sólo el 1% dice que «definitivamente» o «probablemente» dejará su firma en los próximos 2 años, frente al 46% de los asesores empleados insatisfechos (puntuaciones de 600 y siguientes). La misma tendencia se mantiene para los asesores independientes (2% y 45%, respectivamente).
«Estos cambio de dinámica en el negocio del asesoramiento crean nuevos desafíos para las empresas que deben centrar sus esfuerzos en la retención de los advisors que más producen; en atraer nuevo talento con habilidades alineadas con la dirección en la que camina la empresa; y en crear o perfeccionar modelos de negocio híbridos que incorporen más opciones tecnológicas y de autoservicio en su oferta”, concluye Foy.