La economía española ha crecido a un ritmo moderado desde hace algunos años, aunque una parte importante de la población sigue sin notar los efectos del repunte. A pesar de las buenas perspectivas, los últimos años han sido difíciles para el consumo, y el desempleo y la caída de los salarios han restringido la capacidad de compra, obligando a los consumidores a planificar mejor los gastos y hacer esfuerzos para apretarse el cinturón.
Según el «IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente», realizado por Rastreator.com, siete de cada diez españoles afirma elaborar y cumplir un presupuesto mensual de gastos. De este modo, los consumidores más planificados pueden tener mayor control sobre a qué destinan su
dinero y cuánto les queda disponible para otros asuntos como el ocio o el ahorro, aunque estos sigan suponiendo la parte minoritaria de dicho presupuesto.
Los gastos que ocupan la mayor parte de los ingresos de los españoles son los destinados a pagar gastos necesarios del día a día – como facturas, comida o transporte -, abarcando casi la mitad de lo que ganan los consumidores (43,2%), y los dedicados a amortizar las deudas contraídas en el pasado, aunque solo supone el 20,4% del total.
Esta distribución del presupuesto para cubrir las necesidades de consumo básico deja escaso margen para otras cuestiones también importantes como son el ahorro, el ocio e incluso la inversión.
Respecto al resto del dinero disponible, aunque por un estrechísimo margen, los españoles. prefieren gastarse su dinero en cosas que catalogan como prescindibles (15,22%), como son caprichos, salidas nocturnas y ocio, antes que dedicarlo al ahorro. De hecho, el 15,17% de los ingresos los dedican a este fin.
En esta misma línea, el 43,3% de los encuestados por Rastreator.com afirma que no ahorra o ahorra más porque prefiere darse caprichos
En lo relativo a la inversión, aunque la proporción de la renta dedicada a ello es modesta, y apenas alcanza el 6%, existe una parte considerable de la población que prefiere renunciar al consumo actual para obtener beneficios futuros, es decir, hasta un 41,5% de la población afirma que destina dinero a este fin y elige invertir algo de sus recursos actuales con la expectativa de recibir una rentabilidad más adelante.
Los jóvenes de entre 25 y 44 años, los únicos que anteponen el ahorro a los gastos prescindibles
En cuanto a la distribución de los ingresos, todas las generaciones coinciden en que aportan la máxima cantidad a los gastos necesarios de su día a día, aunque la aportación avanza a medida que lo hace la edad de los consumidores, algo lógico si se tiene en cuenta que las cargas económicas de los jóvenes suelen ser menores que las de los mayores.
Precisamente lo contrario ocurre con los gastos prescindibles, ya que en este caso son los adultos de mayor edad – 55 a 65 años – los que menos destinan a ese fin (13,3%) en contraposición a los jóvenes de entre 18 y 24 años (23,9%). Pero no todas las generaciones prefieren gastarse su dinero en cosas prescindibles.
Así, las únicas que dedican más parte de sus ingresos al ahorro antes que a gastos superfluos son las de entre 25 y 44 años – los jóvenes de entre 25 y 34 años destinan el 20,3% y los de entre 35 y 44 años el 14,1% -, aunque de ambas, la generación de mayor edad (35 a 44 años) lo hace por un margen muy estrecho de diferencia que no alcanza ni un punto porcentual.
Álvaro Bas, director de desarrollo de negocio de Rastreator.com, concluye: “ahorrar es importante para la mayoría de las personas y, aunque no siempre resulta sencillo, el primer paso es planificarse y ser muy conscientes de todos los gatos que tenemos para analizar en cuales podemos y estamos dispuestos a recortar. En definitiva, poner en práctica el consumo inteligente, informándonos donde podemos conseguir el mayor ahorro».