Cuanto más rica se vuelve una sociedad, más consume. Sin embargo, los productos como la ropa y los smartphones tienen ciclos de vida cada vez más cortos. La consecuencia es que el mundo está produciendo más residuos, poniendo con ello en peligro la salud de las personas y el medio ambiente. Para los expertos de Fidelity, la resolución de estos problemas brinda oportunidades a las empresas que miran al futuro. En concreto encuentran tres desafíos de cuya resolución se beneficiarán las empresas más visionarias, la eliminación de reisduos, el consumo de plástico y los residuos electrónicos.
La eliminación de reisduos: los países más ricos consumen más y, por lo tanto, generan más residuos. Según expresan desde la entidad, si la renta de los consumidores chinos sigue aumentando durante los próximos años, los residuos generados por este enorme país crecerán de forma sustancial. Los países en vías de desarrollo a menudo carecen de las infraestructuras necesarias para eliminar adecuadamente o reciclar los residuos, pero incluso en los países desarrollados sigue habiendo margen de mejora.
En este sentido, según indican, un sistema de eliminación de residuos poco fiable u obsoleto tiene consecuencias para el medio ambiente. “En 2016, alrededor del 5% de las emisiones mundiales de CO2 se debió a la eliminación de residuos. Las fugas de gases de vertedero provocan un problema especialmente grave. Sin una gestión de residuos innovadora, estas emisiones seguirán aumentando”, afirman.
El aumento de la producción de plástico. En 2021, los artículos de plástico como las pajitas, los globos y los platos desechables quedarán prohibidos en la Unión Europea. Otros estados y regiones están tomando medidas contra la marea de plástico. Por ejemplo, según explican desde la gestora, la ciudad californiana de San Francisco prohibió las bolsas de plástico en los supermercados hace ya varios años. Sin embargo, a pesar de las nuevas leyes para frenar la producción de plástico, se prevé que esta crezca espectacularmente durante las próximas décadas.
Asimismo, les preocupa la aceptación de la cultura de «usar y tirar». «Los productos con vidas útiles muy cortas, como los envases y los productos de consumo de un solo uso, representan la mayor parte de la producción de plásticos. Un uso más juicioso de los plásticos y las tecnologías de reciclaje sofisticadas pueden atenuar el efecto medioambiental y proteger unos recursos finitos», añade la entidad.
Residuos electrónicos: muy pocas fuentes de residuos crecen tanto como los aparatos electrónicos. “Eso es algo que no sorprende, ya que los consumidores están sometidos constantemente a la tentación de cambiar su teléfono móvil, su televisión y otros dispositivos por los nuevos modelos que no dejan de surgir. El volumen anual de residuos electrónicos ya es igual al peso de 4.500 torres Eiffel”, apuntan.
Los aparatos eliminados contienen diversos metales valiosos, tierras raras y otras materias primas. El valor de las materias primas que contienen nuestros residuos electrónicos se cifra ya en miles de millones. Por lo tanto, los expertos de Fidelity consideran que la industria de los residuos aprecia oportunidades en la recuperación eficiente de estas materias primas.
El potencial: a medida que aumenta el volumen de residuos, gran parte de ellos sigue eliminándose o reciclándose de forma inadecuada. Actualmente, solo el 20% de los residuos electrónicos del mundo se recicla. Incluso en la UE, solo se recicla el 30% de los residuos plásticos. El 70% restante se incinera o acaba en el vertedero.
“En todo el mundo se necesitan soluciones modernas para el tratamiento de los residuos. Sin embargo, el potencial de esta industria es especialmente elevado en las economías emergentes y en desarrollo, ya que el crecimiento de la población y la riqueza agrava el problema de los residuos. En el sur de Asia y en el África subsahariana se recupera menos de la mitad de los residuos mediante sistemas de recogida de basura”, concluye la entidad.